Que no tienen plan B para los pobres

El secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, dijo ayer en conferencia de prensa que el gobierno federal no tiene un plan B para la hipótesis de que el Congreso de la Unión rechace la propuesta de impuesto de dos por ciento destinado al combate a la pobreza extrema, el cual permitiría que los mexicanos más pobres reciban 13 veces más de lo que aportarían en contribuciones al erario público.

Aseguró que dicho impuesto tendría un impacto, cuando mucho de 69.32 pesos mensuales por familia en el rango de pobreza extrema, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en el hogar 2008 el gasto mensual promedio para una familia en pobreza alimentaria es de tres mil 466.

Expresó que el gobierno federal confía en que el Poder Legislativo aprobará el impuesto en cuestión, ya que éste representaría un importante apoyo para el sector más pobre de la población. De no ser aprobado, habrá niños que dejarán de ir a la escuela, de acudir a las clínicas de salud, y su nivel nutricional bajará, expresó.

Este sector de la población, prosiguió, requiere de la solidaridad de todos los mexicanos debido a que su situación se ha agravado con la crisis económica y alimentaria a escala mundial.

El titular de la Sedesol insistió en que las familias que están incorporadas a los programas Oportunidades y Alimentario recibirían en transferencia por el impuesto de dos por ciento más de 13 veces el monto de lo que contribuirían como causantes del propio gravamen.

El funcionario convino en que el impuesto referido impactará a la clase media, pero resaltó que la prioridad consiste en atender a los más pobres del país. “Si nosotros estamos en una situación difícil, ellos están en una peor situación”, dijo.
Dennis A. García, Crónica, 15 de septiembre.

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