BUENOS AIRES.— Un cautiverio de 12 años y tres meses, llegará a su fin hoy cuando las FARC entreguen al sargento Pablo Moncayo, el rehén con más tiempo en poder de la guerrilla, en un operativo que ya comenzó ayer y que tendrá lugar en un punto geográfico del Caquetá aún por determinar.
Después de la liberación el domingo del soldado Josué Calvo, quien se recupera de las heridas de bala en una pierna en el hospital Militar de Bogotá, la liberación de Moncayo, completará esta etapa de liberaciones anunciadas hace casi un año por la comandancia de las FARC, y concretada después de numerosas negociaciones y luego de sortear un sinnúmero de obstáculos. “Desde las 18 horas de hoy (ayer) se suspenden los operativos militar, en la zona donde mañana (hoy) será la liberación”, indicaron altas fuentes militares.
De la comisión que recibirá a Moncayo, participan la senadora Piedad Córdoba, el obispo Leonardo Gómez Serna, garante en representación de la Iglesia católica, y los familiares del sargento, quienes esperarán las coordenadas en el aeropuerto de Villavicencio, para saber hacía dónde se dirigirán a bordo de los helicópteros de la Aeronáutica brasileña, que llegaron ayer a esa ciudad.
“Quiero que el tiempo se detenga cuando lo vea. Ahí recién se terminarán 12 años de pesadilla quedarán atrás”; dijo entre lágrimas María Elena Cabrera, madre de Moncayo, cuya liberación se prevé “alrededor de las 8 de la mañana (7 en México)”.
Martirio recompensado
El caso de Moncayo no sólo es el más antiguo de los 22 rehenes aún en poder de las FARC sino uno de los más conocidos gracias a que su padre, profesor de bachillerato, Gustavo Moncayo, llegó a recorrer casi 4 mil kilómetros para pedir por la liberación de su hijo en los últimos seis años.
“Esa fue la razón de mi vida desde que se lo llevaron. Mañana (hoy) será el triunfo de la tenacidad y del amor por la libertad”, dijo a los periodistas.
Analistas coincidieron ayer en que estas liberaciones son un excelente prólogo a un posible pacto humanitario entre el gobierno de Álvaro Uribe y las FARC, sobre el cual ayer el Alto Comisionado para la Paz, Frank Pearl, dijo que “se está trabajando”, al tiempo que ratificó “el excelente estado de Salud de Calvo”.
Si bien en un periodo electoral esa hipótesis es un poco más difícil para los cuatro ex altos comisionados. José Noé Ríos, Álvaro Leyva, Víctor G. Ricardo y Camilo Gómez apoyaron la idea de un acuerdo aunque también coincidieron en que es muy difícil que la guerrilla acuerde con el Estado cuando aún no se sabe quién será el próximo presidente.
Por lo pronto hoy será el día en que la familia Moncayo podrá romper las cadenas que los mantuvieron cautivos de las FARC y de una ilusión de libertad durante más de 12 años.
Después de la liberación el domingo del soldado Josué Calvo, quien se recupera de las heridas de bala en una pierna en el hospital Militar de Bogotá, la liberación de Moncayo, completará esta etapa de liberaciones anunciadas hace casi un año por la comandancia de las FARC, y concretada después de numerosas negociaciones y luego de sortear un sinnúmero de obstáculos. “Desde las 18 horas de hoy (ayer) se suspenden los operativos militar, en la zona donde mañana (hoy) será la liberación”, indicaron altas fuentes militares.
De la comisión que recibirá a Moncayo, participan la senadora Piedad Córdoba, el obispo Leonardo Gómez Serna, garante en representación de la Iglesia católica, y los familiares del sargento, quienes esperarán las coordenadas en el aeropuerto de Villavicencio, para saber hacía dónde se dirigirán a bordo de los helicópteros de la Aeronáutica brasileña, que llegaron ayer a esa ciudad.
“Quiero que el tiempo se detenga cuando lo vea. Ahí recién se terminarán 12 años de pesadilla quedarán atrás”; dijo entre lágrimas María Elena Cabrera, madre de Moncayo, cuya liberación se prevé “alrededor de las 8 de la mañana (7 en México)”.
Martirio recompensado
El caso de Moncayo no sólo es el más antiguo de los 22 rehenes aún en poder de las FARC sino uno de los más conocidos gracias a que su padre, profesor de bachillerato, Gustavo Moncayo, llegó a recorrer casi 4 mil kilómetros para pedir por la liberación de su hijo en los últimos seis años.
“Esa fue la razón de mi vida desde que se lo llevaron. Mañana (hoy) será el triunfo de la tenacidad y del amor por la libertad”, dijo a los periodistas.
Analistas coincidieron ayer en que estas liberaciones son un excelente prólogo a un posible pacto humanitario entre el gobierno de Álvaro Uribe y las FARC, sobre el cual ayer el Alto Comisionado para la Paz, Frank Pearl, dijo que “se está trabajando”, al tiempo que ratificó “el excelente estado de Salud de Calvo”.
Si bien en un periodo electoral esa hipótesis es un poco más difícil para los cuatro ex altos comisionados. José Noé Ríos, Álvaro Leyva, Víctor G. Ricardo y Camilo Gómez apoyaron la idea de un acuerdo aunque también coincidieron en que es muy difícil que la guerrilla acuerde con el Estado cuando aún no se sabe quién será el próximo presidente.
Por lo pronto hoy será el día en que la familia Moncayo podrá romper las cadenas que los mantuvieron cautivos de las FARC y de una ilusión de libertad durante más de 12 años.
José Vales corresponsal, El Universal, 30 de marzo.
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