Para defender el petróleo, no hay división en el PRD

Más allá de los discursos y la propaganda en mítines que parecen rechazar cualquier reforma de Pemex, el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo (MNP) ha ido elaborando otro modelo de la industria energética. Paralelamente, en el Congreso de la Unión las distintas corrientes del PRD ya lograron una posición común, que no se contradice con lo elaborado por el equipo cercano de Andrés Manuel López Obrador. Ambos coinciden en proponer, al menos, diez grandes medidas para lograr el fortalecimiento y reestructuración de Pemex.

Las posiciones y propuestas del MNP sobre lo que debería hacerse, no están integradas en un sólo documento, pero pueden encontrarse en los tres discursos que ha pronunciado López Obrador en los mítines recientes, en cuatro ensayos y en un proyecto de política energética que ha divulgado la Secretaría del Patrimonio Nacional del gobierno legítimo, que preside Claudia Shienbaum.

En forma paralela se ha ido construyendo un análisis y propuestas entre los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) y los grupos parlamentarios del PRD en las dos cámaras del Congreso.

El texto base, En defensa del sector energético, ya fue aceptado por la mayoría de los grupos de legisladores del frente y del partido, informó su autor, el senador Graco Ramírez Garrido Abreu. Al comentar las coincidencias básicas con el movimiento de López Obrador, añadió: En esto no hay querella ni diferencias. Para defender el petróleo, somos un frente único.

La sinopsis de todos estos textos, elaborada por MILENIO, respeta al máximo las redacciones originales. Se ordenó con las coincidencias en las tres medidas más generales para una política alternativa del sector energético y en las diez grandes propuestas para reestructurar y reforzar a Pemex. Al resumen se agregó la elaboración del senador Ricardo Monreal titulada: ¡No a la privatizacion! ¿Sí a qué?

Para la industria

1. Impedir la venta del patrimonio nacional al capital nacional o extranjero. Frenar la subordinación del poder público a empresas particulares. Oponerse a la reforma del artículo 27 constitucional y su ley reglamentaria y a los artículos 25 y 28, para impedir la introducción de los llamados contratos riesgo, contratos de servicios múltiples y la asociación con empresas extranjeras sobre la renta petrolera o energética.

2. Impulsar una reforma integral del sector energético que provea la energía que el país demandará, promoviendo la transición para el uso intensivo de fuentes alternas y sustentables; crear el Consejo Nacional de Energía, autónomo, que ejerza la rectoría del Estado y que, mediante el Plan Nacional de Energía, regule las grandes estrategias (incluida la explotación de yacimientos transfronterizos), propicie la modernización tecnológica, administrativa, laboral y fiscal de Pemex, la Comisión Federal de Eléctricdad y Luz y Fuerza del Centro. Mediante criterios e indicadores empresariales, reduzca los precios de Pemex y de la CFE, sin quitarle competitividad a la industria. Lograr que los secretarios de despacho, así como los directores de estas dos empresas, sean ratificados por el Senado.

3. Promover la utilización de la riqueza energética como palanca del crecimiento económico y el desarrollo social. Despetrolizar las finanzas públicas reduciendo el tamaño y el gasto corriente del gobierno para obtener ahorros por 200 mil millones de pesos y limitar el crecimiento de ese gasto a la mitad de lo que crece la economía, reducir el gasto burocrático, acabar con los privilegios de los altos funcionarios públicos.

Para Pemex

1. Fortalecer a Pemex sin modificar la Constitución ni la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional.

2. Modificar su régimen fiscal y el sistema de reparto de sus ingresos y utilidades para favorecer su autonomía presupuestal, técnica y de gestión, así como su reinversión. Crear la figura de Contrato Plan de Política y Desarrollo de la Industria Petrolera, que deberá ratificar el Congreso.

3. Rescatar el carácter integral de Pemex, fusionando sus diferentes empresas subsidiarias, eliminando gastos redundantes y permitiendo racionalidad a su gestión.

4. Reestructuración interna, para propiciar la modernización tecnológica, administrativa y laboral y saneamiento de la corrupción; modificar al Consejo de Administración a once miembros con cuatro representantes sociales; crear un Comité Interno de Auditoría y Evaluación; modificar las formas de contratación de los proyectos de inversión; redimensionar los sistemas de transportación mejorando y multiplicando la red de ductos.

5. Reestructurar las deudas de Pemex y lograr su saneamiento financiero. Prescindir de los Pidiregas para nuevos proyectos de inversión y en su lugar utilizar deuda directa, cuando sea necesaria. Comenzar a prepagar el saldo de Pidiregas con emisión de bonos en los mercados internacionales. O bien el prepago lo puede hacer el gobierno federal adquiriendo reservas internacionales del Banco de México.

6. Para fortalecer las finanzas de Pemex, se requiere hacer uso del superávit primario, que no es otra cosa que la congelación de ingresos de la paraestatal cada año para justificar el déficit fiscal del gobierno federal. Es primordial modificar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para regular la asignación del excedente petrolero.

7. Impulsar el desarrollo científico y tecnológico en materia energética, en hidrocarburos y fuentes renovables. Propiciar la recuperación del Instituto Mexicano del Petróleo, la asociación para el desarrollo tecnológico con empresas como Petrobras y convenios de gobierno a gobierno, para obtener tecnología petrolera y energética de punta, por ejemplo, con Brasil y Noruega, especialmente para desarrollar tecnología para aguas profundas.

8. Utilizar parte del aumento de recursos de Pemex para invertir en proyectos urgentes, en particular en la producción de crudo en campos existentes en la región marina, en la plataforma continental, con tirantes de agua menores de 300 metros donde se tienen identificadas unas 300 localizaciones para perforar pozos de exploración, donde existen cuando menos 15 mil millones de barriles de reservas.

9. Impedir que sea prioridad la exploración y explotación de las reservas petroleras en aguas profundas antes de los ya localizados en aguas someras.

10. Aceptar la explotación de yacimientos transfronterizos y en aguas profundas del Golfo de México (especialmente el Hoyo de Dona) mediante empresas públicas o entes gubernamentales de los tres países que comparten esta cuenca petrolífera (Cuba, Estados Unidos y México).
Texto de Rogelio Hernández López, Milenio, 1º de abril.

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