La Policía Federal realiza con la Border Patrol, recorridos simultáneos en ambos lados de la línea fronteriza, en un tramo de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde la única separación entre ambos países es un cable de acero que está colocado a 20 centímetros de altura.
Desde el llamado Punto 0, donde se localiza La Mojonera —lugar donde se unen los estados de Nuevo México, Texas, y Chihuahua—, hasta el Punto 25 (alrededor de 40 kilómetros adelante), se llevan a cabo estos patrullajes binacionales para evitar que narcotraficantes, polleros, delincuentes o indocumentados crucen de allá para acá o de México hacia Estados Unidos.
En este lugar, el cauce del río Bravo comienza a formar la línea divisoria entre los dos países, y apenas alcanza los 40 centímetros de profundidad.
“Es tan fácil cruzar la frontera como dar un paso al frente, nada te detiene, sólo tienes que esperar a que los de la migra (Border Patrol) se alejen un poco, pero debes correr rápido porque los güeros tienen cámaras por todos lados”, explicó un joven vecino de este rumbo.
“Aquí no tienes que nadar en el río Bravo, atravesar el desierto o brincar un muro para cruzar al otro lado, nada más caminas un poco y ya estás en El Paso, Texas”, añade uno de sus amigos con los juega en una cancha de futbol instalada a un costado de la línea fronteriza.
El inspector general, David Zavala Martínez, coordinador de las fuerzas federales en Chihuahua, explicó que desde hace tres meses que iniciaron los patrullajes binacionales disminuyeron los “incidentes”, ya que algunos vecinos atacaban con piedras a los policías estadunidenses por las acciones que emprendió la Patrulla Fronteriza con su programa “cero tolerancia” en la franja que recorre la zona urbana.
Los indocumentados que son detenidos por la Patrulla Fronteriza son enviados al centro de detención de El Paso, donde pueden ser castigados hasta con cinco años de prisión y multas por 500 dólares. Anteriormente las personas que cruzaban la frontera sin permiso o documentos eran regresados a México a través del programa “deportaciones voluntarias”.
Al acercarse a este punto, inmediatamente se hace presente una camioneta de la Border Patrol. El oficial estadunidense con uniforme verde y sombrero se acerca para intercambiar información con la Policía Federal, sin dejar de mirar de reojo a quienes en forma de broma ponen un pie tras la línea que divide los dos países.
El comandante Zavala Martínez consideró que con estos patrullajes binacionales se dejarán de cometer abusos contra indocumentados y se reforzará la vigilancia para evitar el ingreso de armas de EU a México y de droga de aquí para allá.
“En el patrullaje binacional con los de la Border Patrol vamos a la par, cada quien en su franja, haciendo el recorrido de la franja fronteriza, a fin de disuadir a personas (polleros) que traten de pasar personas ilegales, alguna otra actividad de narcotráfico o alguna otra ilícita.
“Se llaman Recorridos Binacionales, los cuales la Border hace su parte en su franja y nosotros la nuestra hacemos el recorrido del Punto 54 al Punto 0”, enfatizó.
Desde el llamado Punto 0, donde se localiza La Mojonera —lugar donde se unen los estados de Nuevo México, Texas, y Chihuahua—, hasta el Punto 25 (alrededor de 40 kilómetros adelante), se llevan a cabo estos patrullajes binacionales para evitar que narcotraficantes, polleros, delincuentes o indocumentados crucen de allá para acá o de México hacia Estados Unidos.
En este lugar, el cauce del río Bravo comienza a formar la línea divisoria entre los dos países, y apenas alcanza los 40 centímetros de profundidad.
“Es tan fácil cruzar la frontera como dar un paso al frente, nada te detiene, sólo tienes que esperar a que los de la migra (Border Patrol) se alejen un poco, pero debes correr rápido porque los güeros tienen cámaras por todos lados”, explicó un joven vecino de este rumbo.
“Aquí no tienes que nadar en el río Bravo, atravesar el desierto o brincar un muro para cruzar al otro lado, nada más caminas un poco y ya estás en El Paso, Texas”, añade uno de sus amigos con los juega en una cancha de futbol instalada a un costado de la línea fronteriza.
El inspector general, David Zavala Martínez, coordinador de las fuerzas federales en Chihuahua, explicó que desde hace tres meses que iniciaron los patrullajes binacionales disminuyeron los “incidentes”, ya que algunos vecinos atacaban con piedras a los policías estadunidenses por las acciones que emprendió la Patrulla Fronteriza con su programa “cero tolerancia” en la franja que recorre la zona urbana.
Los indocumentados que son detenidos por la Patrulla Fronteriza son enviados al centro de detención de El Paso, donde pueden ser castigados hasta con cinco años de prisión y multas por 500 dólares. Anteriormente las personas que cruzaban la frontera sin permiso o documentos eran regresados a México a través del programa “deportaciones voluntarias”.
Al acercarse a este punto, inmediatamente se hace presente una camioneta de la Border Patrol. El oficial estadunidense con uniforme verde y sombrero se acerca para intercambiar información con la Policía Federal, sin dejar de mirar de reojo a quienes en forma de broma ponen un pie tras la línea que divide los dos países.
El comandante Zavala Martínez consideró que con estos patrullajes binacionales se dejarán de cometer abusos contra indocumentados y se reforzará la vigilancia para evitar el ingreso de armas de EU a México y de droga de aquí para allá.
“En el patrullaje binacional con los de la Border Patrol vamos a la par, cada quien en su franja, haciendo el recorrido de la franja fronteriza, a fin de disuadir a personas (polleros) que traten de pasar personas ilegales, alguna otra actividad de narcotráfico o alguna otra ilícita.
“Se llaman Recorridos Binacionales, los cuales la Border hace su parte en su franja y nosotros la nuestra hacemos el recorrido del Punto 54 al Punto 0”, enfatizó.
Nota de Vicente Hernández, Milenio, 4 de abril.
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