Efectos del crimen organizado son ya amenaza directa a la seguridad: Sedena

El presidente Felipe Calderón insistió una vez más en que es la hora de cambiar a fondo y asumir la gravedad y la responsabilidad de las transformaciones que el país necesita.

“Es la hora de cambiar a fondo; esto significa romper las inercias, hacer a un lado los cálculos y los intereses particulares, y asumir la gravedad de la hora”, sostuvo el mandatario durante la ceremonia de clausura y apertura de cursos de los 35 planteles militares y de la fuerza aérea.

En la explanada del Heroico Colegio Militar, en un evento realizado bajo una pertinaz lluvia, el Ejecutivo aseguró que “el Ejército y la fuerza aérea han sido y serán siempre pilar fundamental de las instituciones de la república; lo son ahora en que las instituciones en diversas partes del país se ven sujetas a diversas amenazas, entre otras, la del crimen organizado”.

Acompañado de su esposa, Margarita Zavala; del gabinete de seguridad; del secretario de Gobierno del Distrito Federal, José Ángel Ávila; y ante los mil 475 alumnos egresados de los colegios, escuelas y centros de estudio del Ejército y fuerza aérea, el mandatario recalcó la necesidad de impulsar cambios: “Como generación del Bicentenario tenemos la oportunidad histórica de despertar la enorme capacidad que tiene el país de abrir las puertas hacia un futuro mejor; y habremos de aprovechar esa oportunidad porque ese futuro lo merece nuestra gran nación”.

En la explanada del Colegio Militar y protegidos bajo un toldo verde, el ministro presidente de la Corte, Guillermo Ortiz; el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez; y como representante de la Junta de Coordinación Política, Gustavo Madero, ante la ausencia de Carlos Navarrete, presidente de la mesa directiva del Senado, atestiguaron el llamado de Calderón para arribar a una nación en la que debe imperar la legalidad y el Estado de derecho, donde cada mexicano, sin distingos de condición social, económica o región del país, tenga las mismas oportunidades de tener acceso a la salud, a la educación, al bienestar, a una calidad de vida conforme a la dignidad humana.

Tras entregar constancias, diplomas y premios a los primeros lugares de cada plantel militar, Calderón Hinojosa aseguró que “hoy, al igual que ayer, México encara nuevos retos que amenazan la posibilidad de construir un futuro más próspero y justo”.

A los 2 mil 178 alumnos que inician cursos (quienes permanecieron estoicos en la explanada principal de estas instalaciones pese a que durante más de una hora la lluvia fue pertinaz) les dijo que estar en las fuerzas armadas significa velar por las libertades y derechos de la sociedad.

“Significa luchar por consolidar la democracia y hacer que los ideales nacionales de justicia y de libertad prevalezcan por encima de cualquier desafío, por encima de cualquier interés, por encima de cualquier organización criminal, por encima de cualquier interés distinto al de la patria misma”, refirió.

A su vez, el secretario de la Defensa, general Guillermo Galván, pidió reconocer, “quiérase o no”, que los efectos del crimen son ya una amenaza directa a la seguridad interior en algunas regiones del país.

Ante el presidente Felipe Calderón, advirtió que las secuelas del crimen son nocivas, “son visibles en la estabilidad de las instituciones públicas y privadas, y ello impacta el entramado del Estado mexicano y pone en riesgo nuestro devenir”.

Durante la ceremonia de clausura y apertura de cursos de los 35 planteles militares y de la fuerza aérea, el secretario Galván Galván mencionó que bajo la jurisdicción militar, la procuración y administración de justicia “jamás será blindaje ni privilegio para sustraernos de obligaciones sustantivas. Nunca como forma de impunidad o instrumento para cobijar abusos”.

Dejó en claro que las resoluciones de los juzgadores castrenses son susceptibles de ser revocadas o modificadas por autoridades procesales que forman parte del Poder Judicial de la federación. “Esto implica un actuar transparente e imparcial de los órganos del Fuero de Guerra, para certeza jurídica del procesado.

En alusión a las críticas de las organizaciones de derechos humanos, destacó que el conocimiento y respeto a éstos “no es una novedad en las filas militares. Se trata de una añeja y activa cultura asumida en las fuerzas armadas”.

El funcionario castrense calificó como influencia perniciosa la actividad de la delincuencia, que no sólo se refleja en las calles, al arrebatar vidas con la mayor violencia, crueldad y descaro o inducir a la población al falso mundo de la drogadicción, sino en todas las manifestaciones de actividad pública o privada.

Por ello, dijo, es “menester secundar la convocatoria contundente del Presidente de la República para impulsar las reformas de fondo que México requiere. En la fragua miliciana, nos sumamos al llamado de nuestro comandante supremo y refrendamos el compromiso de estar cada día más y mejor adiestrados para marchar alineados con el proyecto de nación”.

Indicó que para que el cuerpo militar funcione como un todo, cohesionado y granítico, donde prevalezcan siempre respeto, subordinación y obediencia, la milicia tiene como columna vertebral la disciplina que exige “la aplicación de penas justas, severas y expeditas que generen un fuerte efecto que prevenga la comisión o reincidencia de conductas constitutivas de delitos”.

Ante los cuestionamientos que ha recibido el Ejército por el comportamiento de algunos de sus integrantes, principalmente en torno a la lucha que se mantiene contra el crimen organizado, el general Galván Galván señaló que el constituyente permanente mantiene la competencia de los tribunales militares para conocer delitos que tienen relación directa con la disciplina militar, además de otros tipificados en los códigos federal o común que afecten el régimen de las fuerzas armadas.
Cecilia Téllez Cortés, Crónica, 15 de septiembre.

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