Decenas de migrantes rezan en vía crucis, antes de seguir su camino a EU

Tienen miedo pero no hay otra opción; el camino es largo y difícil para buscar el sueño americano.

A diario la Casa del Migrante San Juan Diego, ubicada en el municipio de Tultitlán, recibe aproximadamente 70 migrantes al día y se les brinda cobijo y comida, a cambio de nada, aunque en los últimos días, dice Guadalupe Calzada Sánchez, conocida como La Madre de los migrantes, llegan sólo unos 40 por el mal tiempo en el sur del país y por la inseguridad.

En un recorrido realizado por Crónica, un grupo de 30 migrantes, procedentes de el Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, en peregrinación, guiados por un sacerdote, partieron para hacer el vía crucis, rezando en cada estación preparándose para continuar su camino hacia Estados Unidos.

Hacen una pausa en una cruz a un lado de las vías del tren. “Uno de nuestros hermanos venía con el mismo sueño que ustedes y hoy está muerto, este es un testimonio de la realidad”, dice Guadalupe Calzada, encargada de la Casa del Migrante que inició a brindar apoyo el 19 de enero de 2009.

Durante el camino se asoma una cartulina entre el pequeño grupo de indocumentados: ¡No más muerte al migrante!

Y es que atrás dejaron padres, esposas e hijos, a quienes prometieron pisar suelo estadunidense, pero antes deben evitar ser descubiertos.

Hoy, que se celebra el Día del Migrante en algunas naciones latinoamericanas, se estima que la Casa del Migrante ha recibido a 18 mil migrantes desde su fundación.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en seis meses 10 mil migrantes han sido secuestrados en territorio mexicano por el crimen organizado.

Luego de permanecer hasta 72 horas como máximo en la casa en la que no pueden entrar con cigarros, drogas y armas, “la bestia” los espera para continuar el camino…siempre, cuidándose entre ellos.

Denis A. García en Tultitlán, La Crónica, 5 de septiembre.