Aguas profundas, sí, pero en el largo plazo

Buscar petróleo en aguas profundas no resulta urgente, porque existen recursos en tierra y aguas someras que aún no han sido explotados en su totalidad, aseguraron especialistas en el tema petrolero que participaron en una mesa de discusión organizada por EL UNIVERSAL.

Francisco Garaicochea, ingeniero petrolero experto en aguas profundas, destacó que México no tiene urgencia de ir a proyectos en aguas profundas donde no hay certeza de la cantidad de hidrocarburos que se puedan encontrar y explotar. “Es más seguro explotar reservas en aguas someras y tierra, donde Pemex tiene la tecnología para hacerlo”.

En ese sentido, Víctor Rodríguez Padilla, analista e investigador en materia energética de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, consideró que el asunto no es que Pemex se adentre o no en aguas profundas para buscar recursos petroleros ante la caída de las actuales reservas, sino la urgencia de hacerlo ahora, cuando el tiempo para lograr extraer petróleo en aguas profundas es mayor al que se podría tener en otros yacimientos que todavía tienen recursos que se pueden aprovechar y atender, como lo plantea el gobierno, restituir las reservas petroleras que se van agotando.

“La producción que tengamos, suponiendo que en verdad hay petróleo, la veremos por 2018. Este escenario no nos resuelve la declinación que Cantarell tiene hoy”, dijo.

En su participación, Gilberto Ortiz, miembro de la Comisión de Energía de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), destacó que no existen políticas claras para el apoyo del sector industrial, ya que son contrarias a la industrialización. “Se tiene detenida la reconfiguración de las refinerías, y las empresas proveedoras también tienen detenidos sus pagos”.

Macario Schettino, colaborador de esta casa editorial y moderador de la mesa, coincidió en que Pemex no tiene marcos jurídico ni organizacional de supervisión, lo que genera una autovigilancia.

Garaicochea expuso que los recursos que explotan países como Noruega, Dinamarca, Holanda e Inglaterra vienen disminuyendo y tendrán que buscar dónde usar sus equipos, técnicos y tecnología que han desarrollado en varios años. “Ellos han desarrollado recursos valiosos y analizan dónde los colocarán. Presionan con todo tipo de argumentos para convencer a otros países de que se abran a la participación de todos sus recursos”, afirmó.

Comentó que la mala explotación de yacimientos con gran potencial como el de Cantarell ha sido un factor adicional que ha contribuido a la caída de la producción, como es la inyección de nitrógeno en los pozos.

Víctor Rodríguez y Francisco Garaicochea coincidieron en que el diagnóstico que presentaron este domingo la Secretaría de Energía y Pemex sobre el sector petrolero resulta muy alarmista, y mencionaron que esto podría ser con el fin de que la opinión pública se oriente a la necesidad de incursionar en aguas profundas.

Se están gastando muchos recursos en decirle a la gente que se tiene una gran cantidad de reservas en aguas profundas, “y las reservas están en el territorio, en el litoral y en aguas someras, donde de todo lo descubierto sólo hemos producido 11%, que es un factor de recuperación de los más bajos a nivel mundial”, enfatizó Francisco Garaicochea. Víctor Rodríguez destacó que para resolver el problema de la declinación de Cantarell se deben tomar medidas de muy corto plazo, como el que se le asignen recursos a Pemex para mejorar la tasa de recuperación que tiene, lo cual se hace con tecnologías ya conocidas en el mundo.

En aguas profundas no se sabe cuál es la cantidad de petróleo que habrá, son inferencias. “El gobierno está rehuyendo al verdadero debate: la liberalización de la industria”, dijo Víctor Rodríguez.

En aguas profundas, comentó, se dice hay 25 mil millones de barriles de petróleo no descubierto. Sin embargo, la suma de reservas probables y posibles totalizan 31 mil millones de barriles, de tal manera que hay más petróleo descubierto en reservas probables y posibles que prospectivo.
Nota de David Aguilar Juárez, El Universal, 3 de abril.

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