Raúl Castro promete luchar a “sangre y fuego contra el narco”

SANTIAGO.— Con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, presente vía epistolar, el mandatario cubano Raúl Castro asumió ayer la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y se comprometió a trabajar en pos de “una visión común” para la región, a pesar de las diferencias.

Castro, quien recibe la presidencia de las manos del anfitrión Sebastián Piñera, abogó por luchar a “sangre y fuego contra el narcotráfico”, justo cuando otros presidentes allí presentes, como el guatemalteco Otto Pérez Molina, abogan por otros métodos menos convencionales para acabar con ese flagelo.

Durante más de 20 minutos el jefe de Estado cubano, de 81 años, recordó que la CELAC no puede ser “una sucesión de meras reuniones no coincidencias pragmáticas, sino una visión común de patria grande”, para luego recordar que el organismo, a pesar de “los pensamientos distintos e incluso las diferencias” es el resultado “del acervo de 200 años de lucha por la independencia”.

Castro defendió con énfasis al gobierno venezolano a lo largo de su discurso, mientras la carta de Chávez, que fue leída por el vicepresidente Nicolás Maduro, destacaba el apoyo a Cuba en la cumbre pero también cuestionó el bloqueo a la isla.

“América Latina y el Caribe le están diciendo a Estados Unidos con una sola voz que todos los intentos para aislar a Cuba han fracasado y fracasarán”, dice la misiva de Chávez, que calificó la presidencia pro tempore de Castro como “un acto de justicia”.

Asimismo, el presidente venezolano, que a pesar de estar ausente logró captar la atención de la cumbre, lamentó “no poder acudir a la cita de Santiago”, porque “desde diciembre del año pasado estoy batallando de nuevo por mi salud en la Cuba revolucionaria”. “Estas líneas son la manera de hacerme presente en la cumbe de la CELAC. Son la manera de reafirmar más que nunca el compromiso vivo y activo de Venezuela por la causa histórica de la unión”, expresó Chávez, quien recordó a sus pares que “el subdesarrollo es hijo de la división y por eso mismo es decisivo resolver la cuestión nacional nuestra americana en los próximos años”.

También aprovechó el líder venezolano para condenar la “colonización de las Malvinas”.

Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, volvió a la carga con su reclamo a Chile de una salida al mar, lo que terminó generando el momento más caliente de todos estos días, cuando Piñera, contra toda regla del protocolo salió a responderle con vehemencia.

Morales volvió a pedir de solucionar el tema de manera conjunta y recordó los problemas de Chile para el abastecimiento de gas el que podría “importar de Bolivia”, pero Piñera se salió del libreto y le espetó que “los temas de soberanía no se negocian por temas económicos, Chile no está dispuesto a cortar o dividir su territorio y creo que ningún país se le puede pedir algo de esa naturaleza”.

Evo recordó que Chile no cumple el tratado de 1904 y sostuvo que al no tener la salida al mar Bolivia se ve impedido de ver crecer su economía en 1.5 %.

Por su parte, el canciller chileno Alfredo Moreno dijo: “No hay ejemplos de países que regalen un pedazo de su territorio, ni que le digan a un ciudadano que hoy es chileno y que mañana va a pasar a ser de la nacionalidad de otro país. Eso no existe”.

La tensión entre ambos ya se veía venir desde la noche cuando el mandatario boliviano faltó a la cena de gala en el Palacio de la Moneda para participar de un partido de futbol con miembros de una etnia mapuche.

En el cierre del encuentro regional hubo lugar para los homenajes, Chávez, junto a los ex presidentes Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil, y Felipe Calderón, de México, fueron recordados por “haber forjado la unidad latinoamericana y caribeña”, para luego despedir la cumbre hasta su próxima edición en La Habana.

Francisco Reséndiz y José Vales, enviado y corresponsal, El Universal, 29 de enero.