LA HABANA.- Con un discurso de reafirmación patriótica y constantes referencias a Fidel que causó diversas opiniones entre los cubanos, el Presidente Raúl Castro exhortó el sábado al ahorro ante el ajuste económico que se avecina en la Isla.
"Todavía nos faltan muchas cosas que quisiéramos pudiera disfrutar nuestro pueblo (...) pero por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar más de lo que tenemos", dijo el también General en Santiago de Cuba, donde presidió el 55 aniversario del "Día de la Rebeldía Nacional".
La fecha conmemora el fallido asalto a dos instalaciones militares (Moncada y Carlos Manuel de Céspedes) que marcan el inicio de la lucha armada de los rebeldes que lideró Fidel Castro y que llevó al triunfo de la Revolución Cubana.
"Un discurso coherente en la línea realista que mantiene Raúl desde el principio, desde que sustituyó provisionalmente a Fidel. No están los tiempos para alegrías. Decir otra cosa sería irresponsable por su parte", declaró a REFORMA Ana Aurora Jiménez, una cocinera cubana.
"A los cubanos, como al resto del mundo, nos toca apretarnos el cinturón para salir adelante. El problema es que a algunos ya nos nos quedan más agujeros en el cinturón", agregó Jiménez.
La noche del sábado, Raúl Castro no anunció más cambios ni tocó el tema de las esperadas reformas. En su estilo realista, llamó a la austeridad y advirtió sobre la necesidad de explicar "oportunamente" al país las dificultades que atraviesa.
Tras detallar los avances en infraestructura para la distribución del agua; la reconstrucción de redes viales; el impulso a la industria petroquímica y el crecimiento del turismo, que según reveló subió este año 14.8 por ciento respecto al mismo periodo de 2007, el Mandatario reiteró la necesidad de ahorrar.
"Para sacarle el máximo provecho (a los recursos) es imprescindible ahorrar, en primer lugar combustible", señaló.
"Ha sido una decepción como discurso político en la misma línea de antes, de conversar con la historia. No respondió a la expectativa. Un poco de agua para Santiago y poco más. No ha tocado los temas importantes que esperaban los cubanos", aseguró Manuel Cuesta, historiador y vocero del ilegal partido opositor Arco Progresista.
Ante la cúpula dirigente y los 10 mil santiagueños convocados en la explanada del antiguo cuartel Moncada, el Presidente cubano exhortó a aprovechar cada minuto de tiempo.
Aunque muchos esperaban una agenda a 12 meses para las reformas estructurales que anunció el año pasado, Raúl no habló sobre el asunto.
"Me ha parecido un discurso antiguo, convocando al espíritu patriótico y sin hablar de los cambios que queremos ver los cubanos", se quejó por su parte Juan Álvarez, un cubano de profesión ingeniero.
Sin embargo, otros ciudadanos expresaron confianza en el Mandatario caribeño.
"Aunque no ha hablado de ello, todos saben aquí que el estudio de las reformas sigue en marcha. Aunque por la situación internacional baje el ritmo, eso no lo detiene nadie", afirmó Carmelo Ortiz, un custodio.
"Hay que acostumbrarse a recibir no sólo buenas noticias", enfatizó Raúl, quien dos semanas atrás ya advirtió de la imposibilidad de subir los salarios y llevar a cabo otras mejoras en Cuba, debido al difícil contexto económico mundial.
"La Revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población", prometió.
Bajo el enorme retrato de Fidel que colgaba de la fachada del histórico edificio, Raúl Castro se refirió a próximos debates sobre un anteproyecto de ley para retrasar la jubilación cinco años, cuestionada medida que justificó con la elevada esperanza de vida de la población, cinco años superior a la media regional.
"Todos serán escuchados con atención, coincidan o no con la opinión de la mayoría", indicó al subrayar que no espera la unanimidad característica de los debates parlamentarios de otros tiempos.
"Todavía nos faltan muchas cosas que quisiéramos pudiera disfrutar nuestro pueblo (...) pero por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar más de lo que tenemos", dijo el también General en Santiago de Cuba, donde presidió el 55 aniversario del "Día de la Rebeldía Nacional".
La fecha conmemora el fallido asalto a dos instalaciones militares (Moncada y Carlos Manuel de Céspedes) que marcan el inicio de la lucha armada de los rebeldes que lideró Fidel Castro y que llevó al triunfo de la Revolución Cubana.
"Un discurso coherente en la línea realista que mantiene Raúl desde el principio, desde que sustituyó provisionalmente a Fidel. No están los tiempos para alegrías. Decir otra cosa sería irresponsable por su parte", declaró a REFORMA Ana Aurora Jiménez, una cocinera cubana.
"A los cubanos, como al resto del mundo, nos toca apretarnos el cinturón para salir adelante. El problema es que a algunos ya nos nos quedan más agujeros en el cinturón", agregó Jiménez.
La noche del sábado, Raúl Castro no anunció más cambios ni tocó el tema de las esperadas reformas. En su estilo realista, llamó a la austeridad y advirtió sobre la necesidad de explicar "oportunamente" al país las dificultades que atraviesa.
Tras detallar los avances en infraestructura para la distribución del agua; la reconstrucción de redes viales; el impulso a la industria petroquímica y el crecimiento del turismo, que según reveló subió este año 14.8 por ciento respecto al mismo periodo de 2007, el Mandatario reiteró la necesidad de ahorrar.
"Para sacarle el máximo provecho (a los recursos) es imprescindible ahorrar, en primer lugar combustible", señaló.
"Ha sido una decepción como discurso político en la misma línea de antes, de conversar con la historia. No respondió a la expectativa. Un poco de agua para Santiago y poco más. No ha tocado los temas importantes que esperaban los cubanos", aseguró Manuel Cuesta, historiador y vocero del ilegal partido opositor Arco Progresista.
Ante la cúpula dirigente y los 10 mil santiagueños convocados en la explanada del antiguo cuartel Moncada, el Presidente cubano exhortó a aprovechar cada minuto de tiempo.
Aunque muchos esperaban una agenda a 12 meses para las reformas estructurales que anunció el año pasado, Raúl no habló sobre el asunto.
"Me ha parecido un discurso antiguo, convocando al espíritu patriótico y sin hablar de los cambios que queremos ver los cubanos", se quejó por su parte Juan Álvarez, un cubano de profesión ingeniero.
Sin embargo, otros ciudadanos expresaron confianza en el Mandatario caribeño.
"Aunque no ha hablado de ello, todos saben aquí que el estudio de las reformas sigue en marcha. Aunque por la situación internacional baje el ritmo, eso no lo detiene nadie", afirmó Carmelo Ortiz, un custodio.
"Hay que acostumbrarse a recibir no sólo buenas noticias", enfatizó Raúl, quien dos semanas atrás ya advirtió de la imposibilidad de subir los salarios y llevar a cabo otras mejoras en Cuba, debido al difícil contexto económico mundial.
"La Revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población", prometió.
Bajo el enorme retrato de Fidel que colgaba de la fachada del histórico edificio, Raúl Castro se refirió a próximos debates sobre un anteproyecto de ley para retrasar la jubilación cinco años, cuestionada medida que justificó con la elevada esperanza de vida de la población, cinco años superior a la media regional.
"Todos serán escuchados con atención, coincidan o no con la opinión de la mayoría", indicó al subrayar que no espera la unanimidad característica de los debates parlamentarios de otros tiempos.
Yolanda Martínez, corresponsal, Reforma, 28 de julio.
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