BOGOTÁ (Agencias).— El presidente colombiano, Álvaro Uribe, amenazó ayer a los guerrilleros que se encuentran en otros países con perseguirlos donde quiera que se encuentren.
El Jefe de Estado se quejó de que líderes guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) andan muy tranquilos en el extranjero mientras su gente sigue asesinando, secuestrando y traficando drogas en suelo colombiano. “Posan en el extranjero de ser poetas y de ser intelectuales. Cobardes esos bandidos. ¿Por qué no vienen al país? Pero que no se sueñen, allá discretamente pero eficazmente en algún momento les llegaremos”, advirtió, sin dar nombres. “El gobierno los reta a que regresen al país, a que no sean cobardes”, insistió.
Las palabras de Uribe podrían generar tensión en países vecinos, como Ecuador, que aún no olvida el operativo colombiano de marzo del año pasado, en el que murió el segundo de las FARC, Raúl Reyes.
Aquella acción colombiana, efectuada sin dar aviso a Quito, provocó la ruptura de relaciones entre ambos países. Venezuela también rompió nexos, en solidaridad con Ecuador, aunque poco después los renovó. Mientras Uribe lanzaba diatribas contra las guerrillas, el país amanecía con un nuevo escándalo que lo involucra a él y al servicio de inteligencia.
De acuerdo con la revista Semana, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) interceptó los teléfonos y correos electrónicos de dirigentes de la oposición, magistrados, periodistas y otras personalidades.
La revista también publicó que dentro del DAS, que depende directamente de la Presidencia, existe una red que vende informaciones de inteligencia oficial a narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros.
Uno de los detectives que trabajaba en la subdirección de operaciones del DAS y que participó en el espionaje indicó a la revista que los congresistas opositores Piedad Córdoba y Gustavo Petro estaban entre las personalidades espiadas. Ambos respnsabilizaron del hecho a Uribe.
La revista explicó que varios de los documentos y grabaciones de las conversaciones que recopiló esa oficina fueron destruidos entre el 19 y 21 de enero pasado, ante la llegada de un nuevo director, Felipe Muñoz, que ayer mismo ordenó realizar una investigación sobre el asunto, y señaló que “una red mafiosa” o delictiva en el seno del DAS, cuyo objetivo sería “atentar contra la seguridad”, podría ser responsable del espionaje.
En otro orden, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo ayer que el gobierno desconoce si el considerado jefe militar de la guerrilla de las FARC, alias Mono Jojoy, está en una fase terminal por la diabetes que padece, como informó el viernes el diario El Nuevo Herald.
El Jefe de Estado se quejó de que líderes guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) andan muy tranquilos en el extranjero mientras su gente sigue asesinando, secuestrando y traficando drogas en suelo colombiano. “Posan en el extranjero de ser poetas y de ser intelectuales. Cobardes esos bandidos. ¿Por qué no vienen al país? Pero que no se sueñen, allá discretamente pero eficazmente en algún momento les llegaremos”, advirtió, sin dar nombres. “El gobierno los reta a que regresen al país, a que no sean cobardes”, insistió.
Las palabras de Uribe podrían generar tensión en países vecinos, como Ecuador, que aún no olvida el operativo colombiano de marzo del año pasado, en el que murió el segundo de las FARC, Raúl Reyes.
Aquella acción colombiana, efectuada sin dar aviso a Quito, provocó la ruptura de relaciones entre ambos países. Venezuela también rompió nexos, en solidaridad con Ecuador, aunque poco después los renovó. Mientras Uribe lanzaba diatribas contra las guerrillas, el país amanecía con un nuevo escándalo que lo involucra a él y al servicio de inteligencia.
De acuerdo con la revista Semana, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) interceptó los teléfonos y correos electrónicos de dirigentes de la oposición, magistrados, periodistas y otras personalidades.
La revista también publicó que dentro del DAS, que depende directamente de la Presidencia, existe una red que vende informaciones de inteligencia oficial a narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros.
Uno de los detectives que trabajaba en la subdirección de operaciones del DAS y que participó en el espionaje indicó a la revista que los congresistas opositores Piedad Córdoba y Gustavo Petro estaban entre las personalidades espiadas. Ambos respnsabilizaron del hecho a Uribe.
La revista explicó que varios de los documentos y grabaciones de las conversaciones que recopiló esa oficina fueron destruidos entre el 19 y 21 de enero pasado, ante la llegada de un nuevo director, Felipe Muñoz, que ayer mismo ordenó realizar una investigación sobre el asunto, y señaló que “una red mafiosa” o delictiva en el seno del DAS, cuyo objetivo sería “atentar contra la seguridad”, podría ser responsable del espionaje.
En otro orden, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo ayer que el gobierno desconoce si el considerado jefe militar de la guerrilla de las FARC, alias Mono Jojoy, está en una fase terminal por la diabetes que padece, como informó el viernes el diario El Nuevo Herald.
EL Universal, 22 de febrero.
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