El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guillermo Galván, aceptó que las acciones del crimen organizado son una amenaza directa a la seguridad en algunas regiones del país, pues su influencia no sólo se ve en las calles.
Asimismo se refirió al debate que ha surgido en diversos sectores de la sociedad sobre el fuero militar. Dejó claro que los tribunales castrenses “jamás serán blindaje ni privilegio para sustraerse de sus obligaciones sustantivas”.
En el Heroico Colegio Militar, ante el presidente Felipe Calderón, el titular de Sedena reconoció que los grupos de la delincuencia organizada representan una amenaza a la seguridad nacional.
Mencionó que ante sus embates, el gobierno federal decidió emprender una cruzada para confrontar al hampa y hacer prevalecer el estado de derecho en el país.
“Es necesario reconocer, quiérase o no, que los efectos del crimen son ya una amenaza directa a la seguridad interior en algunas regiones del país. No sólo vemos su influencia perniciosa en las calles, al arrebatar vidas con mayor violencia, crueldad y descaro, o inducir a la población al falso mundo de la drogadicción.
“Sus nocivas secuelas (también) son visibles en la estabilidad de las instituciones públicas y privadas. Ello impacta el entramado del Estado mexicano y pone en riesgo nuestro devenir.”
En la ceremonia de clausura e inicio de cursos en los planteles militares, el general Galván resaltó también la necesidad de secundar la convocatoria “contundente” del presidente Felipe Calderón para emprender las reformas que México requiere para su desarrollo.
Defensa del fuero
Por primera vez el titular de Sedena se refirió de manera pública al debate sobre el fuero militar, tema abordado por sectores de la sociedad que exigen que los soldados sean juzgados en tribunales civiles sin importar el delito que cometan.
Acompañado de los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, Galván recordó que la jurisdicción militar forma parte de la estructura constitucional de procuración y administración de la justicia.
Reiteró que el fuero “jamás será blindaje ni privilegio para sustraernos (los solados) de obligaciones sustantivas; nunca como forma de impunidad o instrumento para cobijar abusos”.
El general dijo que el Constituyente Permanente mantiene la competencia de los tribunales militares para conocer delitos que tienen relación directa con la disciplina militar, además de otros tipificados en los códigos federal o común que afecten el régimen de las fuerzas armadas.
“Las resoluciones de los juzgadores castrenses son susceptibles de ser revocadas o modificadas por autoridades procesales que forman parte del Poder Judicial de la Federación. Esta situación implica un actuar transparente e imparcial de los órganos de fuero de guerra para certeza jurídica del procesado”, señaló.
Galván mencionó que el conocimiento y respeto a los derechos humanos no es novedad en sus filas, pues se trata de una añeja y activa cultura asumida por el Ejército mexicano.
Así lo constatan, dijo, los planes y programas de estudio de las instituciones del sistema educativo militar, que incluyen las asignaturas de derechos humanos y derecho internacional humanitario.
Asimismo se refirió al debate que ha surgido en diversos sectores de la sociedad sobre el fuero militar. Dejó claro que los tribunales castrenses “jamás serán blindaje ni privilegio para sustraerse de sus obligaciones sustantivas”.
En el Heroico Colegio Militar, ante el presidente Felipe Calderón, el titular de Sedena reconoció que los grupos de la delincuencia organizada representan una amenaza a la seguridad nacional.
Mencionó que ante sus embates, el gobierno federal decidió emprender una cruzada para confrontar al hampa y hacer prevalecer el estado de derecho en el país.
“Es necesario reconocer, quiérase o no, que los efectos del crimen son ya una amenaza directa a la seguridad interior en algunas regiones del país. No sólo vemos su influencia perniciosa en las calles, al arrebatar vidas con mayor violencia, crueldad y descaro, o inducir a la población al falso mundo de la drogadicción.
“Sus nocivas secuelas (también) son visibles en la estabilidad de las instituciones públicas y privadas. Ello impacta el entramado del Estado mexicano y pone en riesgo nuestro devenir.”
En la ceremonia de clausura e inicio de cursos en los planteles militares, el general Galván resaltó también la necesidad de secundar la convocatoria “contundente” del presidente Felipe Calderón para emprender las reformas que México requiere para su desarrollo.
Defensa del fuero
Por primera vez el titular de Sedena se refirió de manera pública al debate sobre el fuero militar, tema abordado por sectores de la sociedad que exigen que los soldados sean juzgados en tribunales civiles sin importar el delito que cometan.
Acompañado de los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, Galván recordó que la jurisdicción militar forma parte de la estructura constitucional de procuración y administración de la justicia.
Reiteró que el fuero “jamás será blindaje ni privilegio para sustraernos (los solados) de obligaciones sustantivas; nunca como forma de impunidad o instrumento para cobijar abusos”.
El general dijo que el Constituyente Permanente mantiene la competencia de los tribunales militares para conocer delitos que tienen relación directa con la disciplina militar, además de otros tipificados en los códigos federal o común que afecten el régimen de las fuerzas armadas.
“Las resoluciones de los juzgadores castrenses son susceptibles de ser revocadas o modificadas por autoridades procesales que forman parte del Poder Judicial de la Federación. Esta situación implica un actuar transparente e imparcial de los órganos de fuero de guerra para certeza jurídica del procesado”, señaló.
Galván mencionó que el conocimiento y respeto a los derechos humanos no es novedad en sus filas, pues se trata de una añeja y activa cultura asumida por el Ejército mexicano.
Así lo constatan, dijo, los planes y programas de estudio de las instituciones del sistema educativo militar, que incluyen las asignaturas de derechos humanos y derecho internacional humanitario.
Rubén Mosso, Milenio, 15 de septiembre.
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