El pasado sábado, Biden afirmó que Washington no levantará el embargo de más de cuatro décadas a Cuba mientras no haya una “transición”, pero hoy precisó que Estados Unidos percibe que “hay una automática necesidad de un firme compromiso (en la isla). Y el compromiso es democracia y derechos humanos”.
Biden estuvo 24 horas en Costa Rica para reunirse por primera vez con los representantes de siete países del istmo centroamericano. A la cita no acudieron los presidentes Manuel Zelaya, de Honduras, y Daniel Ortega, de Nicaragua, quienes enviaron al vicepresidente Arístides Mejía y al vicecanciller Manuel Coronel, respectivamente.
Al encuentro de tres horas asistieron los presidentes Antonio Saca, de El Salvador; Álvaro Colom, de Guatemala; Martín Torrijos, de Panamá, y el anfitrión Óscar Arias, de Costa Rica, así como el primer ministro de Belice, Dean Barrow. Antes de viajar a San José, Biden participó en Chile en la Cumbre de Líderes Progresistas, celebrada el sábado anterior, en lo que constituyó su primera gira por América Latina.
Los tres principales temas de la agenda fueron la crisis financiera internacional, la migración y los problemas derivados del tráfico de drogas. El tema de Cuba no fue discutido en la reunión, pero en una conferencia de prensa celebrada al final de la cita, Biden fue cuestionado sobre el asunto.
“Pronto tal vez habrá cambios” que son necesarios en la relación de Estados Unidos con Cuba y el continente, respondió el vicepresidente.
“El presidente Obama y yo hicimos campaña con una plataforma que decía que estábamos dispuestos a tender (la mano a gobiernos enfrentados con Estados Unidos) y creo que ustedes verán que la tenderemos”, dijo.
El domingo por la noche, el líder cubano Fidel Castro se refirió a las declaraciones de Biden del fin de semana sobre el embargo a Cuba y afirmó en una Reflexión que “sus lamentos plañideros dan lástima, especialmente cuando no existe un solo gobierno latinoamericano y caribeño que no vea en esa medida antediluviana un lastre del pasado”.
Obama es el primer presidente de Estados Unidos que ha dicho estar dispuesto a dialogar con el gobierno cubano, que se ha enfrentado con 10 administraciones desde 1959. A comienzos de este mes, Washington eliminó restricciones a los viajes y envíos de remesas de los cubanos estadunidenses a la isla, pero La Habana señaló la semana pasada que las medidas fueron un primer revés para la mafia anticubana de Miami y sus representantes en el Capitolio, aunque en la práctica no se modifica el cerco.
En la reunión de San José, la mayoría de países de América Central pidió a Biden seguridad para sus connacionales residentes en Estados Unidos, toda vez que en 2008 fueron deportados 80 mil centroamericanos.
Pero sobre la posibilidad de una reforma migratoria, Biden señaló que este no es el momento ideal para que la administración de Obama se comprometa a promover cambios legales ante el Congreso.
“Es difícil decirle a los electores, cuando el desempleo va en aumento, cuando están perdiendo sus trabajos y sus casas, que lo que deberíamos hacer es legalizar (a los extranjeros) y detener todas las deportaciones”, dijo Biden, quien precisó que por ahora Washington no dará marcha atrás en esa materia.
“En el nivel de deportaciones no habrá ninguna respuesta inmediata”, señaló, tras resaltar que el problema migratorio en Estados Unidos es muy complejo y que sólo puede ser resuelto en el contexto de una reforma completa a la ley de migración que tome en cuenta el respeto a los derechos humanos.
Durante su campaña electoral Obama ofreció a las comunidades latinas en Estados Unidos tratar de armar una reforma migratoria integral, pero hasta ahora no había habido declaraciones sobre el tema del gobierno encabezado por los demócratas.
Una propuesta de reforma integral a las leyes de inmigración fue desechada en 2007 en el Senado, sin embargo, muchos centroamericanos siguen trabajando en Estados Unidos bajo acuerdos de empleo temporal.
Biden indicó que el nuevo gobierno posiblemente analice el Sistema de Protección Temporal en el mediano plazo, cuyo vencimiento hace temer al istmo que desemboque en la expulsión de miles de centroamericanos que residen en Estados Unidos.
“Pedimos paciencia y tolerancia para lograr un enfoque cabal”, añadió Biden, quien comentó ante la prensa que durante su entrevista con los representantes centroamericanos les hizo ver que “no estamos ensamblando una política para el hemisferio. Estamos preparando juntos una política con el hemisferio”.
Sobre la actitud del estadunidense, al final del encuentro el vicecanciller nicaragüense dijo que “por primera vez el imperio vino a escuchar... (Biden) traía un tono de cierta humildad que nunca habíamos visto en el imperio”.
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