En plena madrugada del sábado, embajadores jefes de delegación, ministros de las 194 naciones y lo mismo la ONU calificaron a la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, de “una excelente cocinera, una gran capitana y hasta diosa”.
A juzgar por cada uno de los posicionamientos que fueron fijando los representantes de las 194 naciones que se dieron cita en esta ciudad del Caribe mexicano, la diplomática mexicana “recuperar y establece” la confianza en el multilateralismo.
Después, de pie, el pleno de la COP-16 batió en palmas por casi tres minutos, la canciller mexicana contuvo las lágrimas que ya asomaban en su rostro enrojecido; con las palmas pegadas a su pecho agradeció a todos la insólita deferencia diplomática.
Pasaban las cinco de la mañana y ya clausurada la cumbre climática por parte de Felipe Calderón, la canciller siguió siendo abrazada por chinos, estadunidenses, coreanos, franceses... y ella los instaba a no bajar la guardia y a seguir haciendo gala de la diplomacia en Durban, Sudáfrica, en la versión décimo séptima en materia climática, luego de que se sentaran las bases para enfrentar el calentamiento global con un enfoque de largo plazo.
Las delegaciones que respaldaron así el trabajo, “y el enorme” esfuerzo de la titular de la SRE en su calidad de presidenta del pleno de la COP-16 fueron Uruguay, Guyana, Estado Unidos, China, Senegal, Filipinas, Kenia, Costa Rica, Japón, Colombia, Ecuador y muchas más.
Por ejemplo, la delegación de la India parafraseó en el pleno la frase respecto a que “México está tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios... y así como en la india tenemos dioses y diosas, aquí usted se mostró como una diosa por haber diseñado acuerdos que significan un buen punto de partida para enfrentar el cambio climático, y sobre todo, por que restauró la confianza multilateral, lo que significa un logro histórico”.
Sin embargo la única nación que se quejó fue Bolivia, ya que, según ellos, la presidenta de la COP-16 violentó las reglas y las normas de Naciones Unidas, y en ese sentido anunció que interpondrán tantas quejas como sea posible en diversas cortes internacionales.
Cancún. Rodolfo Montes, Milenio, 12 de diciembre.
A juzgar por cada uno de los posicionamientos que fueron fijando los representantes de las 194 naciones que se dieron cita en esta ciudad del Caribe mexicano, la diplomática mexicana “recuperar y establece” la confianza en el multilateralismo.
Después, de pie, el pleno de la COP-16 batió en palmas por casi tres minutos, la canciller mexicana contuvo las lágrimas que ya asomaban en su rostro enrojecido; con las palmas pegadas a su pecho agradeció a todos la insólita deferencia diplomática.
Pasaban las cinco de la mañana y ya clausurada la cumbre climática por parte de Felipe Calderón, la canciller siguió siendo abrazada por chinos, estadunidenses, coreanos, franceses... y ella los instaba a no bajar la guardia y a seguir haciendo gala de la diplomacia en Durban, Sudáfrica, en la versión décimo séptima en materia climática, luego de que se sentaran las bases para enfrentar el calentamiento global con un enfoque de largo plazo.
Las delegaciones que respaldaron así el trabajo, “y el enorme” esfuerzo de la titular de la SRE en su calidad de presidenta del pleno de la COP-16 fueron Uruguay, Guyana, Estado Unidos, China, Senegal, Filipinas, Kenia, Costa Rica, Japón, Colombia, Ecuador y muchas más.
Por ejemplo, la delegación de la India parafraseó en el pleno la frase respecto a que “México está tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios... y así como en la india tenemos dioses y diosas, aquí usted se mostró como una diosa por haber diseñado acuerdos que significan un buen punto de partida para enfrentar el cambio climático, y sobre todo, por que restauró la confianza multilateral, lo que significa un logro histórico”.
Sin embargo la única nación que se quejó fue Bolivia, ya que, según ellos, la presidenta de la COP-16 violentó las reglas y las normas de Naciones Unidas, y en ese sentido anunció que interpondrán tantas quejas como sea posible en diversas cortes internacionales.
Cancún. Rodolfo Montes, Milenio, 12 de diciembre.
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