El presidente Felipe Calderón aseguró ayer que México no es un Estado fallido ni ha perdido el control de su territorio a manos del crimen organizado, como han sugerido algunos informes del gobierno estadunidense, y consideró que “hace falta una buena limpieza del otro lado de la frontera”.
También advirtió que Estados Unidos “tiene mucho qué hacer”, porque si no trabaja en reducir la demanda de droga, “simple y sencillamente” será imposible resolver el narcotráfico; a propósito de la Operación Xcellerator, se congratuló de que ese país “empiece a tomar en serio este problema”.
Según un cable de la agencia Ap, el mandatario federal señaló que su gobierno tiene toda una estrategia para combatir al crimen organizado, que ha incluido una operación para limpiar la corrupción en las instituciones de seguridad, algo que también debería hacer Estados Unidos, pues los cárteles deben corromper autoridades estadunidenses, no mexicanas, para introducir droga.
“Yo estoy haciendo mi lucha contra la corrupción en las autoridades mexicanas y estamos arriesgándolo todo por limpiar la casa, pero creo que también falta una buena limpieza del otro lado de la frontera”, dijo el Presidente en una entrevista en Palacio Nacional, en la que habló tanto en español como en inglés.
“Cuando alguien en el Departamento de Estado o en el área de inteligencia del gobierno estadunidense dice que México perdió parte de su territorio, primero no es cierto, segundo, esa actitud hace un daño tremendo en las autoridades mexicanas”, señaló.
Aseguró que mientras en Colombia las autoridades sí han perdido parte de su territorio a manos de grupos criminales o la guerrilla, en México eso no ha ocurrido y una muestra es que él puede viajar a cualquier parte del país. Refirió que tras esos reportes su gobierno protestó ante las autoridades de Washington y afirmó que recibió un “fuerte apoyo” de la nueva administración de Barack Obama.
“Estoy seguro que él (Obama) está recibiendo la información correcta sobre lo que está pasando en México. Él me expresó claramente su compromiso para enfrentar este problema común en una forma común”, añadió. Admitió, sin embargo, que su administración no ha sido exitosa en difundir la situación en el país. “Si uno habla de 6 mil 500 muertos asociados al crimen organizado el año pasado, parece que están cayendo los mexicanos en las calles de la ciudad de México víctimas del crimen, y esto no es así”, dijo.
Señaló que del total de muertos, más de 90 por ciento están vinculados con la delincuencia organizada, y pese a reconocer el problema de criminalidad, aseguró que 57 por ciento de esas muertes se concentra en Ciudad Juárez, Tijuana y Culiacán.
Después, en declaraciones a una televisora de Coahuila, durante la gira que realiza por esa entidad, si bien felicitó a Estados Unidos y a su nuevo procurador por haber concluido la Operación Xcellerator, con apoyo de la Procuraduría General de la República; también señaló que los estadunidenses se “afanan” en decir que capturaron 50 millones de dólares, cuando México incautó 205 millones el año pasado.
Insistió en que Washington tiene que controlar el tráfico de armas hacia México. “Generalmente estamos acostumbrados a que se vigile la entrada a Estados Unidos, pero la verdad la entrada a México nunca la hemos vigilado; entonces, a través de esos coches y camionetas que entran por San Diego, por El Paso, por McAllen, de allá para acá nunca les hemos puesto ni un pero, y yo creo que por ahí pasan armas y pasa dinero”, se quejó.
Por otra parte, el michoacano señaló que no quiere juzgar ni al ex presidente Vicente Fox ni a su equipo, porque los respeta y aprecia, pero aseguró que a su llegada a la Presidencia se encontró con que en vez de una apendicitis había un cáncer en materia de seguridad.
En medio de la polémica sobre la efectividad de las políticas de seguridad aplicadas por los gobiernos del PRI y del PAN, explicó que al inicio de su gobierno el problema de delincuencia era “muy serio”: extorsiones, secuestros, levantamientos, decapitados, porque los primeros aparecieron en 2005, y videos donde mataban mafiosos.
Dijo que es como si un paciente le dijera a un doctor que le dolía mucho el abdomen, pero al abrir lo que se pensaba que era una apendicitis era un cáncer, una metástasis que había invadido buena parte del cuerpo y por tanto es necesario extirpar, irradiar y atacar toda esa enfermedad, lo que “duele”.
Afirmó que es imposible que el Ejército Mexicano “esté permanentemente en la calle”. Por eso dijo que estados y municipios tienen que “jalar parejo” en la lucha contra la delincuencia, y descartó aplicar la suspensión de garantías.
También advirtió que Estados Unidos “tiene mucho qué hacer”, porque si no trabaja en reducir la demanda de droga, “simple y sencillamente” será imposible resolver el narcotráfico; a propósito de la Operación Xcellerator, se congratuló de que ese país “empiece a tomar en serio este problema”.
Según un cable de la agencia Ap, el mandatario federal señaló que su gobierno tiene toda una estrategia para combatir al crimen organizado, que ha incluido una operación para limpiar la corrupción en las instituciones de seguridad, algo que también debería hacer Estados Unidos, pues los cárteles deben corromper autoridades estadunidenses, no mexicanas, para introducir droga.
“Yo estoy haciendo mi lucha contra la corrupción en las autoridades mexicanas y estamos arriesgándolo todo por limpiar la casa, pero creo que también falta una buena limpieza del otro lado de la frontera”, dijo el Presidente en una entrevista en Palacio Nacional, en la que habló tanto en español como en inglés.
“Cuando alguien en el Departamento de Estado o en el área de inteligencia del gobierno estadunidense dice que México perdió parte de su territorio, primero no es cierto, segundo, esa actitud hace un daño tremendo en las autoridades mexicanas”, señaló.
Aseguró que mientras en Colombia las autoridades sí han perdido parte de su territorio a manos de grupos criminales o la guerrilla, en México eso no ha ocurrido y una muestra es que él puede viajar a cualquier parte del país. Refirió que tras esos reportes su gobierno protestó ante las autoridades de Washington y afirmó que recibió un “fuerte apoyo” de la nueva administración de Barack Obama.
“Estoy seguro que él (Obama) está recibiendo la información correcta sobre lo que está pasando en México. Él me expresó claramente su compromiso para enfrentar este problema común en una forma común”, añadió. Admitió, sin embargo, que su administración no ha sido exitosa en difundir la situación en el país. “Si uno habla de 6 mil 500 muertos asociados al crimen organizado el año pasado, parece que están cayendo los mexicanos en las calles de la ciudad de México víctimas del crimen, y esto no es así”, dijo.
Señaló que del total de muertos, más de 90 por ciento están vinculados con la delincuencia organizada, y pese a reconocer el problema de criminalidad, aseguró que 57 por ciento de esas muertes se concentra en Ciudad Juárez, Tijuana y Culiacán.
Después, en declaraciones a una televisora de Coahuila, durante la gira que realiza por esa entidad, si bien felicitó a Estados Unidos y a su nuevo procurador por haber concluido la Operación Xcellerator, con apoyo de la Procuraduría General de la República; también señaló que los estadunidenses se “afanan” en decir que capturaron 50 millones de dólares, cuando México incautó 205 millones el año pasado.
Insistió en que Washington tiene que controlar el tráfico de armas hacia México. “Generalmente estamos acostumbrados a que se vigile la entrada a Estados Unidos, pero la verdad la entrada a México nunca la hemos vigilado; entonces, a través de esos coches y camionetas que entran por San Diego, por El Paso, por McAllen, de allá para acá nunca les hemos puesto ni un pero, y yo creo que por ahí pasan armas y pasa dinero”, se quejó.
Por otra parte, el michoacano señaló que no quiere juzgar ni al ex presidente Vicente Fox ni a su equipo, porque los respeta y aprecia, pero aseguró que a su llegada a la Presidencia se encontró con que en vez de una apendicitis había un cáncer en materia de seguridad.
En medio de la polémica sobre la efectividad de las políticas de seguridad aplicadas por los gobiernos del PRI y del PAN, explicó que al inicio de su gobierno el problema de delincuencia era “muy serio”: extorsiones, secuestros, levantamientos, decapitados, porque los primeros aparecieron en 2005, y videos donde mataban mafiosos.
Dijo que es como si un paciente le dijera a un doctor que le dolía mucho el abdomen, pero al abrir lo que se pensaba que era una apendicitis era un cáncer, una metástasis que había invadido buena parte del cuerpo y por tanto es necesario extirpar, irradiar y atacar toda esa enfermedad, lo que “duele”.
Afirmó que es imposible que el Ejército Mexicano “esté permanentemente en la calle”. Por eso dijo que estados y municipios tienen que “jalar parejo” en la lucha contra la delincuencia, y descartó aplicar la suspensión de garantías.
Claudia Herrera y Leopoldo Ramos, La Jornada, 27 de febrero.
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