“No me arrepiento del ataque a las FARC”

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, deploró que cinco mexicanos —cuatro de los cuales fallecieron— resultaran afectados por la acción del ejército de su país en un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano el 1 de marzo, pero aseguró que no sabía de su presencia; sin embargo, descarta que se tratara de estudiantes que realizaran investigaciones sobre el grupo guerrillero. Los mexicanos, acusa, eran parte de un grupo que trafica drogas y secuestra; de un grupo territorista. Solicita la extradición de Lucía Morett, mexicana sobreviviente del ataque, para que sea juzgada en su país con “todas las garantías de un proceso justo, como las que tienen todos en Colombia, aun los terroristas.

“Si me dicen ‘fulano de tal va a ir a hablar con las FARC en una gestión humanitaria’, y eso se autoriza, nosotros respetamos esa gestión, pero aquí lo que hay que presumir es una presencia cómplice (de los mexicanos). ¿Qué más hacían? No eran rehenes, no estaban en una gestión humanitaria. Entonces, ¿en qué actividad, distinta a la complicidad con las FARC, estaban?”, señala.

Los mexicanos, ¿eran estudiantes o guerrilleros?
Estaban en complicidad con las FARC, en actividades de las FARC.

¿Qué es complicidad?
Complicidad es aprobar una actividad criminal, esconder esa actividad, encubrirla. Y se pasa de la complicidad a la acción de ser delincuente cuando se está en ese concierto para delinquir con las FARC.
“No estaban en misión humanitaria. Para investigar qué hace un grupo terrorista como las FARC no tienen que reunirse con él, eso se puede investigar por internet; ese es un delito de lesa humanidad.”

Dice que no hace falta llegar a las FARC para investigarlas, pero, se lo digo como periodista, no hay nada mejor que tenerlas de frente, entrevistarlas personalmente.
No compares. Poco días antes, desde ese campamento, Raúl Reyes había ordenado el asesinato de colombianos que se dedicaban a erradicar droga; allá estaban (los mexicanos), en el campamento de un terrorista que tiene secuestrada a Ingrid Betancourt (ex candidata presidencial), que ha secuestrado a 750 personas en los últimos años. Es un terrorista que pone carros-bomba en el club El Nogal, de Bogotá, en la Universidad Militar; un terrorista que tiene mil 700 personas mutiladas por minas antipersonas (…) La comparación no es válida, Carlos, las FARC son hoy las principales proveedoras del narcotráfico.

¿No se puede estar tan cerca de Raúl Reyes si se es solamente estudiante?
El estudiante no puede ser cómplice
del terrorismo.

¿Y la libertad de cátedra?
¡No, por Dios! Para la investigación, para la libertad de cátedra no hay que confabularse con el terrorista.

¿Qué pruebas tiene de que estos mexicanos que estaban con Reyes estaban coludidos con las FARC?
Usted conoce las mismas investigaciones que se han adelantado en México, antecedentes de algunos, y el video que circularon las propias autoridades ecuatorianas, en el que se muestra un ambiente de familiaridad, en el campamento de Reyes, propio de los compinches del terrorismo.

¿Empuñaban armas?
Para estar en el grupo de terroristas no se necesita que empuñen armas. Para delinquir no hace falta que todos los concertados tengan que hacerlo. Para cometer delitos se puede contribuir de diferentes maneras, por ejemplo, hacer apología de ese grupo. Hay un delito que también se llama apología del delito.

Pero existen organizaciones sociales, simpatizantes y organizaciones políticas que a la hora de buscar un diálogo se vuelven claves. ¿0 Colombia no criminaliza a esas organizaciones?
Una cosa son las organizaciones sociales que quieran hacer labor humanitaria y otra las que apoyan el terrorismo. Durante mi gobierno se ha apoyado y dado el permiso a muchas entidades nacionales e internacionales para que sean facilitadoras de acuerdos de paz con las FARC; hemos dado esos permisos, hemos creado condiciones, hemos facilitado esos encuentros y no hemos criminalizado. Hay que empezar a ver estos grupos en su real dimensión: en Centroamérica hubo guerrillas, grupos violentos, que recibieron el calificativo de insurgentes, que se legitimaron por combatir dictaduras. En Colombia hay grupos violentos, financiados con el narcotráfico, que pretenden destruir una democracia.

¿Colombia va a pedir a Lucía Andrea Morett? ¿La quieren juzgar?
Hasta ahora no hay esa decisión.

Me ha dicho que, para ustedes, ella es una delincuente.
Sí. Colombia es un país totalmente respetuoso de los derechos de todas las personas, aun de los derechos de los terroristas. Colombia quiere que a esta niña se le juzgue, respetándole plenamente la normas del debido proceso.

¿Pero que se le juzgue?
Por supuesto, porque tiene que quedar claro qué estaba haciendo en el campamento terrorista del grupo que provee la mayor cantidad de narcóticos al mundo.

¿Hay coordinación con el gobierno de México para este proceso contra Lucía Andrea Morett?
Toda la buena voluntad de nuestra parte para ayudar a la investigación que quieran adelantar las autoridades de México y para la investigación de nuestra parte también pediremos que haya ese intercambio de pruebas.

La UNAM ha exigido que se respete a sus estudiantes, que no se les criminalice, que los mexicanos eran estudiantes y no terroristas, ¿qué dice usted?
Respeto a la Universidad y el espíritu científico de toda universidad. La universidad tiene que ser crítica; los universitarios deben ser críticos, (pero) no pueden pasar de protestar por la vía democrática a acompañar el terrorismo.

¿Se arrepiente del bombardeo?
Son riesgos, Carlos, usted lo sabe...

¿Riesgos?
No me arrepiento.

Entrevista de Carlos Loret de Mola, Milenio 17 de abril.


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