“Vamos a aprovechar distintos espacios para ir aclarando dudas a la gente a la que le inquieta tanto este tema”, dijo a La Jornada la principal promotora del movimiento, Mariela Castro Espín, hablando de las reacciones adversas que provocó el año pasado la celebración del día mundial contra la homofobia.
El punto se discute hace meses en un cine club del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), donde el impacto se reduce a un público casi enteramente homosexual, convencido de sus metas. Al brincar a un salón universitario la experiencia fue distinta, controvertida y apasionada, pero respetuosa.
Mariela, directora del Cenesex, ahora intenta llevar la campaña a públicos amplios, con capacidad de multiplicar opiniones, como los de la UH, donde el debate, el jueves último, fue el inicio de un ciclo de conferencias, coauspiciado por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
Sectores sociales y religiosos objetaron en parte la campaña del año anterior. El Cenesex trata de explicar sus planes ante la población, a través de foros como el universitario, mientras que las autoridades han dialogado con las jerarquías religiosas con el mismo fin, señaló la sexóloga, hija del presidente Raúl Castro y la desaparecida dirigente femenil Vilma Espín.
Entre los puntos más sensibles, Mariela dijo que se ha explicado a los objetores que no hay un intento de formalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, sino dar algún estatuto jurídico a esas uniones; que ya se excluyó el propósito de permitir a los homosexuales la adopción y que, en cambio, se mantiene el plan de efectuar operaciones de cambio de sexo.
Polémica en la UH
El debate en la UH tomó fuerza cuando intervino la estudiante de derecho Bárbara García, para exponer que la campaña debía también “adecuar el comportamiento de los homosexuales”, quienes “se discriminan al desempeñar un papel tan bajo en su comportamiento público”.
La muchacha dijo que no podía ir al cine club del Cenesex con su novio, pues la sala “está llena de homosexuales”, que “me hacen sentir muy mal”.
La intervención sirvió para repasar un amplio catálogo de conductas en la sociedad cubana. “Soy gay, médico, hace años vivo con mi pareja, soy miembro del partido (Comunista) y ateo”, dijo Alberto Roque, en una declaración casi imposible de escuchar en público en Cuba apenas hace unos cinco años.
Roque señaló que la cultura “heterosexista y patriarcal” se cultiva en la isla “desde el primer día de vida de un niño” y termina construyendo la imagen de un homosexual como el de “una lacra”.
La discusión se deslizó así, removiendo realidades, testimonios y prejuicios que se sabe que existen en el país, pero no se ventilan regularmente.
Ema, una mujer madura, dijo que al descubrir su homosexualidad entró en un conflicto tan grande con su religión (Testigos de Jehová, precisó después a este diario), que pasó un año considerando el suicidio.
Luego reprochó a la televisión que haya censurado escenas lésbicas en la recién exhibida serie estadunidense Grey’s Anatomy, a pesar de que las emisoras locales difunden con amplitud secuencias heterosexuales.
Mariela Castro informó a La Jornada que el Cenesex ha conversado de la campaña con personal de la televisión, “pero se ve que tienen una pelea allá adentro muy compleja. Hemos avanzado en el diálogo, lo cual no quiere decir que hemos resuelto todo el problema”.
La apertura del tema en la UH tuvo un hondo simbolismo, porque hace cuatro décadas, cuando la homofobia era política oficial, las universidades y bachilleratos realizaron un “proceso de depuración” en el que fueron expulsados de las aulas los homosexuales, equiparados a “contrarrevolucionarios”.
La revista Alma Mater de la FEU proclamó en 1965 que la universidad no era “el lugar propicio para la reducación de estos elementos desviados del proceso revolucionario”. Al final de ese año se crearon los campos de trabajo agrícola (Unidades Militares de Apoyo a la Producción) donde fueron recluidos homosexuales y religiosos, entre otros sectores sociales.
Este año se celebrará nuevamente en mayo la jornada mundial contra la homofobia, ahora con un foro sobre la experiencia de padres gay, madres lesbianas y familias con hijos homosexuales o transgénero, señaló Mariela.
“Van a contar sus experiencias a partir del trabajo que se ha hecho con ellos en el Cenesex, donde se ha creado un espacio para que los padres y las madres puedan elaborar sus contradicciones y puedan comprender mejor a sus hijas e hijos con esas características”, añadió.
El reconocimiento a las uniones del mismo sexo y el derecho de los hijos homosexuales a tener el respeto de sus padres, entre otros puntos, son parte de una reforma al Código de Familia que se estudia en el país hace 15 años y que aún no tiene fecha para su aprobación en el parlamento, dijo también.
0 Responses to "Llega a la Universidad de La Habana el debate sobre la diversidad sexual"
Publicar un comentario