Ángel Concepción Pérez Gutiérrez y Francisco Pérez Vázquez, campesinos choles y presos políticos zapatistas recluidos desde hace 12 años en la cárcel de Tacotalpa, Tabasco, anunciaron que a las 9 horas del próximo lunes 21 iniciarán una huelga de hambre “por 72 horas o el tiempo que sea necesario” en demanda de su libertad.
“Hemos tomado una decisión con la otra campaña de Tabasco y nuestras familias: (ellos) en un plantón de manera pacífica, y nosotros aquí dentro del penal, en huelga”, manifestaron en una carta.
A su vez, al sumarse a esta acción, la otra campaña tabasqueña explicó que será bajo la consigna que los mismos presos zapatistas enarbolan: “¿De qué tenemos que pedir perdón?” Reitera que los indígenas mantienen la misma postura de hace 12 años, “pedir perdón implica asumir la responsabilidad de un crimen que no cometieron”.
Ángel y Francisco, ambos con problemas de salud asociados a la diabetes, llamaron a los adherentes y simpatizantes de la otra campaña a “hacer presencia en la cárcel de Tacotalpa y aportar lo que se pueda para esta causa”. También convocaron al consejo autónomo del municipio El Campesino, al cual pertenecen en la zona norte de Chiapas, a Pueblo Creyente y a la parroquia de Tila. Sus familias convocaron a una rueda de prensa en el parque Juárez de la localidad, que será simultánea al inicio de la huelga.
En Chiapas, los presos políticos de la Voz del Amate y el “grupo zapatista”, quienes siguen demandando su libertad, refieren que se encuentran “deshidratados” después de su huelga de hambre de 41 días y agradecen los apoyos del obispo emérito Samuel Ruiz García (“comprende que somos presos de conciencia y pide nuestra inmediata libertad”), Pueblo Creyente y la sociedad civil “de México y el mundo”.
Diciéndose “fortalecidos por todos los acontecimientos recientes”, llaman “a luchar más allá de estas paredes donde los valientes conocen la verdadera libertad del corazón y el pensamiento”. Recuerdan que el gobierno de Juan Sabines Guerrero “dio su palabra de que en breve optará por nuestra liberación; esperamos que cumpla y no desprecie nuestra palabra como lo hicieron con los acuerdos de San Andrés”.
En nombre “de nuestros hermanos que pasan pobreza y siguen marginados de sus derechos, aún viviendo en las grandes urbes, y que luchan en justa protesta contra los atropellos a los derechos humanos”, demandan “no más detenciones arbitrarias, tortura, fabricación de delitos, ni reformas de sometimiento que tanto daño han hecho a nuestros pueblo”.
Piden que el Estado “respete el derecho a la vida y la propiedad de los bienes de las comunidades originarias, respetando la creación, promoción y protección de nuestras vidas y patrimonio nacional”. Firman los ocho “presos políticos” que permanecen en el Cereso 14 de Cintalapa: Marcelino Díaz Gómez, Alberto Patishtán Gómez, Delia Pérez Arizmendi, Julio César Pérez Ruiz, Miguel Gómez Gómez, José Pérez Pérez, Antonio Gómez Díaz y Jesús López López.
“Hemos tomado una decisión con la otra campaña de Tabasco y nuestras familias: (ellos) en un plantón de manera pacífica, y nosotros aquí dentro del penal, en huelga”, manifestaron en una carta.
A su vez, al sumarse a esta acción, la otra campaña tabasqueña explicó que será bajo la consigna que los mismos presos zapatistas enarbolan: “¿De qué tenemos que pedir perdón?” Reitera que los indígenas mantienen la misma postura de hace 12 años, “pedir perdón implica asumir la responsabilidad de un crimen que no cometieron”.
Ángel y Francisco, ambos con problemas de salud asociados a la diabetes, llamaron a los adherentes y simpatizantes de la otra campaña a “hacer presencia en la cárcel de Tacotalpa y aportar lo que se pueda para esta causa”. También convocaron al consejo autónomo del municipio El Campesino, al cual pertenecen en la zona norte de Chiapas, a Pueblo Creyente y a la parroquia de Tila. Sus familias convocaron a una rueda de prensa en el parque Juárez de la localidad, que será simultánea al inicio de la huelga.
En Chiapas, los presos políticos de la Voz del Amate y el “grupo zapatista”, quienes siguen demandando su libertad, refieren que se encuentran “deshidratados” después de su huelga de hambre de 41 días y agradecen los apoyos del obispo emérito Samuel Ruiz García (“comprende que somos presos de conciencia y pide nuestra inmediata libertad”), Pueblo Creyente y la sociedad civil “de México y el mundo”.
Diciéndose “fortalecidos por todos los acontecimientos recientes”, llaman “a luchar más allá de estas paredes donde los valientes conocen la verdadera libertad del corazón y el pensamiento”. Recuerdan que el gobierno de Juan Sabines Guerrero “dio su palabra de que en breve optará por nuestra liberación; esperamos que cumpla y no desprecie nuestra palabra como lo hicieron con los acuerdos de San Andrés”.
En nombre “de nuestros hermanos que pasan pobreza y siguen marginados de sus derechos, aún viviendo en las grandes urbes, y que luchan en justa protesta contra los atropellos a los derechos humanos”, demandan “no más detenciones arbitrarias, tortura, fabricación de delitos, ni reformas de sometimiento que tanto daño han hecho a nuestros pueblo”.
Piden que el Estado “respete el derecho a la vida y la propiedad de los bienes de las comunidades originarias, respetando la creación, promoción y protección de nuestras vidas y patrimonio nacional”. Firman los ocho “presos políticos” que permanecen en el Cereso 14 de Cintalapa: Marcelino Díaz Gómez, Alberto Patishtán Gómez, Delia Pérez Arizmendi, Julio César Pérez Ruiz, Miguel Gómez Gómez, José Pérez Pérez, Antonio Gómez Díaz y Jesús López López.
Nota de Hermann Bellinghausen, La Jornada, 18 de abril.
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