“Liberen a Ingrid” gritan Carla Bruni, Cristina Fernández y una marea blanca en Francia

El grito “Liberen a Ingrid” resonó ayer en París y otras grandes ciudades galas en “marchas blancas” por la liberación de la colombo-francesa Ingrid Betancourt, que lleva seis años secuestrada por las FARC y consumiéndose en la selva.

Al clamor por su liberación se unieron en la marcha de París, que convocó a unas 30 mil personas, según los organizadores, la primera dama Carla Bruni y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.

Llamado a Uribe. La presidenta argentina prefirió centrar sus quejas no en la organización terrorista sino en el presidente colombiano, Álvaro Uribe, a quien se dirigió para pedirle que “facilite un canje humanitario”.

Acompañada por el canciller francés, Bernard Kouchner, la esposa del ex presidente Néstor Kirchner dijo en alusión al mandatario colombiano que “quien más esfuerzo debe hacer” para eliminar los obstáculos a la liberación de Betancourt “son precisamente quienes tienen la responsabilidad de conducir las instituciones de la democracia y facilitar el canje humanitario”.

La rehén colombo-francesa, de 46 años, que fue candidata a la presidencia de Colombia, está en manos de las FARC desde febrero de 2002 y su salud es tan precaria que se teme un fatal desenlace en las próximas semanas.

Fernández insistió en que “los derechos humanos deben prevalecer sobre toda otra cuestión” y, al final de la marcha volvió a dirigirse al gobierno colombiano para que “comprenda que deben cesar las operaciones militares para poder arribar a un final feliz en esta triste historia”.

Sin esperar a que se lo pidiera la presidenta argentina, Uribe ya prometió la semana pasada suspender las operaciones militares en la zona donde debería operar la “misión humanitaria” para salvar a Betancourt enviada por el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, quien sí culpó al jefe de las FARC, Manuel Marulanda Tirofijo, de la suerte de su compatriota.

Donde no cede el presidente colombiano es en desmilitarizar una vasta área de territorio colombiano, como reclama las FARC para negociar un canje entre unos 40 rehenes y 500 guerrilleros encarcelados.

Carla, conmovida. Carla Bruni, desde hace dos meses esposa de Sarkozy, comentó, por su parte, que “el desamparo” de los familiares de Betancourt le “conmueve”.

“Puedo decirles que mi marido no desistirá”, afirmó la esposa del Presidente francés, quien ha hecho de la liberación de la rehén una de sus prioridades desde su llegada al Elíseo el pasado mayo.
Nota de EFE en París, Crónica, 7 de abril.

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