El gobierno venezolano tendrá que pagar entre mil 800 millones y 2 mil 200 millones de dólares a Cemex, Lafarge y Holcim —las tres firmas trasnacionales que dominan el mercado interno y a las cuales decidió nacionalizar—, pues el presidente Hugo Chávez garantizó que se respetará el derecho de esas empresas, por lo que serán indemnizadas.
Ignacio de León, asesor financiero y catedrático de la Universidad Católica Andrés Bello, indicó que, más allá de la “evidente señal negativa que transmite a inversionistas internacionales”, la nacionalización tendrá otras implicaciones también adversas.
Citó como ejemplo “el costo que va a representar al fisco financiar las indemnizaciones” a las empresas que sean nacionalizadas.
El economista y catedrático universitario indicó que “eso supone un monto relacionado con el volumen de toneladas métricas que produce esa industria al año”.
La industria cementera venezolana está dominada por las trasnacionales Cemex, Holcim y Lafarge, que producen 8.2 millones de toneladas al año y emplean a más de 8 mil personas.
Según fuentes locales, la capacidad de producción de la mexicana Cemex es de casi 50 por ciento del total nacional, la suiza Holcim produce una cuarta parte y la francesa Lafarge el restante 25 por ciento.
El analista consideró que la nacionalización de la industria cementera planteada por Chávez “es una señal negativa para inversionistas extranjeros”.
Advirtió que esa industria “entrará en decadencia, porque la eliminación de la competencia general provoca distorsiones serias en el funcionamiento de cualquier mercado”.
Restó validez al argumento oficial, que justifica la nacionalización por la supuesta preferencia de las empresas de vender el producto en el exterior, lo que según las autoridades provoca desabasto en el mercado interno.
Agregó que desde 2003 se ha triplicado la producción de cemento en ese país y la demanda interna “estaba siendo satisfecha”, y estimó que el problema de la falta de construcción de vivienda obedece a “una gerencia desastrosa” por parte del sector público.
Ventas y empleo
Cifras extraoficiales indican que dichas empresas vendieron el año pasado 6 millones 700 mil toneladas métricas en el mercado nacional, y exportaron 720 mil, añadió el especialista.
En los primeros meses de 2008, la colocación de cemento en el país alcanzó un millón 700 mil toneladas métricas, y las ventas externas fueron de 32 mil 300, mientras que en marzo “no hubo una sola exportación”, aseveró.
De León advirtió que, además, unos 8 mil empleos directos y 5 mil indirectos podrían verse afectados por la nacionalización de la industria cementera.
“La pregunta es qué va a suceder con esos empleos, que posiblemente pasarán a ser administrados por el gobierno, con las consecuencias caóticas de la gerencia pública que ya hemos visto en montones de empresas, como con la gallinita de los huevos de oro que se llama Petróleos de Venezuela”, comentó De León.
Claves
Situación
• A fines del año pasado el gobierno venezolano nacionalizó Cementos Andinos, propiedad de la empresa colombiana Argos, que tenía una producción marginal ante la de las trasnacionales mexicana, francesa y suiza, y en la actualidad está paralizada por problemas legales.
• El gobierno de Hugo Chávez prevé que para octubre de este año finalizará la construcción de la planta de producción social Cemento Cerro Azul, en la que participa como socio el gobierno de Irán.
• “Venezuela ha demostrado ser un país responsable; es decir, reconoceremos sus activos y les pagaremos hasta el último centavo, pero vamos a recuperar las empresas de cemento privatizadas y entregadas a multinacionales”, dijo Chávez en un acto público.
Ignacio de León, asesor financiero y catedrático de la Universidad Católica Andrés Bello, indicó que, más allá de la “evidente señal negativa que transmite a inversionistas internacionales”, la nacionalización tendrá otras implicaciones también adversas.
Citó como ejemplo “el costo que va a representar al fisco financiar las indemnizaciones” a las empresas que sean nacionalizadas.
El economista y catedrático universitario indicó que “eso supone un monto relacionado con el volumen de toneladas métricas que produce esa industria al año”.
La industria cementera venezolana está dominada por las trasnacionales Cemex, Holcim y Lafarge, que producen 8.2 millones de toneladas al año y emplean a más de 8 mil personas.
Según fuentes locales, la capacidad de producción de la mexicana Cemex es de casi 50 por ciento del total nacional, la suiza Holcim produce una cuarta parte y la francesa Lafarge el restante 25 por ciento.
El analista consideró que la nacionalización de la industria cementera planteada por Chávez “es una señal negativa para inversionistas extranjeros”.
Advirtió que esa industria “entrará en decadencia, porque la eliminación de la competencia general provoca distorsiones serias en el funcionamiento de cualquier mercado”.
Restó validez al argumento oficial, que justifica la nacionalización por la supuesta preferencia de las empresas de vender el producto en el exterior, lo que según las autoridades provoca desabasto en el mercado interno.
Agregó que desde 2003 se ha triplicado la producción de cemento en ese país y la demanda interna “estaba siendo satisfecha”, y estimó que el problema de la falta de construcción de vivienda obedece a “una gerencia desastrosa” por parte del sector público.
Ventas y empleo
Cifras extraoficiales indican que dichas empresas vendieron el año pasado 6 millones 700 mil toneladas métricas en el mercado nacional, y exportaron 720 mil, añadió el especialista.
En los primeros meses de 2008, la colocación de cemento en el país alcanzó un millón 700 mil toneladas métricas, y las ventas externas fueron de 32 mil 300, mientras que en marzo “no hubo una sola exportación”, aseveró.
De León advirtió que, además, unos 8 mil empleos directos y 5 mil indirectos podrían verse afectados por la nacionalización de la industria cementera.
“La pregunta es qué va a suceder con esos empleos, que posiblemente pasarán a ser administrados por el gobierno, con las consecuencias caóticas de la gerencia pública que ya hemos visto en montones de empresas, como con la gallinita de los huevos de oro que se llama Petróleos de Venezuela”, comentó De León.
Claves
Situación
• A fines del año pasado el gobierno venezolano nacionalizó Cementos Andinos, propiedad de la empresa colombiana Argos, que tenía una producción marginal ante la de las trasnacionales mexicana, francesa y suiza, y en la actualidad está paralizada por problemas legales.
• El gobierno de Hugo Chávez prevé que para octubre de este año finalizará la construcción de la planta de producción social Cemento Cerro Azul, en la que participa como socio el gobierno de Irán.
• “Venezuela ha demostrado ser un país responsable; es decir, reconoceremos sus activos y les pagaremos hasta el último centavo, pero vamos a recuperar las empresas de cemento privatizadas y entregadas a multinacionales”, dijo Chávez en un acto público.
Nota de Notimex en Caracas, Milenio, 6 de abril.
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