Los grupos parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en ambas cámaras del Congreso se reunieron anoche para discutir conjuntamente el paquete fiscal del presidente Felipe Calderón y una primera propuesta es no gravar con 2 por ciento medicinas y alimentos, pero sin descartar ese impuesto en los demás rubros de consumo, según anunció la senadora María de los Ángeles Moreno.
Luego de ese encuentro –realizado en San Lázaro–, al que asistieron los coordinadores Francisco Rojas y Manlio Fabio Beltrones, además de los asesores económicos del PRI, Moreno Uriegas reveló que las bancadas del tricolor elaboran “una canasta básica de alimentos y medicinas exenta del 2 por ciento”.
Ello contrasta con la postura que los senadores del PRI mantuvieron ayer mismo, durante una reunión previa a la sesión, donde la mayoría dijo que no iban a aprobar en forma alguna ese impuesto para abatir la pobreza, que en realidad es un IVA generalizado.
Ayer también, el coordinador Beltrones reiteró que “los pobres no quieren que les den más dinero para subsistir, sino empleo”, y ello sólo se puede lograr con más crecimiento de la economía
Declaró, como lo hizo el fin de semana, que el país no requiere “llenar los huecos de carácter fiscal, sino una política de crecimiento”. Insistió: “Que las obligaciones fiscales no vuelvan a recaer en los mismos, sino que la base gravable se revise”.
Sin embargo, por la noche, luego del encuentro con Rojas y los asesores económicos del PRI –al que asistieron además Francisco Labastida y Carlos Lozano–, la senadora Moreno expuso una postura distinta. Dijo que el impuesto contra la pobreza no ha sido descartado y es parte del análisis que su partido realiza en torno al paquete fiscal.
En la reunión, realizada en la coordinación priísta en San Lázaro, se habló “de una canasta básica exenta que pudiera servir a los que tienen menos ingresos, menos recursos y menos acceso a satisfactores tan fundamentales como la alimentación y las medicinas, pero está analizándose”.
Moreno Uriegas trató de matizar que los alimentos y medicamentos no se verán afectados con el impuesto para el combate a la pobreza, e insistió en que el priísmo no descartará nada a priori:
“Ahorita no hemos descartado nada, estamos intercambiando puntos de vista y viendo cuáles pudieran ser los beneficios, cargas adicionales y el impacto en la recaudación del empleo y la reactivación económica”, dijo.
Por la mañana, en la reunión a puerta cerrada en Xicoténcatl, se informó del encuentro por la noche con los diputados y se insistió, de acuerdo con algunos de los asistentes, que el 2 por ciento “está muerto”.
Se discutieron incluso alternativas a ese gravamen y se dijo que el PRI va por acabar con los regímenes especiales, que sólo benefician a las grandes corporaciones. Un ejemplo, dijeron, es que entre los más de 400 mil millones de pesos que el fisco pierde por los beneficios tributarios a algunos, están la exención a las empresas por apoyar a organismos no gubernamentales.
Por las cantidades que se aportan a las ONG, las empresas dejan de pagar a Hacienda unos 70 mil millones de pesos, que de eliminarse superan los recursos que se pretende recaudar con el 2 por ciento. Los senadores priístas hablaron igualmente de quitar los beneficios fiscales a la industria farmacéutica trasnacional, que tiene ganancias millonarias y paga muy pocos impuestos.
Por su parte, el coordinador de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, insistió en que el paquete fiscal de Felipe Calderón es “inatacable”. Se trata, insistió, de un planteamiento “muy valiente” del titular del Ejecutivo federal y sostuvo que la postura del Revolucionario Institucional en contra significa “regateo a los beneficios sociales” del impuesto del 2 por ciento, para cuidar el posible impacto electoral que tendrá a favor del gobierno federal.
Le preocupa a los priístas, insistió Gustavo Madero, “porque se hace frente al problema de la desigualdad en México, con programas de alivio directo a la pobreza, apoyando a los que más consumen, los que más compran. Entre más compras, más apoyas a los que menos tienen”.
Esa transferencia directa de recursos, sostuvo, “es incuestionable, pero los priístas no quieren “que se reconozca después en un gobierno de extracción panista y esto les reste a ellos posibilidades de preferencias electorales en el futuro”.
Roberto Garduño, Andrea becerril, Enrique Méndez y Víctor Ballinas, La Jornada, 30 de septiembre.