Termómetros electorales

Este domingo 26 los venezolanos votan a 167 diputados para la nueva Asamblea Legislativa. El próximo domingo 3 de octubre hay elecciones municipales en Perú, que incluyen la alcaldía de Lima, pero ¿quién se acuerda de ello?, ese mismo día se realizan las presidenciales en Brasil y se elige el sucesor de Lula da Silva, nada menos.

Las de Perú, en una carrera muy reñida entre dos postulantes, Lourdes Flores y Susana Villarán, son una antesala con vista a las presidenciales de abril de 2011, en que Alan García culminará su mandato, y para la cuales ya se perfilan algunos candidatos, entre ellos el ex presidente Alejandro Toledo y la diputada Keiko Fujimori, hija del ex dictador, hoy en la cárcel.

En las legislativas venezolanas, más que la composición del cuerpo —el número de diputados que obtendrá el oficialismo chavista y la oposición— lo que importa será el respaldo popular que recibirán las fuerzas en pugna; esto es, Hugo Chávez, por un lado, y los candidatos de los partidos opositores, por el otro.

Hay cosas que se pueden prever de antemano.

La oposición va a ganar escaños. No los tenía. No había presentado candidatos en la elección anterior. Pero la oposición difícilmente podrá lograr una mayoría aunque la consiga en la votación popular. Eso es casi imposible porque Chávez hizo trampa de antemano: aprobó una ley electoral que elimina la representación proporcional de la minorías y reformó 33% de los circuitos electorales, reduciendo el número de representantes en lugares donde, casualmente, la oposición siempre ha tenido más votos. Con estos “toquecitos”, se creó un sistema por el cual el chavismo con menos votos puede obtener más diputados.

Lo que importa es el voto total y Chávez, consciente de eso, se lanza con todo. No importa quiénes son los hombres del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que irán a la Asamblea. Él es el candidato único. Ha suspendido su programa de Aló Presidente de cuatro horas diarias, pero ahora aparece por más tiempo en la televisión. Ha superado ese récord. Concede becas a estudiantes, da empleos, distribuye lápices, cuadernos, notebooks y aires acondicionados; vende “bueno, bonito y barato” cocinas a gas, neveras, lavadoras, Blackberrys y, desde la red social, da instrucciones y dirige a sus militantes y organiza la campaña electoral. La de hoy y su campaña presidencial del año 2012.

Los venezolanos no saben quiénes son los candidatos chavistas. La jugada, la estrategia de Chávez es esa.

Usa y abusa del poder; utiliza los bienes y dineros públicos para la compra de votos y con total impunidad ataca a la oposición: “les vamos a dar una paliza a estos escuálidos, vendepatrias, corruptos, sinvergüenzas, subordinados al imperio yanqui”. Y cuando “estos” se defienden y le responden, manda a sus jueces y fiscales para que les inventen procesos y juicios para meterlos a la cárcel.

Hay analistas que dicen que Chávez es bueno ganando elecciones. Es cierto, pero así cualquiera lo hace.

También dicen los analistas que ha demostrado ser mejor ganando elecciones que gobernando y por algo será. Desde la televisión se pueden prometer muchas cosas, pero lo que no se puede hacer es evitar que la comida se pudra o darle la orden a los pozos para que produzcan más petróleo.

Habrá que ver cuál es la temperatura de estos días, que no necesariamente va a ser la de 2012.

Por ahora, lo único seguro es que el clima cambia continuamente y cada vez es más difícil hacer pronósticos. Incluso para Chávez. En 1998 decía: “Declaro ante Venezuela que no tengo enemigos políticos, tengo adversarios políticos, necesito una oposición, pido la crítica a tiempo…” Y fíjense lo que dice ahora.

*El autor es miembro consultivo de la Sociedad Interamericana de Prensa y del Comité Coordinador Mundial de Libertad de Prensa
Danilo Arbila, EL Universal, 26 de septiembre.

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