CARACAS (Agencias).— El presidente venezolano Hugo Chávez pidió ayer a sus simpatizantes votar el domingo próximo en las elecciones legislativas para “demoler a la burguesía” que se opone a la instauración de un régimen socialista en este país.
“Vamos a demoler a la burguesía apátrida. El domingo vamos a demoler a los escuálidos”, afirmó el mandatario, refiriéndose a la oposición, en un acto de apoyo a los candidatos del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el occidental estado Táchira. Chávez recorrió las principales calles a bordo de un camión, ataviado con una camisa roja, en lo que se denominó “el remolino rojo”, por el color distintivo del PSUV.
El jefe de Estado acudió a ese estado andino para uno de los actos finales de la campaña electoral, en un intento por recuperar una entidad donde el oficialismo perdió la gobernación en las elecciones regionales de 2008. Insistió en acusar al gobernador de Táchira, el socialcristiano César Pérez Vivas, de golpista.
“Táchira no tendrá más un gobernador como éste, así como Venezuela más nunca tendrá un presidente escuálido”. El mandatario, quien pronosticó que ganará una nueva reelección presidencial en 2012, recalcó que para ello el PSUV debe ganar las elecciones del domingo próximo para preservar la mayoría en la unicameral Asamblea Nacional.
Las encuestas muestran una reñida carrera, con la aprobación de Chávez en uno de sus niveles más bajos desde que asumió como presidente, en 1999.
Sin embargo, el líder izquierdista aún cuenta con el respaldo de gran parte de la población y su partido sería favorecido por nuevas reglas electorales.
El oficialismo ha advertido que la oposición podría provocar sabotajes, como causar una parada repentina del metro, la explosión en una siderúrgica estatal o una serie de cortes eléctricos para cometer fraude. Los líderes de la oposición denominan a estas declaraciones una “farsa” y una prueba de que Chávez teme perder este domingo .
“Vamos a demoler a la burguesía apátrida. El domingo vamos a demoler a los escuálidos”, afirmó el mandatario, refiriéndose a la oposición, en un acto de apoyo a los candidatos del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el occidental estado Táchira. Chávez recorrió las principales calles a bordo de un camión, ataviado con una camisa roja, en lo que se denominó “el remolino rojo”, por el color distintivo del PSUV.
El jefe de Estado acudió a ese estado andino para uno de los actos finales de la campaña electoral, en un intento por recuperar una entidad donde el oficialismo perdió la gobernación en las elecciones regionales de 2008. Insistió en acusar al gobernador de Táchira, el socialcristiano César Pérez Vivas, de golpista.
“Táchira no tendrá más un gobernador como éste, así como Venezuela más nunca tendrá un presidente escuálido”. El mandatario, quien pronosticó que ganará una nueva reelección presidencial en 2012, recalcó que para ello el PSUV debe ganar las elecciones del domingo próximo para preservar la mayoría en la unicameral Asamblea Nacional.
Las encuestas muestran una reñida carrera, con la aprobación de Chávez en uno de sus niveles más bajos desde que asumió como presidente, en 1999.
Sin embargo, el líder izquierdista aún cuenta con el respaldo de gran parte de la población y su partido sería favorecido por nuevas reglas electorales.
El oficialismo ha advertido que la oposición podría provocar sabotajes, como causar una parada repentina del metro, la explosión en una siderúrgica estatal o una serie de cortes eléctricos para cometer fraude. Los líderes de la oposición denominan a estas declaraciones una “farsa” y una prueba de que Chávez teme perder este domingo .
El Universal, 22 de septiembre.
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