En su informe anual sobre la lucha antinarcóticos y la cooperación de otros países durante el 2008, que sirve de base para decidir la continuidad o suspensión de la ayuda económica que brinda Estados Unidos a diversos países, el Departamento de Estado eludió elevar el tono de sus críticas con la esperanza de recuperar el ánimo de cooperación con los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales.
Estamos dispuestos a “reanudar la cooperación con Venezuela”, siempre y cuando su gobierno haga su parte y “dé pasos concretos que demuestren su compromiso”, dice el informe, que califica a Venezuela como “uno de los puntos más importantes” para el tráfico de drogas.
En el caso de Bolivia, se indica, sería deseable que el presidente Evo Morales permita el regreso de la DEA a su país y “revierta” su política de expansión de los cultivos de coca.
El reporte fue presentado por el secretario de Estado adjunto para la lucha antinarcóticos, David Johnson, quien reconoció que es “clave” que EU y otros países consumidores de estupefacientes reduzcan la demanda para debilitar los incentivos que hacen del narcotráfico un negocio lucrativo y difícil de desarraigar.
Los intentos por evitar nuevos desencuentros con los gobiernos de Venezuela y Bolivia demuestran así el inicio de una nueva aproximación de la administración Obama hacia algunos países de Latinoamérica que habían llegado al borde de la ruptura con la administración de George W. Bush.
No está claro, sin embargo, si los intentos por reconducir los esfuerzos de cooperación se traducirán en el corto plazo con el retorno de los agentes de la DEA a Bolivia, o en el reinicio de la cooperación suspendida por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, desde el año 2005.
En su informe anual sobre lucha antinarcóticos, el Departamento de Estado no desaprovechó la oportunidad para advertir sobre la creciente presencia de los cárteles de la droga en algunos países de Centroamérica como Guatemala, El Salvador y Honduras.
Particular atención ha recibido el caso de Guatemala donde se indica que, “a medida que los cárteles mexicanos penetran más, la administración (del presidente Álvaro) Colom encarará incluso mayores desafíos de seguridad” en su país.
El Departamento de Estado reconoció que el presidente Colom ha aumentado el presupuesto de las fuerzas de seguridad contra el narcotráfico y ha emprendido una campaña contra la corrupción, pero insistió en que a medida que México ha aumentado su lucha contra las drogas “los cárteles mexicanos se han expandido en Guatemala”.
El informe llama además la atención sobre los casos de Panamá y Costa Rica, donde se ha registrado una mayor actividad de los cárteles de la droga.
Panamá vuelve a confirmarse como una importante plaza para el lavado de dinero, mientras que Costa Rica se ha convertido en una importante vía de tránsito al tráfico que va hacia Europa y EU.
“Los principales cárteles colombianos y mexicanos, así como grupos armados ilegales colombianos utilizan Panamá para el tráfico de drogas y el lavado de dinero”, asegura el reporte.
Por otro lado, el informe confirma que España sigue siendo la principal puerta de entrada del tráfico de cocaína hacia Europa y una de las más importantes plazas para el lavado de dinero. Según el informe, buena parte de los ingresos del narcotráfico se “reciclan” en el mercado inmobiliario de ese país, principalmente en las áreas costeras del sur y el este del país.
Finalmente, el informe formula una dura crítica contra el gobierno afgano de Hamid Karzai, a quien sugiere poner más de su parte para terminar con la corrupción rampante que sigue colocando a ese país a la cabeza de las naciones que producen y exportan heroína hacia distintos puntos del mundo.
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