'México no es una amenaza'

WASHINGTON.- México no es un Estado fallido ni una amenaza para Estados Unidos, pero hay que ayudar al Gobierno del Presidente Felipe Calderón a combatir a los cárteles de la droga, aseguró ayer la Secretaria de Estado Hillary Clinton.

Entrevistada la víspera de su visita de dos días al País, que inicia hoy, Clinton rechazó el reporte del Comando de Fuerzas Conjuntas estadounidense, que califica a México como un Estado bajo riesgo de un colapso repentino.

"Yo no concuerdo con eso. Esa no es la posición de la Administración del Presidente (Barack) Obama", dijo a pregunta expresa del periodista Jorge Ramos, de la cadena Univisión y columnista de REFORMA.

"México, como cualquier otro país, enfrenta amenazas internas de delincuentes y, particularmente, de las bandas y traficantes de drogas. Nosotros hemos tenido esos mismos problemas", expresó.

Cuestionada sobre un artículo del historiador Enrique Krauze publicado ayer en The New York Times, en el que señala que no es justo culpar sólo a México del narcotráfico, Clinton dijo estar de acuerdo.

"Es absolutamente injusto que se apunte a México y se diga que esto es solamente su problema, cuando es la demanda de droga en Estados Unidos, cuando son las armas ilegalmente transportadas a México las que arman a estos cárteles.

"Esa es realmente la posición que el Presidente Obama y yo tenemos. Queremos ser un socio de México y ayudarnos juntos a resolver este problema", expuso.

Al respecto, Obama aplaudió públicamente el plan develado por la Secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, para reforzar la frontera y prometió hacer más para frenar el flujo de armas y efectivo que alimenta a los cárteles mexicanos.

"Estados Unidos necesita hacer más para asegurar que las armas ilegales y el efectivo no estén fluyendo de regreso a los cárteles", dijo Obama en conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Sobre una reforma migratoria para este año, Clinton señaló que es una prioridad, aunque reconoció que primero se deberá reactivar la economía de Estados Unidos.
José Díaz Briseño corresponsal, Reforma, 25 de marzo.

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