Entre reproches y autógrafos

"¡Títere!, es un títere nada más", grita tímido Alan Navarro, estudiante de cuarto semestre de Ciencias de la Comunicación de la Universidad del Valle de México.

Es la mañana después del debate y Gabriel Quadri está rodeado por un enjambre de alumnos que le piden autógrafos y fotografías en el Campus Tlalpan. El triunfalismo está en el aire que respira el candidato de Nueva Alianza a la Presidencia.

Los titulares de los periódicos lo dan como ganador de un debate que será recordado por una escotada playmate y algunas encuestas lo han reposicionado varios puntos arriba de su lejano cuarto lugar en las preferencias electorales.

Eso no es todo, por primera vez, el académico de lentes de pasta, bigote poblado y melena desaliñada arranca de las preparatorianas gritos que hasta hoy sólo se habían escuchado en la campaña de su homólogo del PRI, Enrique Peña Nieto.

"¡Quadri, te amoooo!, grita Paola, cuya clase de Biología fue suspendida para salir a escuchar al abanderado del Panal en la explanada del campus.

Pero no todo es miel sobre hojuelas para el autoproclamado candidato ciudadano.

Como en otras ocasiones, el "fantasma" de la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, lo persigue a casi a todos los auditorios.

"La primera que debería de caer, la primera demagoga, debería de ser ella", sentencia un alumno cuando llega la etapa de preguntas y respuestas.

La defensa de siempre es corregida y aumentada.

La mala calidad de la educación, responde Quadri, no es culpa de la fundadora de su partido, y le atribuye a Gordillo el legado de la Evaluación Educativa y la Alianza por la Calidad de la Educación.

"Hay una campaña muy intensa en los medios de comunicación en los últimos meses y semanas en contra del Sindicato, en contra de la educación pública, ¡ojo!, yo me pregunto: ¿por qué no la hicieron hace cinco años, o hace seis años cuando empezaba el Gobierno?,¿ qué será casualidad ahora?".

Otro obús sale de la cuarta fila:
"¿Es consciente usted que los votos a su favor servirán nada más para que Enrique Peña Nieto tenga el camino más sencillo hacia la Presidencia?", pregunta un muchacho de camisa verde amarilla que no dice su nombre.

El público aplaude. El candidato de Nueva Alianza se despoja del saco café a cuadros como quien quiere pelea, se acomoda las gafas, y responde:
"Entonces acabemos con la democracia, acabemos con las elecciones, hagamos una encuesta cada seis años, decidamos quién es el más popular, ¡y listo!, deshagámonos de esta costosa democracia", la respuesta arranca los mismos aplausos.

Poco después de una hora el mitin escolar termina, a Quadri le llevará todavía 40 minutos más salir antes de atender las peticiones de los alumnos que le dan trato de estrella, salvo excepciones como la de Alan.

"Tiene la parte fácil porque no tiene nada que perder, simplemente es un títere para que no se pierda el partido Nueva Alianza", asevera el estudiante.

Al fondo otro grito tímido: "Traigan a AMLO".


Osvaldo Robles, Reforma, 8 de mayo.

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