"Betancourt es una persona a la que le gusta controlar y manipular. La vi intentar asumir el control del campamento de rehenes con una arrogancia desbordante", afirma en el libro el analista de inteligencia Keith Stansell, quien, junto a su colega Marc Gonsalves y el piloto Tom Howes, pasó cinco años y medio en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) luego que su avión cayera en la selva colombiana el 13 de febrero de 2003.
"Yo no tengo una imagen positiva de ella", fue todo lo que quiso decir Stansell ayer en Nueva York al presentar junto a sus compañeros "Fuera del Cautiverio", un recuento del tiempo que pasaron secuestrados y en el que exponen una imagen muy negativa de su más famosa compañera de plagio.
Pero, en una entrevista telefónica, el ex marine aseguró que, aunque no es su intención atacar a Betancourt, "la verdad es muy salvaje".
"Nos enfermamos bastante con su comportamiento en la selva. Ahora sólo quiero ser inmunizado", declaró. En el libro, los tres ex rehenes critican con dureza el proceder de la ex candidata presidencial durante su cautiverio hasta el 2 de julio de 2008, cuando los cuatro fueron rescatados, junto a otros 11 rehenes, por el Ejército colombiano.
Además de llamarla "arpía" y "serpiente", la acusan de robar la comida de otros compañeros e incluso de amenazar sus vidas al decirle a los guerrilleros que los tres estadounidenses eran agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En un pasaje de la narración, cuentan que Ingrid ocultó un radio de transistores cuando la guerrilla había ordenado el retiro de esos aparatos, el cual luego no quiso compartir con los demás secuestrados.
Pero mientras Stansell expresa la opinión más dura sobre Betancourt, Gonsalves describe en el texto una cálida amistad con ella, e inclusive una supuesta mutua atracción que se acabó cuando ella le exigió que le correspondiera.
Los ex rehenes también aseguran que Betancourt sostuvo en cautiverio un tórrido romance con Luis Eladio Pérez, ex congresista colombiano quien también estuvo secuestrado por la guerrilla.
Betancourt no ha hecho comentarios sobre el libro de los estadounidenses, pero en una entrevista posterior a su liberación dijo sobre ellos: "habían pasado por condiciones muy difíciles, y cuando los pusieron en el mismo grupo que nosotros hallaron una forma de compartir con otros lo que pensaban que sólo a ellos les estaba pasando".
En el libro, Stansell, Gonsalves y Howes sostienen además que las FARC están muy debilitadas, que mantienen como esclavos a los más jóvenes en sus filas y que muchos de ellos piensan desertar.
"No son revolucionarios; son criminales, secuestradores y narcotraficantes. La humanidad no existe ahí en la selva con las FARC. Usan a los jóvenes que captan como esclavos a los que les lavan el cerebro", afirmó Stansell.
Alberto Armendáriz y NYT, Reforma, 27 de febrero.
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