Partidos se dividen al interior por reforma

De cara al inicio del periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión en septiembre próximo, cuando habrá de ser discutida la reforma energética, los presidentes del PAN, PRI y PRD han acordado que sí habrá dicha reforma, pero al interior de sus partidos existe un cisma que provoca respaldos a ultranza, reproches por traición, acusaciones por decisiones cupulares y hasta amenaza de ruptura.

Las reuniones entre Germán Martínez, Beatriz Paredes y Guadalupe Acosta Naranjo sólo tienen como referente aquel junio del 2007, cuando los presidentes de todos los partidos -excepto el PRD- se reunieron para informar sobre su participación en la primera gira internacional del presidente Felipe Calderón.

De esa forma, las reuniones del 24 de julio y 5 de agosto significaron el primer proceso formal de negociación, en lo que va del actual sexenio presidencial, sobre las reformas estructurales entre las cúpulas partidistas.

Ante ello, PRI, PAN y PRD enfrentan el primer reto de tomar la mejor decisión, a través de sus senadores y diputados, para transformar y hacer eficiente a la industria petrolera nacional.

El segundo será que el primer acuerdo de consenso entre Paredes, Acosta y Martínez, cuando convinieron que habrá reforma en septiembre sin albazos, se haga presente en la decisión final al momento de dictaminar y votar las iniciativas en la materia. Por lo pronto, al interior del PRI, PAN y PRD se dividen los apoyos.

En ese contexto, los tres dirigentes partidarios sostendrán un nuevo encuentro la próxima semana, con el propósito de buscar un dictamen único que surja de las tres iniciativas que sus respectivos partidos presentaron, lo cual es rechazado por Acción Nacional, pues insiste que ello debe girar en torno de la propuesta del Ejecutivo federal.

La escisión del PRI

¿Qué se está negociando? No sé, somos ajenos a esas pláticas. La militancia no fue consultada sobre la propuesta que se presentó en materia de reforma energética. Manlio Fabio Beltrones no es el partido. El PRI no debe votar en favor de las iniciativas que propone el presidente Felipe Calderón ni tampoco la del Senador, porque ambas son privatizadoras.

Con esas afirmaciones, los priístas se dividen en torno de las negociaciones que lleva a cabo su líder nacional, Beatriz Paredes, con sus homólogos del PAN y del PRD.

La Senadora y expresidenta nacional del Revolucionario Institucional, María de los Ángeles Moreno afirma: “Mi partido no ha postulado ni en la iniciativa ni en sus documentos básicos una apertura al sector privado, en ningún momento. No la han leído completa, están suponiendo o le están agregando cosas que la iniciativa no dice”, afirma.

Pero el dirigente del Movimiento Territorial del tricolor, Carlos Flores Rico, puntualiza que la militancia no ha sido consultada sobre las negociaciones en torno de la propuesta petrolera.

Para el secretario general adjunto del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Jorge Schiaffino, Paredes juega “el papel que el PRI le ha ordenado; en la nacionalidad llevamos el nombre, es algo que Beatriz practica todos los días y la política es negociación, es concertacesión y Beatriz es una experta en ese tipo de políticas y por eso estamos apoyando toda la negociación”.

Sin embargo, esa visión no es compartida totalmente al interior del partido; Manuel Bartlett Díaz, exsenador y crítico de la propuesta del tricolor en esa materia, sostiene que el PRI tiene la obligación de rechazar las iniciativas de Calderón, pero también la del senador Manlio Fabio Beltrones, porque en caso contrario el tricolor se estaría orientando a la derecha. “Manlio no es el PRI ni nadie es el PRI, en lo personal, el PRI somos millones de mexicanos y te puedo decir que la inmensa mayoría estamos en contra de privatización, de la apertura a la inversión extranjera y estamos, por tanto, en contra de la (propuesta) de Calderón y la de Beltrones; es lo mismo”, asegura.

Por su parte, Beatriz Paredes coincide con Cuauhtémoc Cárdenas, en el sentido de que el Congreso de la Unión será finalmente el espacio del debate y acuerdos finales que se tomen para la aprobación de la iniciativa.

De los 18 gobernadores del Revolucionario Institucional, sólo los mandatarios de Veracruz, Fidel Herrera, y de Tabasco, Andrés Granier, han apoyado la iniciativa del gobierno federal, aun con la inversión privada en ciertos sectores de Pemex. El resto se ha mantenido al margen.

Confía PAN que habrá reforma en septiembre

El presidente del Partido Acción Nacional, Germán Martínez ha encomendado a su secretario general, Rogelio Carvajal, a su coordinador en el Senado, Gustavo Enrique Madero, y al integrante de la Comisión de Energía en este órgano legislativo, Juan Bueno Torio, la defensa, negociación y promoción de la iniciativa de reforma a Pemex que envió el Ejecutivo en abril a la Cámara Alta.

La negociación interna no tuvo mayor trascendencia, debido a que los panistas se alinearon a la iniciativa del presidente Felipe Calderón, ante la percepción de que el senador Santiago Creel no daba “el impulso” necesario a la reforma y fue sustituido por Madero. Este hecho desató la molestia de algunos legisladores, como Felipe González, que son cercanos al exsecretario de Gobernación.

El propio Creel Miranda acusó días después de su remoción que el Presidente de su partido había decidido quitarlo por sus conflictos con las televisoras, lo cual fue negado por la dirigencia del PAN, argumentando un nuevo impulso a la reforma petrolera del Ejecutivo.

Dentro del PAN se ven con buenos ojos las reuniones que ha sostenido su líder nacional con los presidentes del PRI, Beatriz Paredes, y PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, aunque no hay mucha disponibilidad de cambiar la iniciativa panista.

Germán Martínez ha afirmado en distintas ocasiones que privilegiará el diálogo y está dispuesto a “enriquecer” la propuesta calderonista que plantea, entre otras cosas, permitir la intervención de la iniciativa privada en refinerías, ductos y transporte en materia petrolera.

Hasta el momento se han

reunido los dirigentes de los tres partidos en dos ocasiones, y en la última se logró acordar que se dictaminara en las comisiones unidas de Energía y Asuntos Legislativos en los tiempos legales, por lo que consideran que en septiembre habrá una reforma energética que satisfaga a las tres fuerzas políticas.

La novela de ruptura en el PRD

A diferencia del PAN, donde el respaldo es casi absoluto a su líder nacional en su papel de negociador petrolero, en el PRD acusan al presidente sustituto, Guadalupe Acosta Naranjo, de buscar acuerdos con el gobierno del presidente Felipe Calderón a través del senador Manlio Fabio Beltrones.

El grupo Izquierda Unida, que engloba a las corrientes Izquierda Democrática Nacional (los bejaranistas); Izquierda Social, del secretario de Desarrollo Social del DF, Martí Batres; Unidad y Renovación del secretario de Transporte capitalino, Armando Quintero, Foro Nuevo Sol, de la gobernadora Amalia García, y los Cívicos, es el sector de oposición -que simpatiza con López Obrador y Alejandro Encinas- en contra del proceso negociador de Acosta Naranjo.

Para la integrante de IU, Dolores Padierna, “Guadalupe Acosta Naranjo está siguiendo una política de doble línea; por un lado, mediáticamente se quiere legitimar montándose en el tema de la consulta y entonces se saca la fotografía con gobernadores, con líderes de la UNT, con gente que a lo mejor le puede dar respaldo y prestigio”, asegura.

“Beltrones se ha vuelto colaboracionista principal, casi en un Vicepresidente, ante la debilidad e ilegitimidad que tiene Calderón, entonces ayudar a Beltrones es ayudar Calderón.

En cambio, Martha Dalia Gastélum destaca que el PRD debe “actuar en el marco que la situación política que el país nos permite”.

En contraste, el fundador del partido, Cuauhtémoc Cárdenas, respalda las negociaciones, pues afirma que el diálogo no implica compromisos.

Este capítulo de la novela perredista, que además incluye la pugna entre encinistas y chuchos por la elección interna tiene un punto final, pues Cuauhtémoc Cárdenas advierte que los únicos que podrán llegar a acuerdos más allá de las pláticas entre dirigentes serán los legisladores.

“Lo más importante va a ser la tarea de convencimiento y lo que puedan en su momento lograr los legisladores; yo espero que sean efectivos en su trabajo y logren conformar mayorías para las propuestas que sean más benéficas para el país”, abunda.

En contraste, Guadalupe Acosta defiende su papel de negociador, pues afirma que ello producirá los efectos finales.

“Va a haber acuerdo, yo sí creo que va a haber acuerdo y el PRD va a contribuir al acuerdo; Pemex se va a modernizar y no va a haber una iniciativa que violente la Constitución”, sostiene.

Ya con la propuesta petrolera avalada por los grupos internos, a Acosta sólo le resta convencer a sus pares del PAN y PRI de alcanzar un dictamen único que satisfaga a las tres partes, pues incluso ha admitido que el PRD es incapaz, en términos de votos en el Congreso, de frenar la iniciativa del gobierno federal.

Jorge Monroy y Omar Brito, El Economista, 29 de agosto.


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