Ex presidentes y ex legisladores del PRI se pronunciaron por el recorte de mandos superiores de la administración pública federal, e incluso en los estados, así como en un moderado déficit fiscal de 0.5 por ciento del Productor Interno Bruto, equivalente a 600 mil millones de pesos, antes que imponer más gravámenes en el paquete económico para el año venidero.
Humberto Roque y Dulce María Sauri, ex dirigentes de ese partido, avalaron además, junto con los ex líderes priistas Jorge de la Vega, Rafael Rodríguez Barrera, Pedro Ojeda Paullada y Adolfo Lugo Verdusco, la posición del Foro Nacional Permanente de Legisladores, que encabeza ahora Guillermo Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco.
De ese documento destaca la preocupación sobre la “descomposición social” generada con la crisis económica que enfrenta el país.
A tal grado se encuentra la situación, advirtió Cosío, “que en el bicentenario del inicio de nuestra guerra de Independencia y en el centenario de la Revolución nos ubicamos en grave riesgo de que 2010 sea marcado con una explosión violenta o un trágico desmoronamiento de las instituciones nacionales”.
De ahí que esa organización adherente al PRI desde hace 11 años, destacó que ese partido no tiene el Poder Ejecutivo federal, pero sí “una presencia mayoritaria en el Congreso de la Unión, de la que tendrá que valerse por la vía de la ley para contener las políticas económicas recesivas, discriminatorias, oligárquicas, concentradoras del ingreso, paralizantes, privatizadoras y extranjerizantes”.
El PRI tiene que imponer e impulsar en cambio, señaló, “una política económica anticíclica, de crecimiento y recuperación del dinamismo”, perfilada con el ideal de José María Morelos hacia la moderación de la pobreza y de la opulencia”.
Humberto Roque y Dulce María Sauri, ex dirigentes de ese partido, avalaron además, junto con los ex líderes priistas Jorge de la Vega, Rafael Rodríguez Barrera, Pedro Ojeda Paullada y Adolfo Lugo Verdusco, la posición del Foro Nacional Permanente de Legisladores, que encabeza ahora Guillermo Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco.
De ese documento destaca la preocupación sobre la “descomposición social” generada con la crisis económica que enfrenta el país.
A tal grado se encuentra la situación, advirtió Cosío, “que en el bicentenario del inicio de nuestra guerra de Independencia y en el centenario de la Revolución nos ubicamos en grave riesgo de que 2010 sea marcado con una explosión violenta o un trágico desmoronamiento de las instituciones nacionales”.
De ahí que esa organización adherente al PRI desde hace 11 años, destacó que ese partido no tiene el Poder Ejecutivo federal, pero sí “una presencia mayoritaria en el Congreso de la Unión, de la que tendrá que valerse por la vía de la ley para contener las políticas económicas recesivas, discriminatorias, oligárquicas, concentradoras del ingreso, paralizantes, privatizadoras y extranjerizantes”.
El PRI tiene que imponer e impulsar en cambio, señaló, “una política económica anticíclica, de crecimiento y recuperación del dinamismo”, perfilada con el ideal de José María Morelos hacia la moderación de la pobreza y de la opulencia”.
Mauricio Pérez, Milenio, 30 de septiembre.
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