Una fiscalía con magros resultados

Militares allanaron la casa de Tomasa Vidal, reportera de Canal 5 en Ciudad Juárez, el 4 de febrero, y el lunes fue tiroteada la de Moisés García, director de El Debate de Guasave. El martes, en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, lo encaró el delegado holandés, por la ineficacia judicial del gobierno mexicano para garantizar la libertad de prensa.

Y el napolitano Roberto Saviano, símbolo global de los periodistas perseguidos por el crimen, dijo a El País Semanal: “Europa, con México, es hoy el lugar de más riesgo para los escritores”.

En esta atmósfera espesa cumple tres años la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas, adscrita a la Procuraduría General de la República (PGR). Organizaciones nacionales e internacionales, víctimas, abogados y familiares de periodistas asesinados o desaparecidos coinciden en que no hay qué celebrar, pues en todo ese tiempo la Fiscalía ha ejercido acción penal en 3 de los 88 casos atendidos; es decir, turnó al juez sólo 3.4% del total de casos abordados.

Esto, de hecho, afloró en la sesión donde el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas examinó a México, el martes: Boudewijn J. van Eenennaam, representante de la delegación de Holanda, preguntó a Gómez Mont: “El gobierno de México creó la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas, dependiente de la PGR; sin embargo, ésta ha demostrado resultar ineficaz para el propósito para el que fue creada... ¿qué acciones se llevarán a cabo para ampliar y clarificar sus facultades, así como para capacitar a los agentes investigadores en materia de libertad de expresión?”.

Reporteros Sin Fronteras ha señalado que México es, después de Irak, el país más peligroso para el ejercicio periodístico.

La Sociedad Interamericana de Prensa realizó un Mapa de Riesgo para periodistas, situando como zonas “de muy alto” y “alto riesgo” a Tamaulipas, Baja California, Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Guerrero. Hay cuando menos tres casos de periodistas mexicanos que viven en el exilio, uno de los cuales es Alejandro Gutiérrez, del semanario Proceso.
Thelma Gómez Durán, El Universal, 12 de febrero.

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