Logra Bolivia que se incluya tema de derechos indígenas

Cancún, QR, 8 de diciembre. Cuarenta y ocho horas antes de que concluya la 16 Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 16), Bolivia demandó que las negociaciones sean formales, no como ha ocurrido hasta ahora, por lo que hoy se retiró de la reunión de un grupo de trabajo en la que además se presentó un documento en el que se eliminaron apartados “sustanciales” en este proceso.

Pablo Solón, embajador de la nación sudamericana ante Naciones Unidas y jefe de la delegación de su país ante la COP 16, informó a La Jornada que el jueves acudirán a los procesos de consulta –formales o no– que ocurran en la conferencia. También está confirmada la participación del presidente Evo Morales en la plenaria.

Ante el rumor que empezó a correr por los pasillos de la sede de la COP de que Bolivia, integrante de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), se retiraba de la conferencia, Luis Alfonso de Alba, representante especial para cambio climático de México, informó en conferencia de prensa que el país andino continúa en las negociaciones y que se volvió a colocar el tema de los derechos de los pueblos indígenas, el cual se había eliminado del documento de trabajo.

El rechazo de Bolivia –argumentó– era a la negociación en los grupos de trabajo, método que se estableció para “desatorar” el proceso. “Por el cuidado de la relación” con esta nación, sugerimos a los presidentes de esos grupos que atendieran sus preocupaciones, agregó.

En conferencia de prensa, Pablo Solón cuestionó que en el documento del Grupo sobre Cooperación de Largo Plazo se quitó lo referente a los derechos de los pueblos indígenas, y expresó preocupación porque a dos días de finalizar la conferencia no haya un proceso de negociación formal, queja que –dijo– ya había presentado ante la presidencia de la COP 16. Consideró que en el proceso se puede convocar a cualquier reunión no oficial, pero esto no puede sustituir el proceso formal de la negociación.

Detalló que por la mañana participaron en una reunión informal de consultas a la que asistieron alrededor de 50 países, pero se retiraron y presentaron a la presidencia de la cumbre un documento con propuestas para que la discusión se centre en la protección de bosques y en la visión compartida sobre mitigación. Pidió salvar la conferencia, ya que aún hay tiempo de que se enderece el camino: “este es el objetivo y estamos dispuestos a colaborar”.

Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseveró que quienes boicotean la cumbre son los industrializados, “pues no quieren generar una segunda fase del Protocolo de Kyoto)”. Asimismo, rechazó que haya sido la Alba –integrada por su país, Brasil y otras naciones latinoamericanas– la que condujo la reunión de Copenhague al fracaso. “Fue la posición de la Alba la que evitó abusos de seis u ocho naciones que pretendían decidir por todos”.

Copenhague fracasó no por la Alba, sino por los criterios hegemónicos de ciertos estados, puntualizó, e incluso resaltó que los miembros de esa agrupación a veces no tienen posiciones comunes. Pero si los países desarrollados tienen la decisión política de hacer las cosas, cualquier cumbre va a ser un éxito, sostuvo en conferencia de prensa.

Cuestionó que en Cancún no se negocie la segunda fase del Protocolo de Kyoto e insistió en la necesidad de tener un acuerdo vinculante, aunque confió en que se den algunos avances, como el del programa de Reducción de emisiones por deforestación y degradación (REDD), aunque son incompletos e inconsistentes. “Se están dando como palazos de ciego”, subrayó.

Destacó que el cambio climático es un problema político y de relaciones de poder. “Podemos tener las mejores declaraciones, pero si siguen privando los intereses hegemónicos y del gran capital, los de las personas no estarán presentes.”.

Al participar en la sesión plenaria de la COP-16, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, relanzó la propuesta de establecer un mecanismo de compensación por emisiones netas evitadas, que consiste en dejar de explotar petróleo a cambio de una aportación económica. Ante 194 delegados, entre ministros y jefes de Estado, destacó que su país obtendría miles de millones de dólares si extrajera ese crudo, recursos necesarios para salir del subdesarrollo. Anunció que si hay falta de corresponsabilidad, en unos meses tendría que explotar dichas reservas.

En defensa de Obama y Clinton
Asimismo, deslindó al presidente Barack Obama y a su secretaria de Estado, Hillary Clinton, de estar involucrados en el intento de golpe de Estado ocurrido en su contra, aunque sí responsabilizó a instancias y agencias estadunidenses de derecha que traen su propia agenda. Rechazó los señalamientos de autoridades estadunidenses –reveladas por el sitio Wikileaks– en torno a que Ecuador, Cuba, Venezuela y Bolivia tienen posiciones poco constructivas, y por ello fueron marginados de las negociaciones de Copenhague. Preguntó: “¿Acaso hemos masacrado gente? Esa es la prepotencia y la lastimosa política exterior de Estados Unidos”.
Angélica Enciso y Georgina Saldierna, La Jornada, 9 de diciembre.

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