El presidente Felipe Calderón sostuvo que sería una “catástrofe” que por “miedo o por intereses parciales o políticos” se ignore la necesidad de llevar a cabo una “reforma” a Pemex.
Exhortó a un diálogo ordenado, ya que en su opinión no se puede posponer esta discusión, ni enterrar la cabeza como avestruz.
El mandatario participó en Acapulco en la 71 Convención Nacional Bancaria, en donde dijo que está dispuesto a asumir el costo y los riesgos de los cambios que requiere el país.
Señaló que México sí tiene posibilidades para aumentar las reservas probadas de petróleo, detener la caída de la producción de crudo y que el oro negro puede financiar el desarrollo de la nación.
“El reto es transformar el sector petrolero y fortalecer la soberanía nacional. A mí no me estallará el asunto, pero estamos decididos a transformar a México”, enfatizó.
Horas antes, durante la Segunda Reunión de Ministros de Energía de África, Latinoamérica y el Caribe desarrollada en Cancún, el jefe del Ejecutivo defendió el diagnóstico de Pemex y dijo que no es de catástrofe, sino que “describe una realidad que da motivos de preocupación, pero también de aliento”.
“Lo que sí sería una catástrofe es ignorar estos datos por temor, por interés político o por intereses de grupo. Siempre será mejor enfrentar la realidad que ignorarla”, sostuvo.
Calderón apuntó que la exploración de aguas profundas se puede practicar al mismo tiempo que con los proyectos en tierra o en aguas someras.
Enfatizó que el futuro del petróleo en México está en aguas profundas “donde se estima puede estar más de la mitad de nuestras reservas”.
Al respecto, los banqueros de México dijeron en Acapulco que las instituciones financieras tienen los recursos suficientes para atender el tema de la infraestructura en la exploración en aguas profundas.
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, aseguró en Cancún que si la población mexicana rechaza la inversión privada en Pemex, el gobierno acatará esa decisión.
Exhortó a un diálogo ordenado, ya que en su opinión no se puede posponer esta discusión, ni enterrar la cabeza como avestruz.
El mandatario participó en Acapulco en la 71 Convención Nacional Bancaria, en donde dijo que está dispuesto a asumir el costo y los riesgos de los cambios que requiere el país.
Señaló que México sí tiene posibilidades para aumentar las reservas probadas de petróleo, detener la caída de la producción de crudo y que el oro negro puede financiar el desarrollo de la nación.
“El reto es transformar el sector petrolero y fortalecer la soberanía nacional. A mí no me estallará el asunto, pero estamos decididos a transformar a México”, enfatizó.
Horas antes, durante la Segunda Reunión de Ministros de Energía de África, Latinoamérica y el Caribe desarrollada en Cancún, el jefe del Ejecutivo defendió el diagnóstico de Pemex y dijo que no es de catástrofe, sino que “describe una realidad que da motivos de preocupación, pero también de aliento”.
“Lo que sí sería una catástrofe es ignorar estos datos por temor, por interés político o por intereses de grupo. Siempre será mejor enfrentar la realidad que ignorarla”, sostuvo.
Calderón apuntó que la exploración de aguas profundas se puede practicar al mismo tiempo que con los proyectos en tierra o en aguas someras.
Enfatizó que el futuro del petróleo en México está en aguas profundas “donde se estima puede estar más de la mitad de nuestras reservas”.
Al respecto, los banqueros de México dijeron en Acapulco que las instituciones financieras tienen los recursos suficientes para atender el tema de la infraestructura en la exploración en aguas profundas.
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, aseguró en Cancún que si la población mexicana rechaza la inversión privada en Pemex, el gobierno acatará esa decisión.
Nota de Sergio Javier Jiménez y Noé Cruz Serrano, El Universal, 4 de abril.
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