En Cuba, el ex gobernador estadunidense Bill Richardson; intenta liberación de Alan Gross

La Habana, 8 de septiembre. La suerte del estadunidense Alan Gross –quien purga aquí una sentencia de 15 años de cárcel– y la inminente perforación de pozos petroleros en la parte cubana del Golfo de México, abrieron esta semana nuevos puntos de contacto en el diferendo de más de medio siglo entre Washington y La Habana. Bill Richardson, ex gobernador demócrata de Nuevo México, llegó el miércoles a La Habana, en un viaje privado, con la intención de abogar por la liberación de Gross. Éste fue detenido en diciembre de 2009 y está condenado por violar leyes cubanas al distribuir equipos de comunicación entre particulares, como parte de un programa del gobierno de Estados Unidos. Al mismo tiempo, expertos estadunidenses, también a título privado, conversaron aquí esta semana con autoridades locales sobre la política de seguridad ambiental en la isla para la exploración petrolera en aguas profundas. Aunque ninguna de las dos comitivas tiene rango oficial, ambas ponen en la mesa dos puntos clave en el futuro del conflicto. Gross agotó sus recursos legales, por lo que su liberación depende sólo de una decisión política, cuya contrapartida tácita son los cinco agentes cubanos detenidos en Estados Unidos en 1998 y sentenciados, entre otros cargos, por conspiración para el espionaje; los dos gobiernos consideran que su respectivo caso es un obstáculo inmediato y de fondo para aliviar la tensión bilateral. En el flanco económico, la perforación en el Golfo de México será un hecho este año, lo que obliga a Washington a tomar posición, al menos en materia ambiental. Richardson es un veterano interlocutor del gobierno cubano y tiene trayectoria de trouble shooter o especialista en solución de conflictos. Así ha cumplido misiones exitosas en Croacia, Burma, Irak, Corea del Norte, Sudán y la actual República Democrática del Congo. En enero de 1996, como congresista, habló con Fidel Castro y logró la liberación de tres opositores. Estuvo aquí en los dos últimos años y desde el miércoles deambula en el hotel Nacional, pero ha rehusado hablar con periodistas. La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, expresó en un comunicado el apoyo oficial a la gestión de Richardson por Gross. El viaje responde a una invitación de La Habana, según comunicado de la familia Gross, difundido por su abogado en Washington, Peter J. Kahn, quien agregó: Damos la bienvenida a cualquier diálogo que en última instancia resulte en la liberación de Alan. Para los cinco cubanos en Estados Unidos también se agotó la vía judicial, con excepción de un último recurso de habeas corpus aún pendiente, pero La Habana estima que la opción más sólida para que queden libres es una decisión del presidente Barack Obama. La misión de ambientalistas estadunidenses está integrada por William Reilly, quien copresidió la comisión investigadora del descontrol en la plataforma petrolera Deepwater Horizon, en el Golfo de México, el año pasado; Daniel Whittle, del Fondo de Defensa del Medio Ambiente, y Lee Hunt, de la Asociación Internacional de Contratistas de Perforación. La relevancia de este punto surge de que la hispanoargentina Repsol, en alianza con ONGC (India) y Statoil (Noruega), prevé perforar este año los lotes que las tres empresas comparten en la zona cubana del Golfo de México, con una plataforma construida en China. El grupo de expertos ya se reunió con el ministro cubano de la Industria Básica, Tomás Benítez, y la directora de América del Norte de la cancillería, Josefina Vidal. Whittle dijo a la prensa que, después de esas conversaciones, estaba optimista al constatar que está abierta la puerta para una colaboración entre los dos países. Gerardo Arreola, La Jornada, 9 de septiembre.

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