Manipular la atmosfera una opción: científicos

A medida que se calienta la atmósfera, una idea otrora considerada tabú está circulando en las frustrantes conversaciones de Naciones Unidas para tratar de frenar el calentamiento global: la idea de manipular esa misma atmósfera, contaminar los cielos para protegerse del sol, llenar los océanos con plancton para absorber los gases, o lo que sea.

A medida que los negociadores se han visto cada vez más desalentados en los últimos meses, organismos gubernamentales de Estados Unidos y Gran Bretaña reclamaron acelerar los estudios de la “geoingeniería”. La red científica de la ONU decidió evaluar las opciones y una serie de investigaciones se iniciaron en Estados Unidos y otros países.

“El tabú se ha roto”, dijo Paul Crutzen, científico atmosférico ganador del Premio Nobel.

Hace unos pocos años, la geoingeniería era considerada una idea paracientífica, más bien alimento de la ficción científica. Se sugería usar aviones, globos o grandes cañones para lanzar partículas de sulfato en las capas inferiores de la estratosfera para reflejar la luz del sol, mitigando el calentamiento que los científicos creen es causado por el anhídrido carbónico y otros gases emitidos por industrias, vehículos y la agricultura.

Otros sugirieron armar enormes espejos en órbita para rechazar la radiación solar y aun otros proponen —y un experimento alemán lo puso a prueba— verter hierro en el océano, un nutriente que podría impulsar el crecimiento del plancton, que absorbe el anhídrido carbónico de la atmósfera.

Cielo, mar y tierra: las ideas varían, desde rociar las nubes oceánicas con agua marina salada para hacerlas más brillantes y que reflejen más; sembrar en terrenos áridos agave, la “planta del tequila”, que almacena carbono durante años y crece donde no pueden los bosques; desarrollar un proceso químico para succionar el anhídrido carbónico del aire y almacenarlo. (AP)
El Universal, 5 de diciembre.

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