La decisión, impulsada por el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, busca sortear la amenaza obstruccionista de los republicanos con una maniobra de procedimientos que ha hecho de lado su propia iniciativa para recuperar la versión aprobada el miércoles en la Cámara de Representantes.
El objetivo de la maniobra, según explicaron fuentes legislativas, es negociar y conseguir el consenso necesario con representantes del Partido Republicano que necesitan, a su vez, del apoyo de los demócratas en otras iniciativas, como la extensión de las exenciones fiscales para los más ricos, que ya han pactado en primera instancia con la Casa Blanca.
“Una vez que se voten iniciativas como éstas, esperamos que se unan a nosotros”, aseguró una fuente legislativa.
Desde la Casa Blanca, la decisión del liderazgo demócrata fue respaldada en aras de conseguir un consenso bipartidista.
“Si ocho republicanos votaron el pasado miércoles a favor de esta iniciativa, también debería de haber un apoyo bipartidista en el Senado”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, al asegurar que el presidente Obama se mantendrá muy al pendiente de las negociaciones. “A raíz de ese voto, el Senado tomará la versión aprobada por la Cámara Baja más adelante, este mes. Mientras tanto, trabajaremos con los líderes de la Cámara Alta y la administración para asegurar que el presidente pueda hacer ley la Dream Act para fin de año”, aseguró Reid.
El Congreso entrará en receso el 17 de diciembre, cuando concluirá la actual legislatura.
Aunque en un primer momento se especuló con la posibilidad de anexar la iniciativa aprobada en la Cámara Baja a otras leyes o proyectos legislativos como el de Defensa, fuentes de la oficina de Reid aseguraron que la iniciativa será introducida en solitario para consensuarla con el Partido Republicano.
“La Dream Act no es un voto simbólico. Es algo que le debemos a todos esos jóvenes, cuyas vidas serán impactadas positivamente por este proyecto de ley. Miembros de ambos partidos deben preguntarse si pueden permitirse el lujo de decir a estos talentosos muchachos que Estados Unidos no tiene un lugar para ellos”, insistió Reid.
“Objetivos vulnerables”
“Si la Dream Act no pasa, va a ser muy mala noticia para estos jóvenes que se convertirán en objetivos más vulnerables”, advirtió Marc R. Rosenblum, experto del Instituto de Política Migratoria, al aludir a la campaña de deportaciones instrumentada por el gobierno del presidente Barack Obama.
Rosemblum considera que los jóvenes corren el riesgo de quedar atrapados en medio de la campaña de remociones, justo cuando la Cámara Baja pasará a manos republicanas, que podrían promover iniciativas más duras en materia migratoria.
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