La confianza del consumidor en México se desplomó en el primer mes del año, al retroceder 21% respecto al mismo lapso de 2008 y ubicarse en 81.9 puntos, su mínimo nivel histórico desde la recesión de 2001.
Los principales factores de preocupación para las familias mexicanas fueron su capacidad actual para adquirir bienes durables como lavadoras, estufas, refrigeradores y otros aparatos electrodomésticos, y el pesimismo respecto al desarrollo futuro de la economía doméstica, según información del Banco de México y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El retroceso en el poder adquisitivo de la población, derivado de los menores ingresos por una inflación elevada, y el avance del desempleo, junto con un débil consumo global, son las causas primordiales detrás de la menor actividad económica y el aumento de la desconfianza de las familias.
Rafael Camarena, subdirector de análisis económico de Santander, explicó que la baja en el índice de confianza del consumidor refleja la mayor cautela en el gasto de las personas por la incertidumbre ante la inflación y la debilidad de la actividad económica.
“Es una coyuntura complicada, porque la inflación es bastante alta —mayor a 6%—, mientras que en los últimos meses, los salarios contractuales se han negociado en alrededor de 4.5%. Además, los repuntes en la inflación han ocurrido en los productos procesados, cuya influencia sobre el gasto de los consumidores es mucha”, expuso.
De acuerdo con el INEGI, el indicador que mide la posibilidad de compra de productos durables cayó 41% anual, a 64.3 puntos.
Por su parte, la expectativa sobre la situación económica para los miembros del hogar dentro de 12 meses en relación con la que registran en el momento actual resultó en enero de 2009 de 91.6 puntos, 13.1% menos que en enero de 2008.
En tanto, la percepción relativa a la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual comparada con la que tenían hace un año se situó en 89.8 puntos. Dicho nivel implicó una caída de 13.9% respecto a igual mes de 2008.
La percepción del país entre las familias también tuvo una baja. Según los datos del INEGI, este indicador registró 79.1 puntos en enero, nivel 20.4% inferior al del mismo mes del año pasado.
Mientras que la visión de los consumidores sobre la situación económica del país dentro de 12 meses respecto a la situación actual se ubicó en 84.9 puntos, nivel 14.9% menor en su comparación anual.
Por su parte, Luis Flores, economista senior de Ixe Casa de Bolsa, expuso que en el corto plazo el consumo se debilitará de forma drástica en el país; especialmente, el gasto en bienes duraderos.
“Esto indica que el desempleo se está sintiendo cada vez de manera más fuerte, que el ingreso de las familias es insuficiente y que el poder adquisitivo está bastante mermado, por lo que el consumo de este tipo de productos va a sufrir mucho durante los próximos meses”, apuntó.
La buena noticia, expuso, es que el componente que reporta la perspectiva de la economía del país el próximo año se recuperó respecto a diciembre pasado.
Los principales factores de preocupación para las familias mexicanas fueron su capacidad actual para adquirir bienes durables como lavadoras, estufas, refrigeradores y otros aparatos electrodomésticos, y el pesimismo respecto al desarrollo futuro de la economía doméstica, según información del Banco de México y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El retroceso en el poder adquisitivo de la población, derivado de los menores ingresos por una inflación elevada, y el avance del desempleo, junto con un débil consumo global, son las causas primordiales detrás de la menor actividad económica y el aumento de la desconfianza de las familias.
Rafael Camarena, subdirector de análisis económico de Santander, explicó que la baja en el índice de confianza del consumidor refleja la mayor cautela en el gasto de las personas por la incertidumbre ante la inflación y la debilidad de la actividad económica.
“Es una coyuntura complicada, porque la inflación es bastante alta —mayor a 6%—, mientras que en los últimos meses, los salarios contractuales se han negociado en alrededor de 4.5%. Además, los repuntes en la inflación han ocurrido en los productos procesados, cuya influencia sobre el gasto de los consumidores es mucha”, expuso.
De acuerdo con el INEGI, el indicador que mide la posibilidad de compra de productos durables cayó 41% anual, a 64.3 puntos.
Por su parte, la expectativa sobre la situación económica para los miembros del hogar dentro de 12 meses en relación con la que registran en el momento actual resultó en enero de 2009 de 91.6 puntos, 13.1% menos que en enero de 2008.
En tanto, la percepción relativa a la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual comparada con la que tenían hace un año se situó en 89.8 puntos. Dicho nivel implicó una caída de 13.9% respecto a igual mes de 2008.
La percepción del país entre las familias también tuvo una baja. Según los datos del INEGI, este indicador registró 79.1 puntos en enero, nivel 20.4% inferior al del mismo mes del año pasado.
Mientras que la visión de los consumidores sobre la situación económica del país dentro de 12 meses respecto a la situación actual se ubicó en 84.9 puntos, nivel 14.9% menor en su comparación anual.
Por su parte, Luis Flores, economista senior de Ixe Casa de Bolsa, expuso que en el corto plazo el consumo se debilitará de forma drástica en el país; especialmente, el gasto en bienes duraderos.
“Esto indica que el desempleo se está sintiendo cada vez de manera más fuerte, que el ingreso de las familias es insuficiente y que el poder adquisitivo está bastante mermado, por lo que el consumo de este tipo de productos va a sufrir mucho durante los próximos meses”, apuntó.
La buena noticia, expuso, es que el componente que reporta la perspectiva de la economía del país el próximo año se recuperó respecto a diciembre pasado.
Ixel Yutzil González, El Universal, 5 de febrero.
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