Melesio Melchor Ángeles y Jorge Aragón Martínez, colaboradores de Radio Zaachila, ubicada en la comunidad de Zaachila, Oaxaca, sufrieron atentados de bala en sus domicilios.
En los lugares de los hechos se encontraron casquillos de arma calibre 9 milímetros.
Los dos integrantes de la radio comunitaria de Zaachila, Oaxaca, que resultaron ilesos tras los ataques de bala, pertenecen al Frente Educativo Zaachilence, integrado por maestros de la sección 22 del SNTE. Ambos comunicadores tienen demandas penales por parte de integrantes del cabildo municipal de Zaachila, debido a que los responsabilizan de la manifestación que impidió la visita del gobernador Ulises Ruiz el pasado 20 de junio a dicha comunidad. Además, el presidente municipal Noé Pérez Martínez ha demandado públicamente a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes el cierre de la emisora comunitaria, tras acusarla de “enfermar la mente de la gente de la comunidad”.
Este hecho intimidatorio, considera la Asociación Mexicana de Radios Comunitarias (AMARC), contribuye a mantener un ambiente de confrontación y es parte de la escalada de violencia que se ha vivido en Oaxaca en los últimos años.
La utilización de la violencia no constituye una vía que dé solución a las causas de fondo que originaron y mantienen el conflicto; por el contrario, acrecienta el encono entre las partes, así como el clima de violencia, considera la AMARC.
Estos hechos resultan violatorios de las garantías establecidas en la Constitución y en tratados internacionales, del derecho al ejercicio de la libertad de expresión establecido en el artículo 6 de la Carta Magna, del artículo 13 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos y el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de los cuales México es parte, sotuvo la AMARC, que formuló un llamado urgente a las autoridades de Oaxaca para proteger la vida e integridad física de los miembros de Radio Zaachila.
En los lugares de los hechos se encontraron casquillos de arma calibre 9 milímetros.
Los dos integrantes de la radio comunitaria de Zaachila, Oaxaca, que resultaron ilesos tras los ataques de bala, pertenecen al Frente Educativo Zaachilence, integrado por maestros de la sección 22 del SNTE. Ambos comunicadores tienen demandas penales por parte de integrantes del cabildo municipal de Zaachila, debido a que los responsabilizan de la manifestación que impidió la visita del gobernador Ulises Ruiz el pasado 20 de junio a dicha comunidad. Además, el presidente municipal Noé Pérez Martínez ha demandado públicamente a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes el cierre de la emisora comunitaria, tras acusarla de “enfermar la mente de la gente de la comunidad”.
Este hecho intimidatorio, considera la Asociación Mexicana de Radios Comunitarias (AMARC), contribuye a mantener un ambiente de confrontación y es parte de la escalada de violencia que se ha vivido en Oaxaca en los últimos años.
La utilización de la violencia no constituye una vía que dé solución a las causas de fondo que originaron y mantienen el conflicto; por el contrario, acrecienta el encono entre las partes, así como el clima de violencia, considera la AMARC.
Estos hechos resultan violatorios de las garantías establecidas en la Constitución y en tratados internacionales, del derecho al ejercicio de la libertad de expresión establecido en el artículo 6 de la Carta Magna, del artículo 13 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos y el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de los cuales México es parte, sotuvo la AMARC, que formuló un llamado urgente a las autoridades de Oaxaca para proteger la vida e integridad física de los miembros de Radio Zaachila.
Eugenia Jiménez, Milenio, 29 de julio.
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