45%: “El Presidente debería congelar su iniciativa por un tiempo”

Para la opinión pública, en este momento es el Presidente Calderón quien lleva la ventaja frente a López Obrador en cuanto al conflicto sobre la reforma de Pemex, y tendría razón si esa ventaja se midiera en función de cuál de las dos versiones ha logrado posicionarse mejor entre los púbicos: la mayoría no considera que un referéndum sobre el tema sería adecuado, se piensa que la insistencia de los cuarto meses de debate por parte de AMLO es sólo un pretexto para llegar al primero de septiembre con el conflicto, y son muchos más los que creen que el PRI y el PAN realmente quieren debatir para mejorar la reforma que los que piensan que lo que busca AMLO es precisamente eso.Sin embargo, si ese fuera el caso y efectivamente el Presidente Calderón llevara todas las de ganar, ¿Por qué la mayoría de los entrevistados piensan que lo mejor que podría hacer el Presidente es pedirle al Senado que congele la iniciativa por un tiempo hasta que los ánimos le sean más propicios? ¿Será porque la opinión pública de alguna forma intuye las proporciones que puede llegar a tener este conflicto?

Pienso yo que la suspicacia de la opinión pública está más que justificada y, con todo respeto, tendría que disentir de la opinión que Carlos Marín expresó el miércoles pasado en el programa Tercer Grado, en el sentido de que lo que está ocurriendo se mueve en el terreno de lo anecdótico.

Finalmente, uno de los tres poderes de la Unión, en este momento, se encuentra paralizado, y no soy experta en procedimientos legislativos pero supongo que Marín dice la verdad cuando afirma que la mayoría de los diputados y senadores podrían declarar como recinto legislativo cualquier otra sede alternativa, pero los costos políticos de una decisión como ésta no serían menores, al margen de que Carlos Marín da por descontado que todos los legisladores del PRI se moverían en bloque, cuestión que yo pondría seriamente en duda, dadas las declaraciones y actitudes que hemos visto en importantes sectores del tricolor en los últimos días.

Pero aún considerando que pudiera darse que una mayoría declarara algún recinto alterno para sesionar, eso no querría decir que los lópezobradoristas se quedarían con los brazos cruzados, y una provocación de este tipo puede llevarlos a tomar acciones mucho más delicadas que la simple toma de las tribunas legislativas; acciones frente a las cuales el gobierno tendría muy poco espacio de maniobra sin poner en riesgo el apoyo de la opinión pública con el que hoy cuenta.

Es cierto que la mayoría del público no respalda las acciones tomadas por López Obrador y sus seguidores, pero eso no quiere decir que estén de acuerdo con las reformas que está proponiendo el Presidente. De hecho, si se revisan los resultados de la encuesta de la semana pasada, en términos de la opinión pública lo más creíble es que las iniciativas no son más que un intento de privatización disfrazado, y no es para menos, si los particulares pueden extraer el petróleo, los ductos para transportarlo serían suyos, las refinerías donde conducirían el crudo también, y si a esto le agregamos que ya cuentan con la propiedad del transporte de los productos y las gasolineras son franquicias en manos de los particulares ¿díganme ustedes para qué demonios quieren a Pemex?

Encuesta de María de las Heras, Milenio, 21 de abril.