Gordillo ya mueve las piezas para 2009

La presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo Morales, concluirá este sexenio más fortalecida que durante el mandato foxista, y con la estrategia de crear una nueva central comienza a mover las piezas rumbo a 2009 y 2012, al tiempo de afianzar el corporativismo —ahora de derecha— coinciden especialistas.

Juan S. Millán Lizárraga, ex gobernador de Sinaloa y surgido de las filas de la CTM, es vocero de la alianza para un “nuevo sindicalismo”, encabezado por Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato de Pemex, y Gordillo.

La intención, dice, podría ser formar una nueva central sindical que incluso, incluiría a la Unión Nacional de Trabajadores. “No se descarta que como resultado de este llamado pudiera surgir un acuerdo para formar una nueva central o, cuando menos, una nueva convergencia del sindicalismo en México”, afirma.

En 2004, como resultado del enfrentamiento entre Gordillo y Joel Ayala —líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado— la lideresa creó la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos. A la fecha agrupa a aproximadamente a 80 por ciento de los burócratas; el SNTE engrosa la lista.

El viernes 30 de mayo se publicó en diarios de circulación nacional un desplegado con el encabezado “Por una nueva política laboral en México”, firmado por la maestra, el dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, además de una treintena de organizaciones que suman casi 2 millones de trabajadores.

A un año de los comicios electorales en las que se elegirán gobernadores, diputados locales y presidentes municipales y en plena discusión sobre la reforma energética, los dirigentes, cuyos agremiados acusan de corruptos, se alían para renovar el sindicalismo mexicano.

De lograr la integración de una mayoría sindical “desfundaría a la Confederación de Trabajadores de México, uno de los símbolos del priismo”, sostiene Noé Rivera, ex operador político de Gordillo y ahora presidente de la Asociación Ciudadana del Magisterio.

“La alianza sindical es para desbaratar anticipadamente al oponente en las elecciones de 2009: el PRI (…) Va a quebrar lo más emblemático del partido: el sector obrero. Es una parte de su apellido, de su historia” porque la maestra “nunca factura para otros”, indica.

Esta alianza significa “consolidar el esfuerzo de Gordillo en 2005, cuando quería volverse la líder de todos los trabajadores al servicio del Estado; golpeó a Joel Ayala, formó su propia federación, donde está 80 por ciento de los trabajadores (…) Tiene muchas posibilidades de ganar puede salir más fortalecida y sin control. La jugada es juntar a los más despreciados del país para desbaratar emblemáticamente a su principal enemigo: el PRI”, asegura Rivera.

Ésta es “una vieja alianza. La hubo cuando se intentó desaforar a Romero Deschamps por el Pemexgate: quien ayudó a frenarlo fue Gordillo; ahora, cuando estaba debilitada, una forma de fortalecerse es unirse con los otros sindicatos poderosos. Al líder de los petroleros le conviene porque está recibiendo el embate de la reforma energética”, considera el analista político y autor de Los socios de Elba Esther, Ricardo Raphael.

La nueva central

Millán Lizárraga, ex secretario de Educación y Comunicación Social del Comité Nacional de la CTM y ex secretario general del CEN del PRI, afirma que esta alianza es una legítima vía para defender los derechos de los trabajadores.

Al inquirirle sobre la reputación de Deschamps después del Pemexgate y los señalamientos del charrismo sindical de Gordillo por sus propios agremiados, Millán responde que “no se les ha comprobado nada” y niega que la intención sea debilitar al PRI o la CTM. Se trata, dice, de “fortalecer al sindicalismo” sin fines partidistas.

Supuestamente en este mes se realizarían cinco foros —ahora serán ocho— en distintos estados del país para debatir sobre el futuro del los sindicatos, a los que serían invitados académicos y líderes de organizaciones, pero se aplazó porque esperan la respuesta de la UNT, integrada por los sindicatos de telefonistas, del IMSS y de la UNAM que suman poco menos de 500 mil afiliados.

La semana pasada, Millán invitó de manera formal a integrarse en la alianza al presidente colegiado de la UNT, Francisco Hernández Juárez, y aunque primero afirmó que dicha organización no podía sola para lograr que el Ejecutivo resolviera sus demandas y unirse “a los malos” significaba una buena oportunidad, después cambió el argumento porque, dijo, la intención de la alianza tiene fines electorales.

“Estamos en espera de la respuesta (de la UNT) para programar los foros”, afirma Millán, y además de esta invitación también ha hablado con empresarios, de quienes se reservó los nombres, para “ir juntos en la modernización del marco jurídico laboral”.

Integrantes del STUNAM aseguran que la intención de la UNT desde su formación en 1997 es lograr un frente amplio y “un acercamiento con petroleros. No nos espantamos de la propuesta”.

Más poder al poder

“Nunca se tiene tanto poder que no se pueda tener más”, sostiene Ricardo Raphael, también investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicos. “Va por el camino de volverse el doble de poderosa de como llegó con Calderón”.

En este escenario, superó ha su predecesor en el SNTE “Carlos Jonguitud era un pálido duendecillo a su lado, pero no por ella, sino por sus socios: el gobierno, los gobernadores, el PAN, los profesores, la apatía frente al tema, todos por acción u omisión somos socios de ese poder”.

Homero Pólito y Gaudencio Bravo, ex representantes en los estados de Guanajuato y Nuevo León del SNTE, y ahora impulsores del grupo Tercera Vía, afirman que las bases rechazan la alianza sindical.

“El PAN rechazaba el corporativismo en los gobierno priistas; pero ahora parece que va a utilizarlo en beneficio propio porque al PRI se le está yendo de las manos. El PAN no va a despreciar la oportunidad de verse beneficiado con un organismo de esta naturaleza”, sostiene Pólito.
Nayeli Roldán, Milenio, 20 de julio.

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