Los poderosos quieren amordazar a la prensa, denuncia indígena mixteco

JUCHITÁN, Oax.— Como muchos niños mixtecos, Melchor López Rendón dejó los áridos lomeríos donde nació, cuando tenía 13 años. Su familia se lo llevó como un migrante más a Estados Unidos.

“Allá estudié en la High School Panthers de Vista California y trabajé en los campos, fábricas, hoteles, restaurantes y finalmente me acerqué a los periódicos”, cuenta con orgullo.

Con 28 años, este joven nacido en la comunidad mixteca de San Miguel Tlacotepec, donde la gente sobrevive con la elaboración y venta de petates y sombreros de palma e ixtle, hoy dirige una radiodifusora.

Sin embargo, asegura que el miedo que ahora siente por las amenazas de muerte que recibe es mayor que cuando estuvo en California, Estados Unidos.

Huérfano de padre desde los nueve años, regresó a Juxtlahuaca, donde instaló Radio Mixteca. Ahí conduce el noticiario Notimix.

Desde el año pasado transmite desde la señal del 88.7 de FM para los empobrecidos pueblos mixtecos ubicados a 30 kilómetros de Santiago Juxtlahuaca.

Confiesa que ya enfrenta las amenazas de “los poderosos”.

Como director general de Radio Mixteca, dice que se siente “en la cuerda floja”, porque sabe que su vida “está en riesgo”, ya que “a los poderosos no les gusta que se hable con la verdad”.

Cuando vivió en Estados Unidos, de 1993 a 2000, confiesa que extrañaba la tierra que lo vio nacer, pues nunca encontró la forma de comunicarse con sus amigos.

Por esa razón, explica, a su regreso de aquel país de lengua y cultura diferentes, decidió editar la publicación El Mixteco y después abrir Radio Mixteca, “para que sus paisanos se comunicaran”.

No sabía que esa determinación rompería con su tranquilidad. Pronto, aun con permiso para operar comercialmente, enfrentó la resistencia de los concesionarios radiofónicos en localidades como Tlaxiaco, Putla y Huajuapan.

El miedo creció después del 7 de abril, cuando fueron asesinadas las periodistas comunitarias de Radio Copala, Felícitas Martínez y Teresa Bautista.

Desde antes, dice, ya había recibido diversas amenazas. “Algunas por escrito y otras por mensajes de celular. “Sigue así y vas a ver”. “Los poderosos son de un criterio muy limitado, siempre quieren tener a la prensa amordazada”.

Nota de Alberto López, El Universal, 24 de abril.