Abrirá Cuba las puertas

El gobierno cubano anunciará en los próximos días una reforma migratoria que hará más flexible los engorrosos trámites de salida y entrada a la isla, principalmente modificaría el permiso oficial obligatorio para viajar a otro país (llamada tarjeta blanca); cancelaría la obligatoriedad de tener una carta invitación de un extranjero para poder viajar al exterior y aceptaría que cubanos que residan en el extranjero con permiso oficial puedan mantener sus propiedades.

El incipiente gobierno de Raúl Castro Ruz dará a conocer cambios fundamentales a su política migratoria buscando facilitar los viajes de los cubanos al exterior, los viajes de los emigrados hacia su país, pero sobre todo intentará mitigar el crecimiento de la ola de cubanos que abandonan de forma ilegal la isla —vía marítima a la Florida y terrestre por México— rumbo a Estados Unidos, nación a donde recalan cada año unos 14 mil habitantes de la isla grande, cifra que de acuerdo al Departamento de Seguridad Territorial (DHS) de EU tendrá un crecimiento de más del 30%, aumentará este año a más de 16 mil cubanos.

De acuerdo con funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, las reformas migratorias que serán conocidas a más tardar la primera quincena de mayo “facilitará y acelerará” la firma de un acuerdo migratorio bilateral —el último entendimiento en materia migratorio fue firmado en julio de 1998— entre los gobiernos de Cuba y México para frenar el ascendente flujo migratorio cubano a territorio mexicano.

La falta de un acuerdo migratorio entre los dos gobiernos ha estimulado en la última década la migración masiva de ciudadanos de la isla al territorio mexicano, a tal grado que a nuestro país ingresan más de mil cubanos cada mes, principalmente por tierra en la frontera con Belice y Guatemala; y por mar a los estados de Quintana Roo y Yucatán. De acuerdo a diplomáticos cubanos consultados por EL UNIVERSAL, la flexibilización migratoria se basaría en tres puntos sustanciales.

El gobierno comunista de Cuba eliminaría la famosa tarjeta blanca, uno de los requisitos que limita la salida legal de los cubanos hacia un país extranjero. La obligatoriedad de obtener este documento —cuyo trámite puede durar semanas o meses y tiene un costo de unos 90 dólares— para viajar a otra nación ha sido duramente criticada por la población.

Con la desaparición de la tarjeta blanca, el nuevo gobierno de Raúl Castro estaría prácticamente modificando la Ley de Inmigración de 1976. Sería, según diplomáticos consultados, la reforma con mayor trascendencia y podría beneficiar en un periodo relativamente corto de cuatro años a unos 100 mil cubanos.

Las nuevas regulaciones en los trámites migratorios desaparecerían la tarjeta blanca para la mayoría de la población, pero se mantendría como obligatorio para todas las personas que trabajen en sectores sensibles como las Fuerzas Armadas, el ministerio del Interior con acceso la información de seguridad de Estado. También se mantendría, según los diplomáticos consultados, para los universitarios que aún no han cumplido su servicio social.

Las nuevas disposiciones migratorias que serán anunciadas en mayo también desaparecerían el requisito obligatorio de obtener una carta invitación de un extranjero para poder salir del país. Este requisito que debe ser presentado a las autoridades de inmigración en la isla ha provocado un creciente mercado negro y el aumento de los casamientos por conveniencia entre cubanos y extranjeros.

Las nuevas reformas migratorias que serán dadas a conocer por el Ministerio de Relaciones Exteriores ampliaría de 11 meses hasta tres años el tiempo de estancia de un ciudadano cubano en el extranjero, pero sobre todo el gobierno de la isla aceptará que los hijos menores de edad puedan viajar con sus padres a visitar sus familiares en otro país, algo que hasta hoy sólo es autorizado en casos excepcionales.

De acuerdo a los diplomáticos consultados, la reducción de los requisitos para las entradas de los cubanos que residen en el exterior es uno de los temas que ha demorado el anuncio de la flexibilización de los trámites migratorios.

Nota de Juan Balboa, El Universal, 26 de abril.