BOGOTÁ.- La actual crisis diplomática entre Colombia y Venezuela, a diferencia de ocasiones anteriores, ya empezó a impactar el comercio y la economía de ambos países.
En una relación marcada por los altibajos, la nueva crisis surgió tras el anuncio de Bogotá, a mitad de julio, de que ampliaría el acceso de Estados Unidos a siete bases aéreas, lo que Caracas ve como una amenaza.
En represalia, el Presidente Hugo Chávez ordenó paralizar la importación de 10 mil vehículos colombianos -que ahora comprará a Argentina- y reducir a cero el comercio bilateral, que en 2008 alcanzó 7.2 mil millones de dólares, de los cuales 6.1 mil millones fueron exportaciones colombianas. Apenas en enero, Chávez se había propuesto llevar el comercio binacional a 10 mil millones de dólares, propósito que quedó en el aire, pues por primera vez ha pasado de las amenazas a los hechos.
El Mandatario venezolano suspendió, además, la venta de combustible a Colombia y amenazó incluso con expropiar empresas de ese país.
Los efectos ya empezaron a sentirse. Según cifras del gremio exportador (Analdex), las ventas colombianas a Venezuela cayeron 30 por ciento en julio y agosto respecto al año anterior.
"Tememos que esta situación se va a mantener e incluso a acentuar en los próximos meses", dijo a REFORMA Javier Díaz, presidente de Analdex.
Exportaciones como la carne, que en 2008 representaron 759 millones de dólares, han sido de las más afectadas.De los 4.2 millones de animales sacrificados para consumo en 2008, 500 mil iban para Venezuela, y la restricción casi total de su ingreso al país vecino desplomó los precios del ganado en pie colombiano.
Los alimentos en general y las confecciones han sido otras exportaciones afectadas.
Por esta caída en el comercio bilateral, que cerraría el año en 5 mil millones de dólares, 20 mil empleos están en riesgo en Colombia y 35 mil en Venezuela, sobre todo en la frontera.
Las autoridades venezolanas restringieron también frecuencias a aerolíneas colombianas, lo que acentúa el deterioro.Desde hace años, el comercio bilateral enfrenta trabas burocráticas en Venezuela en materia de compra y venta de divisas, que amenazan con profundizarse.
Magdalena Pardo, presidenta de la Cámara Colombo-Venezolana, admite que toda esta incertidumbre entorpece el intercambio bilateral, frena las posibles inversiones y habla incluso de una incipiente discriminación hacia los colombianos.
Por si fuera poco, una apreciación sustancial del peso colombiano ha encarecido los productos vecinos.
En una relación marcada por los altibajos, la nueva crisis surgió tras el anuncio de Bogotá, a mitad de julio, de que ampliaría el acceso de Estados Unidos a siete bases aéreas, lo que Caracas ve como una amenaza.
En represalia, el Presidente Hugo Chávez ordenó paralizar la importación de 10 mil vehículos colombianos -que ahora comprará a Argentina- y reducir a cero el comercio bilateral, que en 2008 alcanzó 7.2 mil millones de dólares, de los cuales 6.1 mil millones fueron exportaciones colombianas. Apenas en enero, Chávez se había propuesto llevar el comercio binacional a 10 mil millones de dólares, propósito que quedó en el aire, pues por primera vez ha pasado de las amenazas a los hechos.
El Mandatario venezolano suspendió, además, la venta de combustible a Colombia y amenazó incluso con expropiar empresas de ese país.
Los efectos ya empezaron a sentirse. Según cifras del gremio exportador (Analdex), las ventas colombianas a Venezuela cayeron 30 por ciento en julio y agosto respecto al año anterior.
"Tememos que esta situación se va a mantener e incluso a acentuar en los próximos meses", dijo a REFORMA Javier Díaz, presidente de Analdex.
Exportaciones como la carne, que en 2008 representaron 759 millones de dólares, han sido de las más afectadas.De los 4.2 millones de animales sacrificados para consumo en 2008, 500 mil iban para Venezuela, y la restricción casi total de su ingreso al país vecino desplomó los precios del ganado en pie colombiano.
Los alimentos en general y las confecciones han sido otras exportaciones afectadas.
Por esta caída en el comercio bilateral, que cerraría el año en 5 mil millones de dólares, 20 mil empleos están en riesgo en Colombia y 35 mil en Venezuela, sobre todo en la frontera.
Las autoridades venezolanas restringieron también frecuencias a aerolíneas colombianas, lo que acentúa el deterioro.Desde hace años, el comercio bilateral enfrenta trabas burocráticas en Venezuela en materia de compra y venta de divisas, que amenazan con profundizarse.
Magdalena Pardo, presidenta de la Cámara Colombo-Venezolana, admite que toda esta incertidumbre entorpece el intercambio bilateral, frena las posibles inversiones y habla incluso de una incipiente discriminación hacia los colombianos.
Por si fuera poco, una apreciación sustancial del peso colombiano ha encarecido los productos vecinos.
Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 17 de septiembre.
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