Uribe no hizo nada por nosotros, dice ex rehén

BOGOTÁ (Agencias).— Tras siete años y medio de cautiverio, el ex gobernador colombiano Alan Jara fue liberado ayer por la guerrilla de las FARC, en la continuación de un proceso unilateral de entrega de rehenes para facilitar un acuerdo con el gobierno. El operativo para recibir a los rehenes no se ha desarrollado sin problemas y ayer se saldó con la primera baja: el comisionado de la Paz, Luis Carlos Restrepo, que reununció al cargo, según versiones de prensa.
Pese a que apenas en diciembre enfermó de paludismo y se veía demacrado, Jara lucía hizo gala de su buen sentido del humor, como cuando dijo que su dieta era de lo más variada: “Lentejas, arroz y frijoles”, día y noche.

El ex gobernador de Meta también fue muy claro en su intención de trabajar por un acuerdo humanitario, y en su reclamo al presidente Álvaro Uribe. “Lo digo con claridad, siento de todo corazón que Uribe no hizo nada por la libertad de nosotros... Voy a decir una perversidad pero pareciera que al presidente Uribe le convenga que la situación de guerra que se vive y parece que a la guerrilla le gusta que Uribe esté en el poder”. Sobre sus captores, aseguró que, contrario a lo que se ha dicho, “las FARC no están derrotadas”, y una prueba de ello, añadió, es que “allá en el monte hay muchos y la mayoría son jóvenes”.

Jara, de 51 años, fue el quinto rehén liberado desde el domingo por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El ex gobernador fue entregado en un lugar de la selva del sur del país a una misión humanitaria liderada por la senadora Piedad Córdoba y que contó con el apoyo logístico de Brasil, después de que se superó un inconveniente que surgió con la liberación de cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas, el domingo.

Los inconvenientes se tradujeron en la reununcia de Restrepo, quien, según medios, se molestó por haber sido desautorizado en su decisión de impedir el acceso a la prensa al aeropuerto al que llegó ayer Jara, en Villavicencio, donde lo esperaban su esposa Claudia Rugeles y su hijo Alan Felipe.

Jara habló sobre las condiciones de su cautiverio. Según dijo, dos de sus compañeros permanecen atados con cadenas las 24 horas del día y cuando los rehenes son encadenados en pareja, tienen que hacer hasta sus actividades más íntimas juntos. “Si yo voy al baño, usted va al baño”, contó. Incluso en largas caminatas los obligan a andar encadenados: “Es una circunstancia triste, hasta los guerrilleros encargados de ponerlas arrugan la cara cuando hacen eso”.

Pero lo más triste, aseguró, “son las cadenas de la indiferencia que ustedes —la prensa y los colombianos— han contribuido a romper”.

Por eso, el ex gobernador se comprometió a luchar por la libertad de los que se quedaron en la jungla. “Quienes allá están se están pudriendo en la selva, por eso es urgente traerlos, por eso es urgente el intercambio humanitario, no se puede dilatar más”, insistió el político, secuestrado el 15 de julio de 2001. También se mostró en contra de los operativos militares. “En cuatro oportunidades (de mi secuestro) nos han caído bombas (que lanzan militares) muy cerca y la guerrilla corría a protegernos. Era el mundo al revés. Un operativo (militar) no conduce sino a la muerte de los que estamos allá; es una sentencia a la muerte”, precisó.

Uribe, en tanto, se mostró complacido por las liberaciones y dijo que representan “el nacimiento de una esperanza”. Para este jueves está previsto que las FARC liberen al último rehén que se ofrecieron a entregar: el ex diputado del Valle del Cauca Sigifredo López. (Con información de El Tiempo/GDA)

El Universal, 4 de febrero.