Todo sucede en el paralelo 26° norte… Es el gran potencial petrolero que se localiza en aguas profundas internacionales del Golfo de México. Según estudiosos del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), de la UNAM, es urgente su exploración y más en los 20 mil kilómetros cuadrados de la denominada Dona Oriental, donde tienen injerencia Estados Unidos, Cuba y México.
El gobierno del vecino país ha dividido ese espacio “en nuevas áreas y bloques, englobando, engullendo, asumiendo que el polígono oriental, que aún no se ha negociado, ya forma parte de Estados Unidos”, denuncia el especialista en Tecnología Petrolera, Fabio Barbosa.
La historia viene de lejos y los estudiosos del IIE la han tejido con mapas oficiales de la United State Geological Survey (USGS) y del Mineral Management Service (MMS) de Estados Unidos, pero además, con planos de las secretarias de Marina y de Relaciones Exteriores, así como del INEGI.
De esa cartografía, en total ocho mapas, desprenden una a una sus conclusiones: Estados Unidos estableció unilateralmente nuevas áreas “y las han dividido en bloques en aguas internacionales aún no negociadas, es un área en la que, según la legislación internacional, México y Cuba tienen derecho a participar”.
Uno de los mapas de la MMS muestra que el área aún no negociada ya forma parte de la Unión Americana. Fabio Barbosa señaló que “lo que sucede en el área es un alarde de Bush –presidente de Estados Unidos— por expandir la actividad petrolera”. Ello sin el consentimiento de los otros dos países.
Esa división de facto ya existe y así lo demuestran los mapas oficiales en poder de MILENIO.
“El gobierno mexicano, simplemente se replegó”, dijo Barbosa. Pemex no respondió a los cuestionamientos.
Más allá de las 200 millas de costa que corresponden a los tres países se encuentran las aguas internacionales, donde se localizan Alaminos, Dona Occidental y Oriental. El primero pertenece a aguas de Estados Unidos; el segundo (17 mil kilómetros cuadrados) fue negociado entre ese país y México a finales de la década de los 90; y la Dona Oriental, cuya negociación se encuentra pendiente entre los tres países.
Esas donas fueron la preocupación del finado José Ángel Conchello del PAN. Hoy no hay panista que levante la voz en defensa de la Dona Oriental.
“Ese espacio debe ser distribuido con equidad, vía un tratado. Urge un acuerdo global que permita a petroleros internacionales explotar con México los yacimientos que están en el área”. Según Barbosa la SRE “ya está enterada de este punto”.
La investigación de la UNAM, que parte de un mapa que data de 1981 elaborado por la USGS, pone atención especial en las costas y coordenadas mar adentro. Se centra en el paralelo 26° Norte, que comienza en la desembocadura del río Bravo, entre Matamoros y Bronswille, Texas, y cruza la península de Florida, al Sur de Tampa y al norte de Miami.
Hay un segundo mapa, elaborado en 1976 por la Secretaría de Marina, donde se delimita la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de México: sus 200 millas a partir de las costas mexicanas. Además incluye distancias de las costas de México y de Estados Unidos a determinados puntos del Golfo de México, además de las coordenadas más allá de las 200 millas náuticas.
“Para nuestro objetivo basta hacer notar que el área en el 25° norte y 87° oeste, según la Armada de México, se encuentra en aguas internacionales. Es decir, fuera de las zonas económicas exclusivas de México, Cuba y Estados Unidos. A ese espacio se le denominó Dona Oriental”.
Un tercer mapa, elaborado en 1998, ubica el espacio de las donas.
En su recorrido, los investigadores echan mano a un cuarto mapa, elaborado por el INEGI en 1974, en el que se señalan los límites de la ZEE correspondientes a México. Aquí se muestra una porción del Golfo de México y del Mar Caribe; además una parte de la frontera marítima entre los tres países.
“Llamamos la atención sobre los puntos XX y XXI en la línea fronteriza: son los límites de México con la Dona Oriental”.
Los limites se señalaron al medir 200 millas náuticas “y en los lugares en que las ZEE se traslapan, los puntos se determinaron, por el método de la línea equidistante”. La Dona Oriental se localiza en aguas internacionales, entre los puntos XX a XXI.
“La Dona Oriental es un pentágono y el punto XXI corresponde, al punto donde comienza uno de sus lados (88° 23’ longitud oeste y 25° 41’ latitud norte), esa línea no es la frontera de México y Estados Unidos. En esas líneas termina la ZEE de México y comienzan aguas internacionales, no negociadas, comúnmente llamada la Dona Oriental.”
En seguida la investigación dirige su atención a la parte correspondiente a Estados Unidos. En otro mapa ubican el Golfo de México y las zonas marinas de ese país en 1990. “Lo único que interesa mostrar es que a principios de la década de los 90, la mitad del sector de EU en el Golfo estaba en moratoria”.
Pero en un siguiente mapa ya existen nuevos límites y, por tanto, una nueva geografía petrolera. Ésta fue redefinida por George W. Bush, según Barbosa.
Para el especialista, no hay duda: se ha subdividido el Golfo en 19 nuevas áreas, entre otros: Valle de las Tortugas, Escarpe de Campeche y Planicie de Florida.
“Cada una de éstas, y las anteriores, se han subdividido en bloques en el sector de Estados Unidos en el Golfo. En total suman alrededor de 30 mil bloques.
“Si todo lo anterior ocurriera exclusivamente en las aguas patrimoniales de Estados Unidos no habría problema”, pero no es así. Su conjetura la basan en uno de los mapas, “podemos deducir que la ZEE de Estados Unidos no puede presentar, en su límite sur, una línea suavemente ondulada”.
Según los mapas de la Armada de México la línea fronteriza, sería de forma irregular “con una entrada de 20 mil kilómetros cuadrados de aguas internacionales”.
Lo que era una hipótesis se confirmó en 2007 con un nuevo mapa, elaborado por la MMS, la Dona Oriental sufrió una transformación en sus coordenadas “por extraño que parezca, se presentan distintas coordenadas de esa zona”.
El gobierno del vecino país ha dividido ese espacio “en nuevas áreas y bloques, englobando, engullendo, asumiendo que el polígono oriental, que aún no se ha negociado, ya forma parte de Estados Unidos”, denuncia el especialista en Tecnología Petrolera, Fabio Barbosa.
La historia viene de lejos y los estudiosos del IIE la han tejido con mapas oficiales de la United State Geological Survey (USGS) y del Mineral Management Service (MMS) de Estados Unidos, pero además, con planos de las secretarias de Marina y de Relaciones Exteriores, así como del INEGI.
De esa cartografía, en total ocho mapas, desprenden una a una sus conclusiones: Estados Unidos estableció unilateralmente nuevas áreas “y las han dividido en bloques en aguas internacionales aún no negociadas, es un área en la que, según la legislación internacional, México y Cuba tienen derecho a participar”.
Uno de los mapas de la MMS muestra que el área aún no negociada ya forma parte de la Unión Americana. Fabio Barbosa señaló que “lo que sucede en el área es un alarde de Bush –presidente de Estados Unidos— por expandir la actividad petrolera”. Ello sin el consentimiento de los otros dos países.
Esa división de facto ya existe y así lo demuestran los mapas oficiales en poder de MILENIO.
“El gobierno mexicano, simplemente se replegó”, dijo Barbosa. Pemex no respondió a los cuestionamientos.
Más allá de las 200 millas de costa que corresponden a los tres países se encuentran las aguas internacionales, donde se localizan Alaminos, Dona Occidental y Oriental. El primero pertenece a aguas de Estados Unidos; el segundo (17 mil kilómetros cuadrados) fue negociado entre ese país y México a finales de la década de los 90; y la Dona Oriental, cuya negociación se encuentra pendiente entre los tres países.
Esas donas fueron la preocupación del finado José Ángel Conchello del PAN. Hoy no hay panista que levante la voz en defensa de la Dona Oriental.
“Ese espacio debe ser distribuido con equidad, vía un tratado. Urge un acuerdo global que permita a petroleros internacionales explotar con México los yacimientos que están en el área”. Según Barbosa la SRE “ya está enterada de este punto”.
La investigación de la UNAM, que parte de un mapa que data de 1981 elaborado por la USGS, pone atención especial en las costas y coordenadas mar adentro. Se centra en el paralelo 26° Norte, que comienza en la desembocadura del río Bravo, entre Matamoros y Bronswille, Texas, y cruza la península de Florida, al Sur de Tampa y al norte de Miami.
Hay un segundo mapa, elaborado en 1976 por la Secretaría de Marina, donde se delimita la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de México: sus 200 millas a partir de las costas mexicanas. Además incluye distancias de las costas de México y de Estados Unidos a determinados puntos del Golfo de México, además de las coordenadas más allá de las 200 millas náuticas.
“Para nuestro objetivo basta hacer notar que el área en el 25° norte y 87° oeste, según la Armada de México, se encuentra en aguas internacionales. Es decir, fuera de las zonas económicas exclusivas de México, Cuba y Estados Unidos. A ese espacio se le denominó Dona Oriental”.
Un tercer mapa, elaborado en 1998, ubica el espacio de las donas.
En su recorrido, los investigadores echan mano a un cuarto mapa, elaborado por el INEGI en 1974, en el que se señalan los límites de la ZEE correspondientes a México. Aquí se muestra una porción del Golfo de México y del Mar Caribe; además una parte de la frontera marítima entre los tres países.
“Llamamos la atención sobre los puntos XX y XXI en la línea fronteriza: son los límites de México con la Dona Oriental”.
Los limites se señalaron al medir 200 millas náuticas “y en los lugares en que las ZEE se traslapan, los puntos se determinaron, por el método de la línea equidistante”. La Dona Oriental se localiza en aguas internacionales, entre los puntos XX a XXI.
“La Dona Oriental es un pentágono y el punto XXI corresponde, al punto donde comienza uno de sus lados (88° 23’ longitud oeste y 25° 41’ latitud norte), esa línea no es la frontera de México y Estados Unidos. En esas líneas termina la ZEE de México y comienzan aguas internacionales, no negociadas, comúnmente llamada la Dona Oriental.”
En seguida la investigación dirige su atención a la parte correspondiente a Estados Unidos. En otro mapa ubican el Golfo de México y las zonas marinas de ese país en 1990. “Lo único que interesa mostrar es que a principios de la década de los 90, la mitad del sector de EU en el Golfo estaba en moratoria”.
Pero en un siguiente mapa ya existen nuevos límites y, por tanto, una nueva geografía petrolera. Ésta fue redefinida por George W. Bush, según Barbosa.
Para el especialista, no hay duda: se ha subdividido el Golfo en 19 nuevas áreas, entre otros: Valle de las Tortugas, Escarpe de Campeche y Planicie de Florida.
“Cada una de éstas, y las anteriores, se han subdividido en bloques en el sector de Estados Unidos en el Golfo. En total suman alrededor de 30 mil bloques.
“Si todo lo anterior ocurriera exclusivamente en las aguas patrimoniales de Estados Unidos no habría problema”, pero no es así. Su conjetura la basan en uno de los mapas, “podemos deducir que la ZEE de Estados Unidos no puede presentar, en su límite sur, una línea suavemente ondulada”.
Según los mapas de la Armada de México la línea fronteriza, sería de forma irregular “con una entrada de 20 mil kilómetros cuadrados de aguas internacionales”.
Lo que era una hipótesis se confirmó en 2007 con un nuevo mapa, elaborado por la MMS, la Dona Oriental sufrió una transformación en sus coordenadas “por extraño que parezca, se presentan distintas coordenadas de esa zona”.
Texto de Francisco Mejía, Milenio, 4 de abril.
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