LA HABANA.- El Vicepresidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), Luis Acosta, informó ayer de la próxima apertura de un nuevo canal televisivo, con programas procedentes de otros países.
"Concretamente de segmentos televisivos de una decena de naciones", dijo sin especificar cuales serán. Se desconoce también el nombre del nuevo canal, pero según Acosta estará en marcha en el primer semestre de este año.
El funcionario dio a conocer la noticia a la prensa local, después de que intelectuales y artistas, que participan esta semana del 7º Congreso de Artistas y Escritores de Cuba (Uneac), criticaran durante las primeras jornadas del encuentro la calidad y contenidos de la programación televisiva que puede ver hoy el cubano medio.
La víspera, Pedro de la Hoz, unos de los delegados al Congreso de la Uneac dijo a REFORMA que desde el principio los participantes plantearon duras y reiteradas críticas a algunas políticas culturales, así como a la calidad de la televisión. "Las críticas a los contenidos televisivos conservadores y retrógrados, han sido muy fuertes", consideró.
Actualmente, la televisión cubana, toda pública y sin publicidad comercial, tiene cuatro canales de cobertura nacional: dos educativos y otros dos, Cubavisión y TeleRebelde, de contenido variado, pero con abundante programación de baja calidad, ausencia casi total de debates y un discurso exclusivamente oficialista.
También existen canales provinciales. Entre ellos destaca el llamado Canal Habana, con un diseño algo más moderno y una temática más abierta a temas de actualidad, que es el preferido por los jóvenes de la capital.
Sin olvidar que no pocos isleños acceden a programas extranjeros por medio de antenas satelitales que instalan clandestinamente, y a veces comparten o alquilan a sus vecinos por unos 12 cucs mensuales, a riesgo de ser multados por las autoridades.
En Cuba, las antenas para ver canales extranjeros son ilegales para el ciudadano común y el Gobierno mantienen un control técnico permanente para localizarlas y desactivarlas.
No obstante, la inventiva criolla logra burlar esta censura de mil maneras y aparatos que quitan por la mañana quedan instalados al anochecer escondidos en los lugares más inverosímiles, incluso cavando zanjas entre varios vecinos para enterrar los cables en la calle antes de que vuelva a salir el sol.
Por su parte, el Gobierno de La Habana acusa a Washington de invertir sumas millonarias para penetrar en los hogares isleños a través de emisoras como TV Martí, financiada por el Departamento de Estado de EU, con el objetivo de desestabilizar la revolución.
Pero lo cierto es que dicha televisión ha fracasado rotundamente en su intento de difusión en Cuba. Es imposible captarla, ya que desde sus inicios fue neutralizada por las interferencias creadas desde la Isla.
Empleados del sector dijeron ayer a REFORMA que el IRCT espera invertir este año unos 15 millones de dólares para modernizar las obsoletas instalaciones de radio y televisión con nueva tecnología.
"Concretamente de segmentos televisivos de una decena de naciones", dijo sin especificar cuales serán. Se desconoce también el nombre del nuevo canal, pero según Acosta estará en marcha en el primer semestre de este año.
El funcionario dio a conocer la noticia a la prensa local, después de que intelectuales y artistas, que participan esta semana del 7º Congreso de Artistas y Escritores de Cuba (Uneac), criticaran durante las primeras jornadas del encuentro la calidad y contenidos de la programación televisiva que puede ver hoy el cubano medio.
La víspera, Pedro de la Hoz, unos de los delegados al Congreso de la Uneac dijo a REFORMA que desde el principio los participantes plantearon duras y reiteradas críticas a algunas políticas culturales, así como a la calidad de la televisión. "Las críticas a los contenidos televisivos conservadores y retrógrados, han sido muy fuertes", consideró.
Actualmente, la televisión cubana, toda pública y sin publicidad comercial, tiene cuatro canales de cobertura nacional: dos educativos y otros dos, Cubavisión y TeleRebelde, de contenido variado, pero con abundante programación de baja calidad, ausencia casi total de debates y un discurso exclusivamente oficialista.
También existen canales provinciales. Entre ellos destaca el llamado Canal Habana, con un diseño algo más moderno y una temática más abierta a temas de actualidad, que es el preferido por los jóvenes de la capital.
Sin olvidar que no pocos isleños acceden a programas extranjeros por medio de antenas satelitales que instalan clandestinamente, y a veces comparten o alquilan a sus vecinos por unos 12 cucs mensuales, a riesgo de ser multados por las autoridades.
En Cuba, las antenas para ver canales extranjeros son ilegales para el ciudadano común y el Gobierno mantienen un control técnico permanente para localizarlas y desactivarlas.
No obstante, la inventiva criolla logra burlar esta censura de mil maneras y aparatos que quitan por la mañana quedan instalados al anochecer escondidos en los lugares más inverosímiles, incluso cavando zanjas entre varios vecinos para enterrar los cables en la calle antes de que vuelva a salir el sol.
Por su parte, el Gobierno de La Habana acusa a Washington de invertir sumas millonarias para penetrar en los hogares isleños a través de emisoras como TV Martí, financiada por el Departamento de Estado de EU, con el objetivo de desestabilizar la revolución.
Pero lo cierto es que dicha televisión ha fracasado rotundamente en su intento de difusión en Cuba. Es imposible captarla, ya que desde sus inicios fue neutralizada por las interferencias creadas desde la Isla.
Empleados del sector dijeron ayer a REFORMA que el IRCT espera invertir este año unos 15 millones de dólares para modernizar las obsoletas instalaciones de radio y televisión con nueva tecnología.
Nota de Yolanda Martínez, corresposal, Reforma, 4 de abril.
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