Legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) tomaron ayer las tribunas del Senado y de la Cámara de Diputados, y dieron por iniciada la que denominan resistencia civil para evitar que se apruebe la reforma a Pemex propuesta por el Presidente Felipe Calderón.
Hasta la medianoche de ayer, decenas de legisladores pernoctaban en las instalaciones parlamentarias.
El secuestro del Congreso provocó la suspensión de los trabajos legislativos, y será hasta el próximo martes cuando supuestamente vuelva a sesionar cada Cámara. Líderes parlamentarios estudian la posibilidad de hacerlo, incluso, en sedes alternas.
Los legisladores del FAP se inconformaron luego de conocer, según dijeron, que la iniciativa presidencial en materia petrolera sería turnada subrepticiamente a comisiones y por la negativa de abrir un debate amplio, que durara por lo menos tres meses, antes de que se votara en el pleno.
Mientras era analizada en la Junta de Coordinación Política del Senado la convocatoria para la realización de foros de debate, y cuando se discutía en el pleno senatorial la autorización para que el Presidente Calderón viajara a Nueva Orleans, Ricardo Monreal, senador cercano a Andrés Manuel López Obrador, anunció que tomaban la tribuna de manera indefinida.
"En este momento inicia la resistencia civil en todo el País. No nos vamos a mover de aquí", sentenció el senador Monreal.
Ya en el pleno, visiblemente molesto y apuntando con el dedo hacia la tribuna, el priista Manlio Fabio Beltrones exigió: "¡No nos secuestren!".
En tanto, afuera del Senado, cientos de mujeres brigadistas simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, vestidas de blanco, bautizadas como "Adelitas", se reunieron en calles aledañas a la sede legislativa para instalar un cerco.
Tres cinturones de efectivos policiacos -los dos primeros, del cuerpo capitalino, y al final mujeres de la PFP- resguardaban el inmueble e impedían que las mujeres se acercaran hasta la casona de Xicoténcatl.
La decisión de Monreal dividió a la fracción perredista, pues algunos senadores afines al coordinador Carlos Navarrete y simpatizantes de Jesús Ortega, aspirante a la presidencia nacional del PRD, no se sumaron a la protesta, e incluso la criticaron.
Simultáneamente a la acción en el Senado, en San Lázaro, unos 100 diputados del FAP tomaron la tribuna, demandaron "diálogo nacional" y desplegaron una manta en la que se leía: "Congreso clausurado en defensa del petróleo y de la Patria".
La presidenta de la Cámara, Ruth Zavaleta, integrante de la corriente de Ortega, dio por terminada la sesión.
Hasta la medianoche de ayer, decenas de legisladores pernoctaban en las instalaciones parlamentarias.
El secuestro del Congreso provocó la suspensión de los trabajos legislativos, y será hasta el próximo martes cuando supuestamente vuelva a sesionar cada Cámara. Líderes parlamentarios estudian la posibilidad de hacerlo, incluso, en sedes alternas.
Los legisladores del FAP se inconformaron luego de conocer, según dijeron, que la iniciativa presidencial en materia petrolera sería turnada subrepticiamente a comisiones y por la negativa de abrir un debate amplio, que durara por lo menos tres meses, antes de que se votara en el pleno.
Mientras era analizada en la Junta de Coordinación Política del Senado la convocatoria para la realización de foros de debate, y cuando se discutía en el pleno senatorial la autorización para que el Presidente Calderón viajara a Nueva Orleans, Ricardo Monreal, senador cercano a Andrés Manuel López Obrador, anunció que tomaban la tribuna de manera indefinida.
"En este momento inicia la resistencia civil en todo el País. No nos vamos a mover de aquí", sentenció el senador Monreal.
Ya en el pleno, visiblemente molesto y apuntando con el dedo hacia la tribuna, el priista Manlio Fabio Beltrones exigió: "¡No nos secuestren!".
En tanto, afuera del Senado, cientos de mujeres brigadistas simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, vestidas de blanco, bautizadas como "Adelitas", se reunieron en calles aledañas a la sede legislativa para instalar un cerco.
Tres cinturones de efectivos policiacos -los dos primeros, del cuerpo capitalino, y al final mujeres de la PFP- resguardaban el inmueble e impedían que las mujeres se acercaran hasta la casona de Xicoténcatl.
La decisión de Monreal dividió a la fracción perredista, pues algunos senadores afines al coordinador Carlos Navarrete y simpatizantes de Jesús Ortega, aspirante a la presidencia nacional del PRD, no se sumaron a la protesta, e incluso la criticaron.
Simultáneamente a la acción en el Senado, en San Lázaro, unos 100 diputados del FAP tomaron la tribuna, demandaron "diálogo nacional" y desplegaron una manta en la que se leía: "Congreso clausurado en defensa del petróleo y de la Patria".
La presidenta de la Cámara, Ruth Zavaleta, integrante de la corriente de Ortega, dio por terminada la sesión.
Nota de Claudia Guerrero, Érika Hernández, Claudia Salazar y Armando Estrop, Reforma, 11 de abril.
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