Abandona penal Jacinta Francisco

QUERÉTARO.- Luego de tres años y un mes en prisión, acusada del delito de secuestro a seis elementos de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), Jacinta Francisco Marcial fue puesta en libertad.

La liberación de la indígena otomí se dio luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) presentara conclusiones no acusatorias en su contra, con lo que el juez que lleva el caso, Rodolfo Pedraza Longi, determinó el auto de libertad.

Cerca de las 19:00 horas del martes la PGR notificó al Juzgado Cuarto de Circuito, con sede en esta capital, la determinación de exonerar a Francisco Marcial, quien fue detenida en agosto de 2006 junto con otras dos mujeres, también indígenas.

"La Agencia del Ministerio Público de la Federación adscrito, como autoridad de buena fe, vigilante de las garantías constitucionales, custodio de la legalidad y en función del examen y apreciación directa de las pruebas, advirtió la insuficiencia de las mismas que acreditaran de forma plena la participación de la inculpada", indicó ayer la PGR en un comunicado.

El proceso de liberación se prolongó poco más de seis horas por el papeleo que se tuvo que realizar en los juzgados y en el Cereso Femenil de San José el Alto.

A su salida del penal, la madrugada del miércoles, Jacinta fue recibida por su esposo, Guillermo Francisco Prisciliano, sus hijos Salomón y Estela Hernández Francisco y su yerno, Sergio Chávez, así como por personal de Amnistía Internacional e integrantes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

"Me siento contenta", fueron las únicas palabras de la indígena que, junto con sus acompañantes, se trasladó en vehículo a Santiago Mexquititlán, una comunidad del municipio de Amealco, a 78 kilómetros de la capital de Querétaro.

En esa comunidad, el 27 de marzo de 2006, los seis elementos de la AFI fueron privados de la libertad por un grupo de vecinos que pedían por su rescate el pago de 80 mil pesos, hechos que meses después llevaron a la detención de Jacinta Francisco Marcial, Teresa González Cornelio y Alberta Alcántara Juan, quienes fueron condenadas a 21 años de prisión.



'Todos pagan lo que hacen'


Ya en su casa, con su familia, endeudada pero contenta, Jacinta dijo que ya perdonó a las autoridades de la PGR.

La indígena otomí afirmó que no guarda rencores.

"No le tengo ningún rencor (a la PGR), pues que Dios los perdonen por lo que hicieron, si como quiera ya sabemos que todos pagan lo que hacen", dijo.

Señaló que tras obtener su libertad quiere hacer muchas cosas, pero lamenta que su situación de ex convicta pueda ser un obstáculo en el futuro.

"No me van a dar trabajo tan fácilmente, porque no sé leer, ni escribir, ni sé hablar bien, ni muchas palabras no entiendo bien".

Durante el tiempo que estuvo presa, recordó, lo más duro fue estar lejos de su familia.

"Lo que más me dolió fue no estar con mi familia y que no pudiera estar junto con ellos.

"Ahorita es el primer día que regresé aquí, pero estoy bien contenta de ya regresar a mi casa y ver a mi familia. No puedo creer que estoy aquí, como que me siento que todavía estoy en la cárcel", señaló.

Jacinta dice que está contenta pero cansada y endeudada, pues las gestiones para dejar atrás el encierro implicó para su familia gastos fuertes.

No descartó demandar una indemnización a las autoridades federales.

"Yo sé que mi familia debe mucho, y para conseguir ese dinero, no lo tenemos", aseguró.

Andrés Díaz, abogado defensor del Centro Pro, descalificó la actuación del sistema de justicia mexicano que, dijo, quedó en evidencia con el caso de Jacinta.

"El caso de Jacinta nos deja muchas enseñanzas, entre otras, saber que en el País no hay un buen sistema de justicia penal que proteja a las personas más vulneradas en sus derechos, como son las mujeres indígenas", sostuvo.
Fernando Paniagua corresponsal, Reforma, 17 de septiembre.

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