Su vocera, Licet Zamora, confirmó a MILENIO que Fariñas “agradeció” la propuesta —tercera de las autoridades españolas—, e “insiste en que el gobierno ponga en libertad a 26 presos y los deje viajar, porque lo necesitan más que él”.
Zamora puntualizó que Fariñas recibió ayer dos llamadas telefónicas, la primera del consejero de la embajada española, Carlos Pérez-Desoy, y la segunda del embajador Cacho, y que en ambos casos reafirmó su decisión de continuar la protesta.
Hace una semana, rechazó una solicitud del gobierno cubano para que abandonara su huelga. “Finalmente no nos pusimos de acuerdo y terminamos hablando de beisbol”, dijo entonces.
Zamora informó además que el disidente “está consciente, amaneció mejor, pasó todo el resto del día sin fiebre, con la presión arterial en 110 con 70, parece que los antibióticos están dando resultado, por lo cual volverá a recibir alimentación parenteral”.
No obstante, algunos médicos dicen que tras 45 días sin comer ni tomar líquido —aun cuando sea hidratado y alimentado de manera artificial, como ocurre en este caso—, los intestinos, por falta de actividad natural, comienzan a generar toxinas que pasan a la sangre y “hace prácticamente insalvable al paciente”.
Fariñas cumple 35 días de huelga de hambre total —Orlando Zapata murió el 23 de febrero a los 85 días de ayuno, pero tomaba agua—. Por ello, este diario le preguntó.
—¿Tiene conciencia de que en unos días más, aunque se mantenga alimentado por vía intravenosa, puede colapsar?
—Sí, sí, los médicos me lo dicen en todo momento, pero hay una circunstancia, el gobierno cubano me ha dado la posibilidad histórica de demostrar ante el mundo cómo se asesina a un oponente político.
La Habana. Manuel Juan Somoza, Milenio, 30 de marzo.
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