Alfredo Jiménez... a 3 años y nada se sabe

HERMOSILLO, Son.— Han trascurrido tres años de la desaparición del reportero del diario El Imparcial, Alfredo Jiménez Mota y las investigaciones se encuentran igual que al principio.

Ese es el sentir de la familia del periodista, mientras que para el gremio de comunicadores ese plagio vino a representar un parteaguas en la tarea de informar sobre acontecimientos del narcotráfico.

El pasado 2 de abril se cumplieron tres años de la desaparición de Jiménez Mota, un joven de 28 años de edad, oriundo del municipio de Empalme y que se especializó en temas relacionados a seguridad pública, específicamente el trasiego de drogas.

Con la esperanza viva de que algún día puede aparecer su hijo, pero a la vez con la angustia de que no hay avances en la investigación, Alfredo Jiménez Hernández, padre del reportero, dijo:

“Estamos parados donde mismo, no se sabe nada, en término medio, ni para atrás ni para adelante hemos avanzado”.

En entrevista, reveló que lo que parecía que sería una pieza importante en el rompecabezas del esclarecimiento de este caso, no resultó así.

Se refirió a la captura del supuesto operador del cártel de Sinaloa, Alfredo Beltrán Leyva El Mochomo, de quien se decía que había estado involucrado en el plagio del reportero.

“Decían que él (Alfredo Beltrán) había participado o que él sabía lo que había pasado con mi hijo, pero yo le pregunté a uno de los fiscales de este caso y me dijo que no, que Beltrán Leyva no aportó nada, que sí lo interrogaron al respecto, pero que no se le comprobó su participación”, dijo.

A los pocos días de la desaparición de Jiménez Mota muchas fueron las especulaciones sobre su plagio.

La Procuraduría General de la República, que atrajo el caso a los 15 días después del suceso, definió 11 líneas de investigación, inclusive la del crimen pasional.

Sin embargo, las más sólidas y sobre las cuales más se ha especulado han tenido relación con el crimen organizado, por las notas y reportajes de Jiménez Mota sobre las bandas del narcotráfico.

“En los primeros días de haberse cometido el robo de mi hijo fue cuando pudieron haberlo resuelto, en este momento sabemos que es más difícil”, dijo Jiménez Hernández.

Dijo que sería difícil de creer que las autoridades ya tuvieran un resultado de la investigación o que ya supieran del paradero de su hijo vivo o muerto, pero que por cuestiones políticas no lo den a conocer.

“Sería mejor para ellos ya zafarse de ese asunto, resolverlo de una vez, no le veo que saquen (la PGR) un beneficio en ocultar la verdad si la supieran”, apuntó.

Afirmó que tiene la certeza de que la indagatoria, aún sin avances, no se ha detenido, pues con frecuencia recibe llamadas de los agentes que participan en la investigación.

“No me dicen en qué van o a quién detuvieron para interrogarlo, pero me hablan seguido y me dicen que siguen trabajando”, expresó.

En el hogar de la familia Jiménez Mota persiste el dolor por el golpe sufrido hace tres años. Al igual que Don Alfredo, también Esperanza Mota Martínez, la madre del reportero vive con la angustia de no saber de su hijo.

“Ya no es tanto el dolor, pero seguimos tristes, seguimos esperando saber de nuestro hijo… Solo le pido a Dios que todo esto que hemos sufrido nos los recompense permitiéndonos ver, un día, de nueva cuenta a Alfredo”,señaló.


Informar con cautela

Luego de tres años de la desaparición de Alfredo Jiménez Mota, los medios de comunicación y los reporteros que manejan la fuente de policía, han cambiado o se han adaptado para informar sin riesgos.

Pero una de esas previsones tomadas es la de no investigar a fondo los asuntos relacionados al crimen organizado.

Desde la desaparición de Alfredo “no hemos hecho reportajes a fondo sobre los temas” de la delincuencia, reconoció el director general del periódico El Imparcial, Juan Fernando Healy.

Indicó que en Sonora y en todo el país no hay condiciones para llevar a cabo ese género periodístico en el rubro del crimen organizado.

“Vemos que en todo el país que siguen las agresiones contra periodistas, no hay condiciones en el país”, dijo.

Además de El Imparcial, los reporteros que manejan este tipo de información se han visto obligados a cambiar su modo de trabajar, por cautela o temor.

Una conocida comunicadora de esta capital, Olivia Sanata, conductora de un programa de radio de corte policiaco, comentó que luego de la desaparición de Alfredo, nadie se atreve a manejar información extraoficial, aquella que muchas veces es mejor o más real que la que emiten las autoridades de manera oficial.

Coincidió en que tampoco nadie lleva a cabo investigación de fondo y por lo tanto se sujetan a lo que informan las autoridades, que la mayoría de las veces lo que emiten es un boletín con datos escuetos.

También la reportera Sanata anotó que desde la desaparición de Jiménez Mota la Procuraduría General de la República (PGR) está más cerrada a los periodistas.

“Entonces hay un tremendo vacío en la información: la delegación de la PGR no quiere nada con los reporteros y nosotros estamos atados a lo que ella nos informen porque la información sin fuente o extraoficial ya no la manejamos por cautela”, remató.

Texto de Marcelo Beyliss, corresponsal, El Universal, 27 de abril.



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