En tanto el presidente Felipe Calderón ya había decidido permanecer en Cancún en espera de un acuerdo que pudiera anunciarse durante la clausura oficial de la COP-16. Sin embargo, al cierre de esta edición la discusión fluía lentamente y aun tenía que superar la prueba de convencer a los representantes de países como Bolivia, Venezuela y Cuba de adherirse a los acuerdos y dejar para Durban, Sudáfrica, en la COP-17, el tema más sensible: el de la reducción de emisiones obligatoria a escala global para evitar que siga aumentando la temperatura de la tierra.
Todavía cuando se convocó a una sesión informal para discutir el documento elaborado por la canciller mexicana, Patricia Espinosa, Venezuela, Cuba y Arabia Saudita proponían integrar grupos de trabajo para analizar cada uno de los temas en especifico, sin que fuera posible acelerar los trabajos para abrir la sesión plenaria en la que deberían aprobar o rechazar los acuerdos. También hubo reclamos y disculpas. Bolivia se dijo ignorado en la primera sesión informal cuando pidió la palabra y hasta se dijo víctima de atropellos de los custodios cuando pretendía ingresar al salón. La canciller Espinosa dijo no haberse percatado de que el jefe negociador de Bolivia había pedido la palabra y lamentó los incidentes derivados de los controles de seguridad.
Mientras Corea, Suiza, Australia, Yemen, Perú —a nombre de Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Panamá y Republica Dominicana— expresaban su apoyo a propuestas como el Fondo Verde, las estrategias para bajar emisiones y la mención de incorporar en el régimen posterior al protocolo de Kioto a los países del llamado Anexo 1.
Cuba pidió considerar las peticiones de Bolivia y se dijo insatisfecho porque el documento materia de la negociación carecía de metas claras y suficientes de reducción de emisiones lo que podría originar un aumento en la temperatura de la tierra de entre 2.5 a 5 grados centigrados. No obstante la delegación cubana concedió que del fraseo del documento se desprende un claro compromiso para un segundo proceso del protocolo de Kyoto, pero también acusó falta de claridad sobre el origen de los fondos de arranque rápido por 30 mil millones de dólares y en una segunda etapa por 100 mil millones de dólares.
Bolivia había acusado anteriormente que no está garantizado en el documento un segundo periodo del acuerdo que obliga a la comunidad internacional a mitigar las emisiones de carbono y que ello significaría continuar con el “ecocidio y el genocidio”
Aunque calificó de positivo el que el documento incluya el tema de los derechos humanos de las comunidades indígenas, pero no de los derechos de la tierra.
“Tampoco se menciona la propuesta de crear la Corte Internacional de Justicia Climática y mucho menos la reducción de emisiones que generan las guerras en el mundo”.
Por ello, sostuvo Bolivia, este documento puede ser la suplantación del protocolo de Kioto ya que se menciona en varios apartados como la reducción de emisiones, aunque no los mecanismos de supervisión y evaluación y también se menciona ambiguamente los planes de deforestación y degradación de los bosques, pese a que fueron discutidos a lo largo de la cumbre.
Bajar emisiones costará 400 mil mdd: OCDE
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, dijo que la reducción de emisiones en países industrializados puede costar en 2020 unos 400 mil millones de dólares.
En un discurso ante la 16 Conferencia de Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, animó a los países desarrollados a avanzar en sus compromisos contra ese fenómeno, “algo que es posible en la medida necesaria”.
“Un enfoque de costo-eficacia para reducir las emisiones costará apenas una fracción de un punto porcentual del producto interno bruto por año, en el grupo de países industrializados. La inacción es la alternativa más cara y más devastadora”, manifestó.
“La guerra contra las emisiones de carbono puede ser autofinanciable. Pero empieza por poner un precio al carbono”, advirtió el ex secretario mexicano de Hacienda y Crédito Público en la sesión de cierre del Segmento de Alto Nivel de la COP-16. Indicó que para lograr esas reducciones comprometidas el año pasado en la COP-15 de Copenhague se requerirá de 1 por ciento del PIB al año 2020, equivalente a unos 400 mil millones de dólares. (México. Redacción)
Agreden a fotógrafo
El fotógrafo de la agencia Reuters Jorge Silva fue agredido por miembros del cuerpo de seguridad de Naciones Unidas.
El incidente ocurrió después de que un grupo de ecologistas desplegara una pancarta y se formara un tumulto de cámaras de televisión y fotógrafos por conseguir las imágenes.
En la confusión el fotógrafo de Reuters perdió su acreditación que fue recogida del suelo por un policía de la ONU que se negó a devolverla hasta que el reportero “se calmara”.
Silva insistía en que le devolvieran su credencial para seguir trabajando cuando fue obligado a entrar en un autobús entre gritos del resto de reporteros que intentaron bloquear la salida del autobús y exigieron su liberación.
Según el acuerdo entre la ONU y México, la seguridad del organismo está encargada de mantener el orden dentro del complejo donde se celebra la reunión y la policía en el exterior.
Cancún. Lorena López y Rodolfo Montes, Milenio, 11 de diciembre.
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