A la espera de conocer el texto de la decisión gubernamental en reuniones, gerentes de hoteles de La Habana reconocían que les ha tomado “descolocados” una medida de la que se hablaba desde hacía semanas y que hoy corre como la pólvora por los pasillos de sus establecimientos.
“Sí señor. Afortunadamente, los cubanos ya pueden hospedarse aquí”, dijo una recepcionista de un conocido hotel en la capital cubana perteneciente a una cadena española.
El levantamiento de la prohibición alcanza, además, a la renta de coches, otro sector vinculado al turismo cerrado para cubanos hasta ayer, según fuentes de las empresas Cubatur, Havanauto y Transtur.
“Hoy me siento más persona, porque no podía alquilar un carro y ahora, si quiero ir a algún sitio o si me da la gana hacerlo porque sí, un fin de semana, puedo rentar un carro, como hice toda la vida”, declaró Roberto, empleado de una empresa de renta de autos que él mismo no podía hacer uso hasta ahora.
Sólo en pesos “dolarizados”. Los servicios hoteleros, al igual que otras áreas liberalizadas, se ofrecerán en pesos convertibles o CUC, que es una unidad monetaria equivalente a 1.08 dólares o a 24 pesos cubanos.
Esto significa para un cubano, con un salario medio mensual de 19 dólares, que para pasar una noche en un hotel de los que frecuentan los turistas que viajan a la isla, deberán pagar el equivalente a cuatro meses de sueldo, ya que el precio medio de una noche en un hotel cuesta entre 75 y 85 dólares, una barrera infranqueable para la gran mayoría de la población.
Prohibido el paso desde 2003. La eliminación de la restricción hotelera pone fin, además, a una de las mayores incongruencias legislativas en Cuba, porque la Constitución consagra el derecho de la población a acceder a los hoteles, pero que era ilegal desde 1993, a raíz de la llegada del dólar a la isla.
Sin referirse a ella explícitamente, el pasado 24 de febrero Raúl Castro recordaba en su discurso de investidura que ésta y otras prohibiciones de similar cuño se tomaron con el objetivo de “evitar el surgimiento de nuevas desigualdades, en un momento de escasez generalizada”.
A partir de hoy, las computadoras; luego los celulares
El viceministro de Informática, Ramón Linares, anunció ayer, en entrevista que publicó el diario oficial Granma, que a partir del próximo día 14 los particulares cubanos podrán dar de alta líneas de telefonía celular.
También de forma interna y sin publicidad de ningún tipo, se ha dado luz verde para que la población pueda comprar desde hoy computadoras, por primera vez, y aparatos electrodomésticos como videos y televisiones, prohibidos desde 2003.
El día a día de la mayoría de los cubanos poco o nada cambiará con el levantamiento de estas prohibiciones, ya que dar de alta un teléfono celular cuesta 111 pesos convertibles (unos 120 dólares, seis meses y medio de salario promedio.
El viceministro explicó que los particulares cubanos que tengan ya celulares adquiridos “por vía indirecta” —ilegalmente, por medio de terceros— podrán hacer el “cambio de titularidad” de manera personal, con un contacto telefónico con Etecsa.
El funcionario comentó que en 1959, cuando triunfó la revolución encabezada por Fidel Castro, en Cuba había solo 170 mil líneas telefónicas fijas, el 73 por ciento de ellas concentradas en La Habana.
“La densidad telefónica era [en 1959] de 2,6 equipos por cada cien habitantes, proporción que hoy hemos quintuplicado, y aún resulta baja”, agregó Linares.
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